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Uridium que estás en los cielos

José Luis Sanz

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La suerte de mirar al pasado es que cada día que pasa, es un día más sobre el que uno puede escribir algo (ya, ya, Perogrullo suscribiría esta ideica). Lo que viene a significar, a su vez, que jamás nos quedaremos sin tema de conversación mientras hablemos del fenómeno retro. Eso sí, igual que hay ventajas, existen inconvenientes. Y es que a medida que los juegos van adquiriendo la categoría de viejunidad, es más difícil elegir y escribir sobre alguno en concreto.

En esas estaba yo el otro día. Haciendo una lista de juegos susceptibles de ser homenajeados cuando, casi sin querer, hubo uno que salió solico de mis labios: Uridium. Una maravilla que lanzó Hewson Consultants para ZX Spectrum, Commodore 64, Amstrad CPC, etc., en el año del señor de 1986. Pues mira tú por dónde que me entero hace poco que en la Virtual Console de Wii está publicada la versión de Commodore 64 por 500 Wii points. ¿Y yo con estos pelos? ¿Cómo es que nadie me había dicho nada?

El caso es que Uridium es de esos juegos que no necesitan presentación. Un matamarcianos (así las llamábamos en los 80) con scroll paralax que daba una sensación de profundidad alucinante y en el que debíamos acabar con los marcianitos que nos aparecían por la pantalla. En aquellos años de pan con píxels, flipábamos con la sombra de la nave por que aparecía y desaparecía cuando no había escenario debajo. ¡¡Qué cosas!!

La gracia de este juego se encontraba en tres puntos muy concretos: el scroll de la pantalla nos permitía movernos a izquierda y derecha (a lo Defender) libremente, la velocidad a la que podíamos viajar sobre la superficie de las meganaves era bestial y los dos responsables del juego eran tipos realmente míticos: Andrew Braybrook y... ¡¡tachán!!... Steve Turner.

El primero programó alguno de los nombres más emblemáticos de la época, como Paradroid y alguna conversión de recreativas como Rainbow Island. Sin embargo, Steve turner será recordado por sus músicas. No en vano fue, como muchos otros creadores ingleses de los ochenta, un tipo que valía paun roto y un descosío y además de sus dotes como programador, sus acordes musicales sirvieron para iluminar muchos juegos que, como Uridium, son clásicos entre los clásicos. Es más, tanto Andrew Braybrook como Steve Turner compartieron banda de rock a principios de la década de los ochenta.

Apuntad, queridos retro-carrozas: a Steve Turner le debemos nombres como Zynaps, Ranarama, Avalon, Quazatron... ¡¡madre del amor hermoso!! ¡¡Dios bendiga a estos hombres de bien!!

Uridium que estás en los cielos

Steve Turner

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