Kojima, ¿qué estás haciendo?

Hola, Hideo.

Tú no me conoces y las probabilidades de que leas esto son las mismas que tiene Death Stranding de lanzarse en 2018. Pero me da igual. Necesito contarte esto; a ti, al mundo... a quien sea. Necesito desahogarme. Porque ya está bien.

Soy un gran admirador de tu trabajo desde el primer Metal Gear Solid. Y debo ser de las pocas personas a las que les gustó (muchísimo) The Phantom Pain. Así que te puedes hacer una idea de hasta donde llega la admiración que siento por ti. O sentía. La verdad es que ya no tengo ni idea.

Tuve la inmensa suerte de ver cómo anunciabas Death Stranding en directo, en 2016. Recuerdo verte bajar por aquellos escalones, triunfante, sonriente, mientras la banda sonora de Mad Max rugía por lo altavoces. Qué momentazo, joder. Y entonces te sacaste de la manga ÉSE tráiler: Norman Reedus en pelota picada, bebés, un océano de oscuridad y el "I'll Keep Coming" de Low Roar. No necesitaba más; no tenía ni idea de lo que acababa de ver, pero ya estaba dentro. Lo habías vuelto a hacer, Hideo.

Pasaron los meses. Devoraba cualquier noticia que se publicaba y me emocionaba ante cualquier nuevo detalle desvelado, por pequeño o improbable que fuese. Visité foros y leí incontables entradas de gente que, como yo, trataba de entender lo que habías enseñado: nadie sabía nada, pero todos estábamos muy emocionados.

Diciembre de 2016. The Game Awards. Y ahí estabas de nuevo. Esta vez te habías traído a tus amigos: Guillermo del Toro y Mads Mikkelsen, pero también te acompañaban infinidad de nuevas incógnitas... Y ninguna respuesta. Tampoco había gameplay o fecha de lanzamiento, pero no importaba. Entonces no. Con el nuevo tráiler, nos habías dado material de sobra para pensar... Y nos iba a hacer falta.

Porque decidiste permanecer en silencio todo 2017. Te saltaste el E3. Pero yo seguí buceando, leyendo cualquier teoría de Death Stranding que aparecía en la red: ¿física cuántica? ¿Teoría de las cuerdas? ¿Black goo? Madre mía, Hideo, madre mía. ¿Qué clase de locura se te había ocurrido esta vez? Estaba convencido de que nos ibas a volar la cabeza como nunca antes lo habías hecho. Y siendo tú, ese es el mayor de los halagos.

Terminaba 2017, y decidiste volver a dejarte caer por The Game Awards con un nuevo tráiler. Esta vez había gente flotando, seres gigantescos y... ¿un bebé en la garganta de Norman Reedus? De nuevo, más incógnitas y ninguna respuesta. De nuevo, nada de gameplay y menos aún una fecha. No me importa que juegues al despiste; lo has hecho en el pasado y te ha funcionado a la perfección, pero esto... empezaba a resultar preocupante. Seguía dentro, de eso no cabe duda, pero mi interés empezaba a decaer. 

Mientras tanto, y fiel a tu estilo, publicabas fotos sobre tu día a día en las redes sociales. Las coñas sobre lo poco que te gusta trabajar empezaron a ser tan recurrentes que por un instante me hicieron dudar. Los rumores y las novedades ya no me emocionaban tanto como al principio. Pero, pese a todo, seguía creyendo: estaba seguro de que la siguiente sería la buena. 

Y llegamos al pasado lunes. La presencia de Death Stranding estaba confirmada en la conferencia de Sony, en el E3 2018. Era tu momento de brillar, tu momento de mostrar al mundo aquello en lo que habías estado trabajando y callar unas cuantas bocas.

Pero no lo hiciste.

No respondiste a ninguna pregunta. No diste una fecha de lanzamiento de Death Stranding. Y he visto demos técnicas con más gameplay. Eso sí, te has asegurado de volver a colar caras famosas. Dos. Y no te ha temblado la mano a la hora de mostrar en las redes que te has fabricado el traje del protagonista a medida. Así que entiendo que el dinero no te importa, igual que tampoco te importa la confianza de las personas que llevamos esperando noticias -noticias de verdad- desde 2016. Han pasado dos años y no sabemos absolutamente nada de Death Stranding, Hideo.

Tú último juego decepcionó a muchísima gente. La verdad, no sé si realmente fue culpa tuya o de los últimos y complicados días que viviste en Konami. Pero sea como sea, con Death Stranding tienes mucho, muchísimo que demostrar. La gente cada vez te toma menos en serio, y aunque soy el primero que hace memes aprovechando cualquier tontería que subes a Twitter, empieza a preocuparme que te hayas convertido en una sombra de ti mismo, de aquel gran narrador que consiguió cautivarme como nadie lo ha vuelto a hacer.

Tienes que demostrar que sigues siendo aquel loco que hizo un juego de esconderse y esperar cuando todo el mundo se centraba en los saltos y los disparos. Aquel genio que se dio cuenta de que Blade Runner era un clásico y decidió hacer su propio videojuego. Tienes que demostrar que sigues siendo el responsable de una obra que, aun hoy, muchos consideran la mejor de todos los tiempos. Y aquel adelantado a su tiempo que supo ver el poder que llegaría a adquirir la información, quiso advertirnos y nadie escuchó.

Tienes que demostrar que sigues siendo Hideo Kojima.

Atentamente,

alguien que sigue confiando en ti.