Crítica de Campeones, comedia de Javier Fesser con Javier Gutiérrez

A poco que hayáis seguido la trayectoria cinematográfica de Javier Fesser, sabréis que es un director comprometido que conjuga sus comedias, de las mejores que ha dado el cine patrio por su estilo propio y su deslumbrante imaginario arraigado a la tierra, con relatos de corte más social en los que ha venido afrontando diferentes temas: la escolarización femenina en África, el Alzheimer o incluso la represión religiosa.

Aquí vuelve a meterse en terreno complicado por el fondo y por la forma. Dos curiosidades antes de seguir adelante: en Campeones tenemos una mezcla variopinta. Por una parte hay actores profesionales como Javier Gutiérrez (que cambia de tercio respecto a los personajes a los que ha dado vida recientemente en El autoro Vergüenza), Itziar Castro o Luisa Gavasa y por otra, a un grupo de actores no-profesionales escogidos ex profeso para la ocasión.

Las mejores películas de Javier Fesser

Esto no es lo habitual pero, según ha expresado Fesser, este reparto fue escogido entre más de medio millar de candidatos que anteriormente fueron seleccionados a través de distintas asociaciones. Buscaba "la verdad absoluta", es decir, una inmersión lo más franca y certera en el tema que quiere tratar en su película.

Pero, ¿de qué trata exactamente Campeones? La película nos presenta a Marco, un hombre que está a punto de tocar fondo. Atraviesa una crisis de pareja debido a su incapacidad para comprometerse y tiene un grave problema con el alcohol y una excesiva competitividad. Tras perder su puesto como segundo entrenador del equipo de baloncesto del Estudiantes, empotra su vehículo contra una patrulla de la policía en estado de ebriedad. Eso llevará a la jueza encargada de su caso a tomar una decisión taxativa: o entrena a un grupo de discapacitados o irá a la cárcel.

Marco acepta a regañadientes y trata de escabullirse, sin éxito. Cuando empiezan los entrenamientos, su desconocimiento y sus prejuicios le hacen ser muy reacio y esquivo hasta que poco a poco descubre no solo que ese grupo de personas pueden valerse perfectamente por sí solos y que tienen vidas tan plenas como la de cualquiera, sino que además tienen mucho que enseñarle.

Deporte, discapacidad e inclusión social

Al contrario de lo que suele pasar en las películas de Javier Fesser, aquí lo que mejor funciona no es el humor (de hecho, hay momentos en los que el espectador puede llegar a sentirse mal riéndose con algunas situaciones) sino la parte más realista en la que se muestra, por ejemplo, cómo hay personas dispuestas a aprovecharse de los discapacitados intelectuales explotándolos laboralmente.

En Campeones nos encontramos algunas de las "marcas de la casa Fesser": esa fotografía muy contrastada y llena de color, sus primeros planos y su jugueteo con la cámara están presentes, como siempre, pero a la propuesta le falta frescura y le sobran capas de melaza. La naturalidad del reparto es un plus, pero, cuando están sujetos a un guión tan lamido, pierden pegada. Es fácil que a la película le sobre cerca de media hora de metraje para funcionar bien engrasada. Da rabia reconocerlo, pero puede que sea su cinta más fallida hasta ahora.

En cierta forma, Campeones puede ser un faro que ilumine una realidad que para muchos es desconocida: trata de derribar algunas barreras como los convencionalismos que hay en torno al colectivo y busca hacernos conectar con nuestro yo más desprejuiciado e infantil para disfrutar con una historia sencilla y tierna en la que los roles de maestro-alumnos se invierten.

El problema es que este película de Javier Fesser resulta muy condescendiente en su posicionamiento y se alarga demasiado, además de incorporar algunos aspectos como poco preocupantes... Los gags más superficiales y un tanto sexistas (esa reiteración de "tu novia es puta" que se repite constantemente o la innecesaria subtrama del acoso) parecen intentar aportar humor de sal gruesa que en nuestra opinión descarrila. Un corte en la sala de montaje de estas salidas de tono (que normalizan cosas que no deben serlo), vendría de maravilla a una película que sí consigue sacar adelante valores muy positivos como la amistad, el compañerismo o el deporte como forma de socialización y de desarrollo de una sana competitividad.

Y qué gusto ese temazo principal de Coque Malla para la banda sonora: "Éste es el momento". ¡Qué gusto escucharlo de nuevo!