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¿Y si hubieran esperado un poquito más?

José Luis Sanz

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Ya lo he dicho alguna vez: soy pecero y a mucha honra. Y lo soy tanto, que cuando ando sonado por los golpes que me van dejando tantos juegos de consolas, suelo despresurizarme encendiendo mi ordenador y jugando con lo primero que pillo. Que suele ser casi siempre el World of Warcraft, o el Warhammer 40.000 Dawn of War II, o el Lara Croft and the Guardian of Light o... ¡¡el buscaminas!!

Y en ese ámbito del PC hay una compañía que envidiamos todos los consoleros llamada Blizzard. Una empresa que pasa olímpicamente de desarrollar para consolas (se permitió hace algunos años el lujo de cancelar un par de proyectos) y a la que ponen verde por hacer lo que le sale de los Diablos. Por suerte para ellos, los números siempre le dan la razón, así que todos los que tengan algo contra ella, que se pongan a la cola y esperen sentados a ver cómo se la pegan.

Blizzard, al margen de su talento para hacer juegos y vendernos merchandising como si fuera el tío Lucas de Star Wars, tiene una cualidad que le envidia la competencia: la paciencia. Y si no, que se lo digan a Bill Roper, protagonista de mi entrada hoy en este vuestro blog...

Bill Roper trabajó en Blizzard, en Diablo más concretamente, y esto que podría parecer algo bueno se está empezando a convertir en una maldición para él. Algo así como Emilio Aragón, que por muchas flautas que toque o películas que ruede, será siempre Milikito. Y Bill Roper, por muchos sitios en los que esté, será presentado siempre con la coletilla de "... uno de los creadores de Diablo".

¿Y si hubieran esperado un poquito más?

Bill Roper está ahora en Cryptic Studios liado con Champions Online, pero antes se la pegó con todo el equipo en Flagship Studios y su sensacional Hellgate London. ¿Sensacional? Sí, sensacional. ¿No lo habéis probado? Pues es uno de esos juegos que hay que jugar si te gusta el rol y... ¡¡Diablo!! El bueno de Bill puso toda la carne en el asador con ese título, se trabajó unas secuencias de introducción a lo Diablo y cogió la esencia de Diablo para convertirlo a las 3D (quedamos en que es "... uno de los creadores de Diablo", ¿no?). Encima, ideó modos de juego online masivos divertidísimos con opción de pagar una cuota para acceder a contenido exclusivo.

¿Y qué pasó? Pues que faltó paciencia. Según cuenta el propio Bill Roper, "en Blizzard ibas a hablar con los jefes, les contabas que necesitabas cuatro o cinco meses más para afinar el juego, les explicabas por qué y, si era bueno para el resultado final, te daban ese tiempo de más". Sin embargo, en Flagship Studios (Electronic Arts lo distribuyó) y Hellgate London las cosas no fueron así. El juego salió con errores (¿os suena?) que intentaron corregir vía parches a tutiplén, pero entre el soporte diario de los suscriptores y que sólo había 25 personas en el estudio... la cosa se fue a pique. Y eso que Bill repitió el proceso que contaba de Blizzard. Pidió esos cinco o seis meses que Hellgate London necesitaba para estar perfecto... pero no se los dieron.

¿Qué hubiera ocurrido si le hubieran dado ese tiempo? A lo mejor estaríamos hablando del mismo fracaso que tuvo y que le obligó a cerrar los servidores el 31 de enero de 2009. O tal vez no. Con paciencia Hellgate London llevaría ya dos expansiones y estaríamos hablando de una segunda parte más potente para 2012...

El caso es que es una pena que buenas ideas se pierdan por culpa de la impaciencia. Falta tranquilidad, pensarse las cosas y esperar tres o cuatro meses aunque los lanzamientos se vayan al siguiente año fiscal. ¿O esto es imposible? ¿Es mejor sacar el juego como sea (antes de finalizar el año fiscal) y luego ya lo arreglaremos? ¡¡Ser o no ser!!

El caso es que a diario vemos juegos que están a falta del toque final. Del lacito. De depurar errores para no estar con parches y actualizaciones. Y el caso del genial Bill Roper es uno de tantos. Hellgate London me duele especialmente en el alma por que es un juego que hubiera sido de los importantes en el escalafón con paciencia, mucha más paciencia.

Por cierto, ¿dije paciencia o... dinero?

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