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Crítica de Sin rodeos, la nueva comedia de Santiago Segura

Sin rodeos
Crítica de Sin rodeos, la nueva comedia de Santiago Segura protagonizada por Maribel Verdú, Cristina Castaño, Candela Peña, Diego Martín y David Guapo. En cines desde el 2 de marzo de 2018.

Si Santiago Segura nos trae una película titulada Sin rodeos, no seremos nosotros quienes se vayan por las ramas a la hora de calificarla. Es una comedia con grandes momentos de humor (inmensa Candela Peña en cada una de sus apariciones) y muchos otros que dan vergüenza ajena (el rodaje porno, por ejemplo).

Haciendo balance suponemos que compensa, en la medida en la que las expectativas sean bastante modestas y se busque un entretenimiento ligero y pasajero, aderezado por esas secuencias “guarrindongas” que son marca de la casa... No alcanzan el nivel de Torrente, pero parece que tampoco pueden faltar, aunque sean un pegote que no viene a cuento.

Más dificultades encontramos a la hora de explicar la hipocresía que irradian algunas ideas que desarrolla el guión, como el hecho de que se caricaturice y critique abiertamente a los influencers y millenials, a la vez que se utilizan para promocionar la propia película apareciendo en situaciones vergonzantes.

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Sin rodeosnos presenta a Paz (Maribel Verdú), una mujer que vive con un hombre y su hijo adolescente y que está a punto de estallar por los aires: tiene un trabajo en la que es ninguneada constantemente, una hermana obsesionada con su gato, una amiga que no la escucha, un vecino abusón y un exnovio inmaduro atrapado en una relación tóxica.

Cuando empieza a somatizar su bloqueo emocional, Paz decide acudir a un curandero hindú que le suministrará un brebaje con un efecto demoledor: no puede evitar expresar lo que piensa, le pese a quien le pese.

Sin rodeos

¿Y cuál es el origen de esta película? Sin rodeos es la adaptación española del éxito de taquilla chileno de 2016 titulado Sin filtro, que se llevó de calle a un millón de espectadores al otro lado del charco. Por la similitud del modus operandi, parece impepinable la comparación con Perfectos desconocidos, la comedia de Álex de la Iglesia que versionaba en esta ocasión una película italiana del mismo título, que también había cosechado una jugosa taquilla en el país vecino. No hay color.

Si Perfectos desconocidos generaba unas risas sinceras, aquí son puro placer culpable y en momentos muy puntuales: el guión es rancio, los personajes puros estereotipos unidimensionales y la trama tan predecible, buenista y cargada de moralina que ni Alaska con sus arco iris y purpurinas consigue hacérnosla tragar.

Sin rodeos

Del cacareado “debut cinematográfico de Cristina Pedroche” mejor no hablamos por respeto, ya que si no es posible decir nada positivo, mejor es no romper un bonito silencio. Y suma y sigue: en su afán comercial, Segura mete a presión cameos o pequeños papeles para muchos de sus colegas: José Mota, David Guapo, Wyoming, Flo o Quique San Francisco… Y curiosamente ninguno de ellos funciona de maravilla ni resulta especialmente hilarante... 

Funciona mucho mejor cuando tira del talento de la ya mencionada Candela Peña, Cristina Castaño o Toni Acosta. Mientras que algunos personajes son divertidos per se, otros jamás encuentran el tono, o son meros instrumentos para que el espectador focalice en ellos un blanco fácil. Subiéndose al carro de la moda imperante, suelen ser hombres machistas, feos y desagradables... de los que no se afeitan, roncan y son egoístas y malos hasta la médula, sin muchos matices más porque, cómo no, la película también intenta apropiarse del término “feminista”, dando muestras preocupantes de no tener ni idea de lo que eso significa.

Sin rodeos

Y lo peor es que Sin rodeos es probablemente una radiografía bastante certera de los males que nos acechan en la sociedad de hoy, obsesionada por la propia imagen y premiando la eterna inmadurez, retratada a golpe de "palo de selfie"... Lástima que Santiago Segura no predique con el ejemplo, ni termine de afilar el cuchillo para ofrecernos un plato más depurado, porque ingredientes tenía. Le ha faltado valentía y sobre todo, peca de tener el ojo puesto en la viralidad, algo que le pierde.

VALORACIÓN:

Santiago Segura versiona la cinta chilena Sin filtro con escasa fortuna. Solo Maribel Verdú salva la película del siniestro total.

LO MEJOR:

Maribel Verdú, incluso haciendo esto, y algunos sketches con los que efectivamente, te ríes. Candela Peña es dinamita pura.

LO PEOR:

Las interpretaciones no profesionales, el buenismo babosete que impregna el guión: autoayuda manoseadísima, con supuesto feminismo, que no lo es
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