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Odio los retrasos

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Retrasos. En la vida, ¿quién puede decir que no se ha retrasado alguna vez? Aunque desde niños nos inculcan el valor de la puntualidad, a veces es inevitable ¿no? Hay imponderables, que se dice. En general, yo odio profundamente llegar tarde. Hago lo posible por evitar retrasarme aunque sea a costa de llegar mucho antes. Lo prefiero. Y cuando no lo consigo –ser puntual–, me pongo de un humor terrible. De mala leche, vamos. Y no te voy a contar cuando lo que llega tarde es un vuelo, el tren o alquien con quien he quedado...

Con la revista me pasa lo mismo: siempre somos puntuales con los cierres y fechas de entrega, para eso somos unos profesionales, por supuesto. Cuando se retrasa, como ha ocurrido con el último número, es por motivos de fuerza mayor. Los imponderables. En este caso un embargo sobre la review de Pokémon nos impidió estar en el quiosco en la fecha planeada y comunicada con antelación. Hubo que retrasar la salida de la revista del viernes 4 al lunes 7. Y me fastidió, no creáis. Sobre todo el hecho saberlo con el tiempo justo para reaccionar. Incumplimos lo que anunciamos y eso no está bien.

Retrasos. En el mundo del videojuego siempre ha habido juegos que han salido mucho más tarde de lo anunciado. Pero ahora, multiplicados por infinito los canales de comunicación, su trascendencia es máxima. Y cuando ocurre, también las consecuencias. La reciente noticia del retraso de Watchdogs hasta la primavera de 2014 se mantiene en el top de noticias más leídas online. No ha sido tan grave, pero el lanzamiento de ACIV en Wii U pasa del 31 de octubre al 21 de noviembre como nos han comunicado en una escueta nota de prensa. Y desde luego sí que se formó una buena con el ‘gap’ de siete meses de Rayman Legends (cuyas ventas no están siendo muy halagüeñas, aunque parece que la que tira del carro es la versión de Wii U).

Odio los retrasos

Así a bote pronto vais a pensar que Ubisoft se mete en todos los charcos. Pero no está sola. La propia Nintendo ha retrasado Mario Kart 8 y Donkey Kong Tropical Frezee para 2014; previamente había anunciado, muy a su pesar, que Super Smash Bros no estaría en 2013 –aunque compensa el retraso ofreciéndonos nuevas imágenes cada día. La Gran N, por boca de Miyamoto, ha defendido la calidad por encima de todo. Mejor un juego de calidad mañana, que uno sin pulir hoy. Enfrentarse a desarrollos más exigentes y con mayores necesidades también está en la lista de problemas que han ido surgiendo, pero ¿eso es un imponderable? Pikmin 3 y Wii Fit U estaban en la lista de lanzamientos de la consola, previstos para invierno de 2012. El primero salió en agosto, y con el otro se va a experimentar una nueva propuesta de negocio basada en portales de entretenimiento. Saldrá ahora una versión de prueba y se podrá comprar en diciembre en versión física.

Odio los retrasos

No sé si la calidad es excusa suficiente, capaz de justificarlo todo; puede que sí, pero está claro que no llegar en la fecha anunciada siempre tiene consecuencias. Y no hablo solo del cabreo de la gente, hablo también de que tu máquina se quede sin buenos juegos en el momento necesario para tenerlos –y que por tanto seas menos competitivo frente a tu competencia–, hablo de que la fecha elegida coincida con otros lanzamientos inesperado, de que se diluya cualquier efecto que haya podido provocar tu título en el usuario…

Ser impuntual está feo, pero realizar anuncios de juegos que acaban por no salir, es aun peor. Y no puedo entender cómo todavía puede seguir ocurriendo. A estas alturas, cuando las compañías manejan como nunca los tiempos en que debe conocerse cada detalle, cada pantalla, cada vídeo… no resulta creíble que se tomen estas decisiones superado el "punto de no retorno". Así, Sega aplazó Alien Colonial Marines para Wii U… para finalmente no sacarlo nunca. Quizá fuera la mejor decisión, a la vista del resto de versiones (¡¡¡Aunque llegamos a darle una portada!!!). THQ fue de los primeros third party en anunciar que Metro Last Light estaría en Wii U, al menos un año antes de que estuviera la máquina… ¿qué les habría costado no decir nada?

Odio los retrasos

En casa de los “vecinos” también pasan estas cosas –de esto no se libra nadie. Habrá que ver cuántos juegos de los prometidos en la lista inicial de las nuevas máquinas acaban llegando. Ya se rumorea sobre Driveclub.

Retrasos. Forman parte de esta industria, de la condición humana, está en nuestro ADN… pero yo sigo odiándolos con todas mis fuerzas.

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