¿Quién no tiene un PC? ¿Tú no tienes un PC? ¡No me lo creo! ¿Lo ves? Lo tienes pero no quieres ponerte a configurarlo así que has decidido que con una consola todo es más fácil. ¡¡Tienes razón!!
¿Quién no tiene un PC? ¿Tú no tienes un PC? ¡No me lo creo! ¿Lo ves? Lo tienes pero no quieres ponerte a configurarlo así que has decidido que con una consola todo es más fácil. ¡¡Tienes razón!! No hay que realizar mantenimientos del sistema, no hay que instalar driver, no hay que rezar para que Windows no te pegue una patada de repente y te saque del juego, sin preguntar, y no es necesario actualizar la tarjeta gráfica cada poco tiempo por una que vale lo que una PS3 y una Xbox 360.
Es cierto, es cierto. Es un engorro. Pero lo que nadie puede negarme es que cuando uno coge un PC bien configurado y funcionando sin problemas, hay muchos juegos que son auténticas maravillas. Coger ese ratón, ese teclado y movernos por el escenario es una delicia sabiendo que no existen otros periféricos más precisos para controlar un juego.
Además, en PC, es donde aparecen los juegos más profundos, los que mas chicha tienen, ¿los más originales?, los que suelen permitir horas y horas de diversión sin descanso. Una veces porque ofrecen opciones infinitas, y otras porque el juego online multiplica su duración durante meses, años e, incluso, décadas. ¡¡Y si no, que se lo pregunten a StarCraft!!
En fin, yo conjugo mi pasión por los juegos con todos los sistemas posibles. Tengo consolas y disfruto mucho de ellas: para ciertos momentos en compañía, para echar unos partidos de fútbol o baloncesto, para disfrutar de un survival-horror, casi siempre en partidas rápidas y eléctricas... pero cuando quiero jugar yo solito, casi en la intimidad, disfrutando de una buena estrategia, o de un simulador, o de un titulo de acción al doble de resolución que una pantalla 1080p... entonces me abrazo al PC y nos vamos juntos de juerga.
Nadie es perfecto...
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