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Análisis de Fallout 76 para PS4, Xbox One y PC

Análisis de Fallout 76 para PS4, Xbox One y PC
Análisis de Fallout 76 para PS4, Xbox One y PC. La saga RPG de Bethesda nos trae su entrega más atípica hasta la fecha, incorporando un desarrollo online y más elementos de supervivencia que nunca. En el yermo post-apocalítptico de Appalachia, la guerra... la guerra ha cambiado.

De no ser porque una filtración arruinó la sorpresa varias semanas antes, el anuncio de Fallout 76 habría pillado desprevenidos a los seguidores de esta icónica saga de Bethesda. Primero, porque tras el lanzamiento de Fallout 4 (a finales de 2015), todo el mundo esperaba que el siguiente gran juego del estudio fuese un nuevo The Elder Scrolls (que también se anunció el pasado E3).

Pero principalmente porque con Fallout 76, Bethesda se adentra en un territorio inexplorado para su saga de acción y rol post-apocalíptico: el multijugador online, algo que se aleja bastante del espíritu de anteriores Fallout, títulos que eran el perfecto ejemplo de experiencias para un jugador ricas en posibilidades y pensadas para absorbernos durante cientos de horas. Un come-horas de toda la vida.

No es, sin embargo, la primera vez que una de las sagas para un jugador más populares de Bethesda se convierte en multijugador: The Elder Scrolls Online fue el primero en dar ese paso, y aunque tuvo un inicio bastante accidentado, actualmente es la clase MMORPG que se puede recomendar con suma facilidad, nos guste o no The Elder Scrolls. 

Análisis de The Elder Scrolls Online

El desarrollo de ESO corrió a cargo de ZeniMax, así que Fallout 76 es el primer juego multijugador online de Bethesda Game Studios. Aun así, cualquiera pensaría que todo lo aprendido en los más de cuatro años que ESO lleva en activo se aplicaría en F76, pero desgraciadamente no ha sido el caso y nos encontramos ante un juego con el que han vuelto a la casilla uno; en su estado actual es la sombra de un Fallout y cuesta recomendárselo incluso a sus seguidores más fieles. Os contamos los motivos en nuestro análisis de Fallout 76.

Vivir juntos, morir solos

Fallout 76 tiene lugar en el año 2102, tan solo 20 años después de la Gran Guerra y el lanzamiento de las bombas atómicas que transformaron la Tierra en el famoso Yermo. El título nos traslada hasta la región de Appalachia, en el estado de Virginia Occidental (o West Virginia, de ahí que la canción en "Take Me Home, Country Roads" de John Denver, sea uno de los temas principales de Fallout 76), y nos pone en la piel de uno de los habitantes del Refugio 76.

Fallout 76

Al contrario que el Refugio 101 (de Fallout 3), los supervivientes de este tienen la misión de salir triunfantes al exterior y reclamar la Tierra, en un evento que denominan "día de la recuperación". Por supuesto nada sale como estaba planeado, y al salir descubrimos que sólo hay mutarachas, necrófagos, súper mutantes y ni rastro del resto de la humanidad. A grandes rasgos, la historia de todo Fallout.

Y es que Fallout 76 sigue la estela de las últimas dos entregas: podemos jugar en primera o tercera persona (aunque la primera es, de lejos, la más útil), los combates se desarrollan en tiempo real y podemos usar tanto armas de fuego como cuerpo a cuerpo, hay un gran énfasis en la recolección de objetos de todo tipo, aspectos RPG implementados a través del sistema S.P.E.C.I.A.L. y elementos de supervivencia. Sobrevivir siempre ha sido una de las claves de Fallout, especialmente en Fallout New Vegas y Fallout 4, donde teníamos la posibilidad de seleccionar el llamado modo superviviente, que nos invitaba a comer, beber y dormir para seguir con vida.

Fallout 76

Pero en Fallout 76 la supervivencia deja de ser un modo aparte para los jugadores más hardcore, y se convierte en una obligación vigilar y mantener en buen nivel los medidores de salud e hidratación si no queremos acabar convertidos en cadáveres. Pero en el universo Fallout la supervivencia se complica por la presencia de la radiación, enfermedades y mutaciones, lo que se traduce en tener que hervir agua, cocinar la comida y usar distintos medicamentos para sobrevivir. Es un aspecto que casa a la perfección con el espíritu de la franquicia, y especialmente durante las primeras horas (y los primeros niveles), la sensación de estar pasándolas canutas está muy lograda. Siempre que buscamos en un botiquín, rezamos para encontrar un poco de RadAway.

Para facilitarnos ligeramente las cosas, se ha traído de vuelta uno de los aspectos que introdujo Fallout 4: la construcción de estructuras. Apodado C.A.M.P, podemos colocar nuestro campamento en casi cualquier punto del mundo y personalizarlo añadiendo distintas estructuras, desde sacos de dormir hasta plantas de patatas, pasando por torretas o estaciones de servoarmadura.

