Estaba leyendo información sobre el nuevo SingStar Dance que nos propondrá bailar, además de cantar, y de repente he pensado… ¿por qué a todo el mundo le ha dado últimamente por querer que nos levantemos del sofá y nos movamos con el mando –o sin él-? ¿No notáis una euforia un poco excesiva por hacernos saltar, correr… ¡sudar!?
Es como si lo que se llevara en este momento es ponerse delante de un videojuego ¡y no parar! Imagino que es una moda, que es como cuando de repente se empezaron a llevar las hombreras y todo el mundo se las ponía. Tal vez en unos años, se pase el boom y suceda como con las dichosas hombreas: que nadie se acuerde de cuando las llevaba y al ver fotos con ellas, siempre se piensa “¿¡cómo podía ir yo con esas pintas!?
Tendremos que esperar para ver si es una tendencia pasajera –como lo de las hombreras, menos mal- o si es una moda de esas que se quedan, van pasando de generación en generación y cambian el comportamiento de las personas.
Sea una moda o no esto de movernos mientras jugamos, para mi hay juegos que prefiero mantenerlos como están. Por ejemplo, el otro día me comentaban que podría salir pronto un juego de fútbol para Kinect. En el momento, con lo futbolera que soy, pensé ¡qué bien! Luego, me di cuenta de que hay títulos que quiero manejarlos con los mandos. De hecho, a mi jugar al fútbol no me gusta, sinceramente no recuerdo la última vez que jugué un partido. A mi me gustan los videojuegos de fútbol, manejar a mis jugadores favoritos, sentirme como Iniesta, coger la mejor alineación del Barça, jugar contra el Madrid ¡y ganarles!
Decidido, hay cosas que prefiero hacer sentada…
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