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Una de ránkigs: los peores de la historia

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Con cierta frecuencia me preguntan cuáles son para mí los mejores juegos de la historia… Una pregunta que nunca sé responder. Todo depende. Además, lo que para mí es lo mejor no tiene porqué serlo para ti, ¿verdad? Es obvio que hay una serie de factores objetivos que levantan a un juego por encima de los demás: una impactante puesta escena, un buen diseño, una ambientación creíble, el ritmo… Pero eso no lo es todo, siempre hay una miajita de subjetividad. Tampoco sé qué responder cuando me preguntan cuál es el peor juego al que he jugado.

He probado muchos juegos muy, muy malos. Malísimos. Pero no los he jugado, la verdad: si un juego me ha picado lo suficiente como para dedicarle más de un par de horas es que muy malo no sería... Y de esos juegos que he probado, de los títulos prefiero ni acordarme. Recuerdo una beta de un juego de PSone que nos pasaron una vez para echarle un vistazo. Se trataba una aventura en 3D, de esas que puso de moda Tomb Raider, que era como para echarse a llorar. Era de Virgin y sólo recuerdo que lo primero que te pedían era coger unos huevos que eran más grandes que los leones que sesteaban por algunas de las colinas (por llamarles algo) que brotaban del escenario. Leones que, por cierto, era lo único que se oía de la banda sonora, aunque no hubiera ninguno cerca… No sé si llegó a salir a la venta y como no me acuerdo del título, no puedo comprobarlo, pero de verdad, penoso.

Igual que hay juegos que siempre salen en las listas de los mejores y son indiscutibles, también hay clásicos en las listas de los peores… Por ejemplo, el infame Superman 64, para Nintendo 64, que no tenía por donde cogerlo. Tendríais que ver la cara de tonta que se me quedó cuando fui a lanzarle un coche a unos malos y se me quedó encima de la cabeza. Por ahí iba yo, volando con unas mallas y un coche en la coronilla sin conseguir quitármelo de encima de ninguna manera. Sí, ridículo. Aunque la verdad, al pobre Supeman nadie le ha hecho justicia nunca y sus juegos son peores que pegar a un padre… Hablando de pegar, Street Fighter The Movie también está entre mis favoritos de los malos, malos. Y un LEGO de hace un millón de años… ¿LEGO Island, quizá? Un horror… Y no quiero tirar del filón de las películas porque no acabaría nunca…

Es verdad que hay juegos Malos, con mayúsculas, como estos vergonzosos ejemplos, pero son poco, muy pocos. Muchas veces las medidas que usamos para verificar la bondad o la maldad de algo nos salen de las tripas. O del corazón, si queréis que sea más romántico. Incluso son medidas impuestas por la edad. ¿Conocéis los juegos de Tim Power de DS? A mi hijo le encantaban con 4 años… Pocas cosas hay más interpretables que los productos nacidos de la inspiración y la creatividad, y me da igual que sean una pintura, un poema, una película o un videojuego. Y las interpretaciones no son muy fiables, racionalmente hablando. Yo tengo un amigo que cuando me recomienda una película, sé que no la tengo que ver por mucho que se empeñe. Qué le vamos a hacer, no nos gusta lo mismo…

Normalmente son los “expertos” los que estampan el sello de obra maestra o carroña según convenga a sus intereses, que pueden ser muy variopintos. Si me las quiero dar de esnob criticaré el último gran éxito en ventas: si un juego le gusta a mucha gente seguro que es malo y “palomitero” (como si lo que divierte tuviera que ser malo por principio). Si quiero ir de purista, cargaré las tintas en el molestísimo popping que se aprecia si intento jugar con el personaje bocabajo (oye, que no hubieran metido la opción de hacer el pino…). Si lo que quiero es caer bien, seguiré la estela de lo que diga la mayoría. Y si lo que quiero es vivir bien, seré esnob, purista o arrivista según sople el viento y según con quién, no vaya a ser que se enfade conmigo algún posible “patrocinador”… Los “expertos”, una especie que en los últimos años prolifera como mala hierba en todos los campos, se creen en posesión absoluta de la verdad, aunque sólo sea por haber leído un par de libros o haber jugado a unos cuantos juegos. Yo, la verdad, no los entiendo. Cuanto más sé de algo, más sensación tengo de que me queda muchísimo por aprender. Pero esa es otra guerra.

¿Qué dato objetivo podríamos usar para medir la calidad de una creación y hacer el típico “Los perores videojuegos…”? La ventas podrían ser un buen indicativo. Si un juego vende mucho, mucho, probablemente es porque es muy bueno y si vende poco es que tiene que ser malo… Un razonamiento redondo si no fuera porque en las ventas de un videojuego influyen tantas cosas, ajenas incluso a los videojuegos en sí, que este baremo nos indicaría que Wii Sports es el mejor juego de la historia y que el segundo, que habría vendido nada más que la mitad, sería Super Mario Bros, el de NES. No tengo yo nada en contra de ninguno de los dos, conste, pero no sé si estarían en mi lista ni en ese orden. En mi lista de peores habría un Call of Duty, que , aunque lo intento no les encuentro la gracia, es visceral… Eso sí, no me da por mirarlos con lupa para cargarme de razones con las que defender mi “gusto” y os aseguro que si me pusiera a buscarlas y a señalar sólo los puntos adecuados, terminaríais dándome la razón… Ya sabéis eso de que si los buenos fueran blancos y los malos negros todos seríamos cebras…

Lo mejor, lo peor; lo bueno y lo malo… A mí (y supongo que a vosotros también), me encanta leer este tipo de ránkigs, simplemente por ver si estoy de acuerdo o no, por comprobar qué se me había escapado o incluso orientarme cuando no sé muy bien por dónde me muevo. Pero nunca me los tomo en serio. 

Es una chorrada como otra cualquiera con la que, eso sí, nos lo podemos pasar en grande. Y es que comparar las listas y contralistas de personas distintas es tan divertido como instructivo. A qué juegas, qué lees o qué serie ves en la tele dice mucho de ti… Y discutir las listas, siempre que no se nos vaya de las manos, puede ser más divertido aún. Por cierto, si probáis este sano ejercicio y alguno se pone en plan “experto”, talibán de la verdad y conocedor sin parangón de lo bueno y lo malo, echaos unas risas a mi salud y no le hagáis ni caso: diga lo que diga seguro que está equivocado ;-) Los expertos de verdad son los que no lo parecen.

A mí me gusta que me cuenten de qué va la cosa (libro, peli, juego…), qué tiene de bueno y de malo (nada es perfecto), qué me puedo encontrar… No me gusta que me eduquen y mucho menos que me evangelicen. Estar bien informado ayuda a tener criterios para valorar y hacer una “lista de mejores/peores” más “objetiva”. Eso sí, ni mi ránking va a ser el bueno ni el tuyo el malo. ¡Y no acepto que me digáis lo contrario!

PD. Si tenéis curiosidad, hace mucho tiempo hice unos cuantos ránkings. YA ni me acuerdo de qué ponían, pero nos podemos echar unas risas juntos. Ahí van:

• Mis juegos favoritos

• Juegos que me impresionaron

• Los juegos más influyentes de la historia

Para no gustarme los ránking, no está mal...

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