Fallout 76

Pero al recuperar la gran mayoría de elementos de anteriores Fallout, ya nos encontramos ante un grave problema: el sistema de puntería (o gunplay) ha cambiado poco o nada desde Fallout 3. En 2008 esa jugabilidad era buena; sin alardes, pero buena. En 2018 está muy lejos de poder considerarse aceptable.

Esto se debe principalmente a que Bethesda lleva usando el motor gráfico Creation Engine desde TES V: Skyrim, y este ya era una evolución del Gamebryo de Fallout 3. De ahí la sensación de estar de nuevo ante el mismo juego, y de que muchos errores se hayan arrastrado. Porque no hablamos sólo de que el gunplay de Fallout 76 no esté a la altura; aspectos como la IA de los enemigos o las animaciones también resultan arcaicas. Incluso la gestión del inventario, por mucho que intente imitar un estilo retro-futurista, necesita una revisión urgente.

Fallout 76

Pese a todo, cualquier fan de Fallout será capaz de ver más allá de estos problemas: al fin y al cabo, es como volver a Fallout3/Fallout4. Pero al dar el salto a terreno online se han hecho sacrificios en algunos de los aspectos más importantes de la saga. El sistema de apuntado V.A.T.S. se ha modificado radicalmente, porque detener el tiempo en un entorno online sería virtualmente imposible. Ahora se ha convertido a grandes rasgos en una opción de auto-apuntado de escasa utilidad. De hecho, su mayor aplicación es indicarnos la localización de un enemigo cuando no conseguimos encontrarlo.

Siendo justos, no se nos ocurre de qué forma se podría haber adaptado un sistema semejante a un mundo online... Pero desde luego, toda las opciones estratégicas que aportaba el V.A.T.S. han desaparecido en Fallout 76.

Fallout 76

Pero la mayor perjudicada tras el salto ha sido la historia, y la narrativa en general. El argumento principal nos invita a ir de terminal en terminal, leyendo y escuchando grabaciones. Tras eso, repetimos el proceso una, y otra y otra vez durante el resto de la partida con contadas excepciones. La historia se cuenta, prácticamente en su totalidad, a través de esas notas y grabaciones, y el hecho de que sea bastante irregular tampoco ayuda.

No hay NPCs memorables, como Nick Valentine, e incluso aquellos que despiertan algún interés se sienten como meros instrumentos para llegar a la siguiente misión. Tampoco hay ni rastro de momentos memorables fruto de la historia, como cuando conseguimos El Gordo para aniquilar a un Behemoth Super Mutante en Fallout 3 o cuando nos ponemos la servoarmadura por primera vez en Fallout 4.

Fallout 76

Se podría discutir que el argumento no es el punto fuerte de los juegos online, pero estamos hablando de Fallout, una saga a la que muchos jugadores vuelven precisamente por su historia y, sobre todo, por algunas de las geniales tramas que esconden las secundarias. Y no hay ni rastro de eso en Fallout 76.

Pero no todo es malo en este aspecto: el mapa de Appalachia contiene algunas de las localizaciones más interesantes que se han visto en un Fallout (una mina en llamas, una torre construida con los restos de un avión, una antena parabólica gigantesca...), y a lo largo de las historia visitamos y realizamos misiones en muchas de ellas . Además, resulta muy refrescante el hecho de que Fallout 76 sea una precuela, pues nos ofrece una perspectiva que nunca antes se había explorado (con la bombas tan recientes). Los más versados en el lore de este universo van a descubrir algunos detalles que unen F76 con el resto de entregas de formas de lo más interesantes.

Fallout 76

Y si lo valoramos como juego online, Fallout 76 también deja mucho que desear. La variedad de contenido fuera de las misiones, los eventos aleatorios y los enfrentamientos contra enemigos de alto nivel, es muy escasa. Y crecerá, sin ninguna duda, pero hoy por hoy hay muy poco que hacer. Dicho esto, hay que reconocer que el "toque Fallout" hace que muchas de estas actividades sean bastante atractivas, con ese humor tan característico de la saga. Nuestro evento favorito es el que nos invita a preparar una fiesta de cumpleaños en una mansión de mayordomos-robot.

Y tampoco se puede negar que hay aspectos con mucho potencial, como el lanzamiento de bombas atómicas. Esto inicia un evento para todos los jugadores dentro del servidor, provocando que durante varios minutos una zona quede plagada de radioactividad y aparezcan enemigos de alto nivel que dejan caer mejores materiales y equipo (por no hablar de que si estamos en el radio de la explosión, podemos ir diciendo adiós). Seguro que ya habéis oído la historia del grupo de jugadores que lanzó una bomba en una Fisura (las zonas más complicadas del juego), provocando la aparición de una Reina Bestia Calcinada, la que por ahora es la criatura más poderosa de Fallout 76.

