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Navidades sin novedades

Javier Abad

imagen por defecto contenido opinión

Retomo mi blog tras disfrutar de unas merecidas vacaciones (estaba cansado debido a los cierres de la revista) y de acabar el número de octubre de Hobby Consolas (fue un cierre duro debido a las vacaciones). La vuelta al tajo después del veraneo siempre me produce una paradoja temporal, porque aunque en casa tenga mis bañadores turbo y las camisas de palmeras todavía sin guardar, en la redacción solo me falta poner un Belén para sentirme como en Navidad. Y es que todas las compañías tienen ya el chip de la campaña navideña metido en la cabeza, y nos reclaman “cariño” para sus juegos estrella. Sabemos que gran parte de las ventas se concentran en este último tramo del año, ¡pero al menos podían esperar a que se me quitara el moreno!

Salvo sorpresa de las gordas, la quiniela de los superventas navideños es bien previsible: Call of Duty Modern Warfare 3, FIFA 12, Assassin´s Creed Revelations, Uncharted 3, Gears of War 3, Zelda Skyward Sword… Un ramillete de grandes juegos, sin duda, pero todos continuaciones de las sagas punteras de los últimos años, lo que nos lleva a la acusación que muchos le hacen a las desarrolladoras: falta originalidad y no se apuesta por nuevas IP (Intellectual Property). ¿Cuál es la causa? En mi opinión se juntan varios factores...

“¡Es la economía, estúpido!”. El lema que utilizó Bill Clinton en la campaña presidencial que le ganó a "papá Bush" se puede aplicar también al tema que nos ocupa. Dadas las estrecheces que atravesamos, por decirlo finamente, los usuarios vamos a lo seguro. El regalo de Navidad quizá sea la única compra del año para muchos, y no está la cosa como para arriesgar con un juego que es una incógnita. La mayoría “estaamos tan a gustiiitooo” con un ramillete de títulos que conocemos y nos garantizan diversión con cada nueva entrega, así que no hay mucho comprador intrépido dispuesto a zambullirse fuera de los cauces más comerciales. Volviendo al verano, es como irte cada año a Benidorm: quizá no sea el destino más atractivo, pero si ya te has acostumbrado a las apreturas en la playa, el camarero del chiringuito te conoce y te gusta ir a bailar Los Pajaritos por la tarde, ¿para qué te vas a complicar la vida reservando hotel en otro sitio?

Por el lado de las desarrolladoras también se mira hasta el último céntimo: los cierres de estudios están a la orden del día, y los mandamases deben ver las cuentas muy claras para darle el OK a nuevos proyectos. De hecho, actualmente parece que los juegos “triple-A” se llevan más dinero que nunca, mientras que el grifo se ha cerrado para los medianos, y eso favorece que se esté llegando a una situación contradictoria: con una base instalada de consolas mayor que nunca, las ventas cada vez se concentran en menos juegos. Y que conste que los propios creadores son conscientes de la situación en la que se encuentran atrapados, como demuestran dos declaraciones recientes (sacad el diccionario de inglés) de Tameem Antoniades, jefe creativo de Ninja Theory, y Tim Willits, director creativo de id Software. En una reedición del “vídeo killed the radio star”, ambos coinciden en que el modelo de negocio cada vez más centrado en franquicias AAA se está cargando la innovación.

Un último aspecto contribuye a que muchos usuarios solo enciendan la consola para jugar a su título favorito, con el que les basta y les sobra cuando se trata de divertirse: me refiero a la extensión de la vida de los juegos con la llegada periódica de contenidos descargables, una política llevada al extremo con servicios como Call of Duty Elite, que sospecho que van a proliferar como setas en otoño. Hemos pasado del jugador ocasional que solo pone Wii Sports cuando invita a sus amigos a cenar, al jugón experto que es capaz de descerrajarte un tiro en la cabeza en cuanto osas poner el pie en un mapa multijugador de Call of Duty, pero no se echa una partida a otro juego ni a tiros (y nunca mejor dicho). Precisamente Eric Hirshberg, jefazo de Activision, dice aquí que la responsabilidad de esta tendencia no recae en la economía, sino en unos jugadores que “parecen querer gastar cada vez más tiempo y profundizar más en menos juegos”. Y ellos, claro, les dan lo que les piden. Es como lo que ocurre con la telebasura: no es que Tele 5 la promueva, es que son los telespectadores quienes la demandan.

¿Qué le queda a los que buscan originalidad? Bueno, en realidad sí que siguen llegando propuestas menos “comerciales” (El Shaddai, Portal 2, Child of Eden...), y las tiendas de juegos descargables, tanto para consolas como para dispositivos Apple, son un buen refugio para grupos de desarrollo con poco dinero y mucho talento. No dejéis de visitarlas.

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