Fallout 76

Curiosamente, hay varios aspectos online que están bien pensados pero muy mal ejecutados. Por ejemplo, todos los C.A.M.P son visibles para el resto de jugadores (aunque sólo los puede modifiar su dueño), lo que significa que podemos aprovechar sus servicios... O asaltarlos. Sin embargo, si al entrar en una partida se nos asigna un servidor en el que alguien tiene su C.A.M.P. en la misma localización que nosotros, el suyo tendrá prioridad y el nuestro desaparecerá, lo que nos obliga a construirlo de nuevo.

Y lo mismo nos encontramos en relación al PVP: está bien que un jugador de bajo nivel pueda pelear (y ganar) contra otro de alto nivel, pero la recompensa por vencer es tan irrisoria que prácticamente nadie participa en duelos. Y el modo pacifista (no podemos atacar a otros jugadores, pero no perdemos nada al morir) es perfecto si no queremos meternos en el jugador contra jugador, pero pierde todo el sentido cuando la penalización por morir es perder unos cuantos materiales fácilmente recuperables. 

Además, Fallout 76 presenta un apartado gráfico muy mejorable, al menos en consola. Texturas planas y con poquísimo detalle, distancia de dibujado muy reducida que emborrona todo lo que está en la distancia, problemas de clipping, animaciones muy pobres... Al menos, el parche de 47GB que se acaba de lanzar ha solucionado en gran medida los gravísimos problemas de rendimiento (parones y ralentizaciones constantes) que presentaba hasta ayer en consola. Pero los bugs siguen siendo un problema preocupante, así como las constantes caídas del servidor. En su estado actual es sencillamente inaceptable, y lo sentimos, pero la excusa de que "es un RPG inmenso" ya no nos vale.

Fallout 76

Lo único que lo salva de la quema es que la dirección artística está a un gran nivel, logrando que Appalachia sea una localización muy atractiva visualmente. La variedad temática está a la orden del día, y ya sean bosques de árboles otoñales o verdosos cenagales radioactivos, da gusto explorar y descubrir nuevas localizaciones. La banda sonora, como viene siendo habitual, es fantástica: además de los temas clásicos de Fallout, que desbordan épica, contamos con varias emisoras de radio con música clásica y canciones de los años 60 (no falta el "I Don't Want To Set The World On Fire" de The Ink Spots) que le dan ese toque tan único a los tiroteos.

Y pese a todo lo malo que se puede decir de Fallout 76, se trata de un juego genuinamente divertido. Estamos hablando de un título que en su esencia nos invita a recorrer un yermo post-apocalíptico, enfrentarnos a todo tipo de criaturas mutantes, vistiendo armaduras de la Hermandad del Acero y usando escopetas, pinchos morunos y lanzadores portátiles de bombas atómicas. Y eso, se mire como se mire, resulta divertido. Una diversión que aumenta al jugar en compañía: hacer todo eso junto a un amigo (o un desconocido) nos asegura un buen rato. Y hay un extra de puntos si ambos somos seguidores del universo Fallout, pues descubrir referencias a otras entregas y compartirlas con otro habitante del Refugio 76 es toda una experiencia.

Fallout 76

Y como decíamos al principio, si sois seguidores de la saga todos los problemas de base que tiene Fallout 76 os van a resultar menos graves. Pero eso no significa que debamos hacer la vista gorda: Bethesda necesita renovar por completo el motor gráfico y muchas de las mecánicas de cara al hipotético Fallout 5.

Todo se podría resumir en que si la idea de un Fallout multijugador os atrae, entonces es probable que sepáis ver más allá de sus problemas y disfrutéis de Fallout 76. Por ahora sólo nos queda tener esperanza en el ejemplo: si The Elder Scrolls Online pudo convertirse en el juego que es hoy en día, entonces Fallout 76 también podrá llegar a ser algo grande. Y el último parche es una prueba de que la voluntad por lograrlo está ahí.

VALORACIÓN:

Detrás de una maraña de defectos técnicos e ideas mal ejecutadas, se esconde un Fallout: un juego de supervivencia post-apocalíptica, con mecánicas de otra era, pero indudablemente divertido. Si sois capaces de ver más allá de sus errores y sois fans del universo puede que lo disfrutéis (sobre todo en compañía), pero hay un gran margen de mejora.

LO MEJOR:

La ambientación post-apocalíptica. El encanto del universo Fallout. Se disfruta en compañía.

LO PEOR:

Gráficamente está a un nivel muy bajo. Infinidad de bugs. Con el salto al online, muchos elementos de Fallout han empeorado o se han perdido.

Plataformas:

PC,

PS4,

Xbox One

Versión comentada: PS4

Hobby

65

Aceptable

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