Logo Hobbyconsolas.com

Análisis salvaje de Far Cry 3

Análisis salvaje de Far Cry 3
Far Cry 3 se ha hecho de rogar, pero, tras la larga travesía, su polifacética mezcla de exploración, disparos en primera persona, caza, infiltración y vehículos por fin ha avistado la costa, concretamente la de Rook Island, una ínsula paradisíaca que, para Jason Brody y sus amigos, pronto se convertirá en un infierno plagado de chiflados, piratas y animales salvajes. Bienvenidos a la jungla.

Far Cry 3 por fin echa las amarras en los muelles de PS3, Xbox 360 y PC, tras una larga travesía por los mares del pulimento. El título, desarrollado por Ubisoft Montreal, iba a salir, inicialmente, en el mes de septiembre, pero sufrió un pequeño retraso que no ha impedido que ya casi esté entre nosotros: se pondrá a la venta el 29 de noviembre.

El juego nos pone en la piel de Jason Brody, un joven de California que está disfrutando de unas vacaciones aventureras en Rook Island, una isla del sudeste asiático, junto a sus dos hermanos y cuatro amigos. Sin embargo, la aventura deviene en locura nada más empezar la partida, pues todos son capturados por un peligroso grupo de piratas liderados por Vaas, un tipejo al que le faltan un par de hervores. Jason logra escapar del campamento donde está cautivo y, a partir de ahí, debe recorrer la isla en busca del paradero de sus compañeros.

Para triunfar en tan ardua tarea, el protagonista se une a los Rakyat, los nativos de la isla. Dennis y Citra, dos de los líderes de dicha facción, lo incitan a seguir la senda del guerrero, para que les ayude a acabar con Hoyt Volker, un traficante de drogas y esclavos que es quien, cual titiritero, maneja realmente los hilos en el decorado de Rook Island. El problema para Jason Brody es que, mientras trata de salvar a sus amigos, su salud mental va menguando poco a poco, con algunos episodios de locura y alucinamiento que son importantes para el argumento.

Velando armas contra la piratería

Far Cry 3 cuenta con una idiosincrasia muy marcada. A grandes rasgos, se puede definir como una combinación de “sandbox” y shooter en primera persona. Podemos desplazarnos y explorar con total libertad a lo largo y ancho de un mapa gigantesco, nadar por el agua, superar zonas de plataformas, infiltrarnos y, por supuesto, disparar a casi todo lo que se mueva, ya que nuestros enemigos no son sólo los piratas y contrabandistas que campan a sus anchas por allí, sino también los numerosos animales que conforman el ecosistema de Rook Island.

Las armas son uno de los elementos esenciales. Hay ocho categorías: pistolas, subfusiles, escopetas, rifles de asalto, rifles de francotirador, ametralladoras ligeras, lanzacohetes y armas especiales (como una pistola de bengalas, un arco y un lanzallamas). Casi todas se pueden comprar en las tiendas por un módico precio, pero, a medida que superamos misiones y ganamos experiencia, casi todas pasan a ser gratuitas. El control de las armas es bastante asequible: hay posibilidad de fijar el típico apuntado semiautomático, en contraste con shooters más puros, como Halo 4. También hay explosivos, un cuchillo, que resulta muy útil cuando hay que actuar con sigilo, y una cámara de fotos, que sirve para marcar a los enemigos sobre el mapa y así pensarse qué camino tomar: muchas misiones se pueden superar “a pecho descubierto”, pero, en otras, la infiltración es condición sine qua non para avanzar. Precisamente, para infiltrarnos, contamos con otra habilidad tan rudimentaria como efectiva: lanzar piedras para distraer y mover a los guardias de sus puestos.

Análisis salvaje de Far Cry 3

Las armas se complementan con los tatau, que son unos tatuajes que otorgan a Jason Brody nuevas habilidades especiales, a medida que ganamos puntos de experiencia. Hay tres árboles de evolución: el de la Garza (para mejorar los disparos de largo alcance), el del Tiburón (para mejorar la salud) y el de la Araña (para mejorar el sigilo y la capacidad de supervivencia). Las tres vías son totalmente compatibles entre sí: las podemos completar todas, a diferencia de lo que sucede, por ejemplo, en Borderlands 2.

Los vehículos son otro elemento indispensable para sentirse como pez en el agua. Hay una docena, que se dividen entre terrestres (coche, camión, quad, buggy), marítimos (lancha, moto de agua) y aéreos (ala delta, paracaídas, traje aéreo). El control de todos ellos es excelente, y es una gozada conducir por los cientos de caminos que hay o incluso lanzarse a explorar la orografía, cual cabra montesa.

Las 38 misiones principales que componen el modo Historia suponen unas diez horas de juego y son realmente variadas. Hay partes de sigilo, huidas de zonas que se derrumban, incursiones en tumbas, pasajes de artillero sobre un vehículo, vigilancia de reuniones con el rifle de francotirador en la mano, persecuciones, búsqueda de setas alucinógenas… Una de las misiones que más nos han gustado consiste en alcanzar un barco muy alejado de la costa, con ayuda de un parapente, a lo que sigue una situación bastante espectacular.

Análisis salvaje de Far Cry 3

Tarda bastante en arrancar, pero el argumento es notable, con un destacado papel de nuestros némesis y de un par de foráneos que nos prestan su ayuda. No sucede lo mismo con los amigos de Jason, la mayoría de los cuales carecen de personalidad. La historia gana enteros, sobre todo, en el tramo más avanzado, en el que, según cierta decisión que hay que tomar, podemos ver dos finales diferentes.

Recogiendo la cosecha sembrada

Las misiones secundarias de Far Cry 3 son casi como un juego en sí, al margen de la historia principal. En primer lugar, hay que destacar las misiones de caza, muy en la línea de Red Dead Redemption. A menudo, nos topamos con animales a los que hay que derribar y luego despellejar, como cabras, perros, jabalíes, osos, tigres, guepardos, dragones de Komodo… Hay hasta tiburones, siempre dispuestos a llevarse a las fauces unas buenas mollejas de Jason Brody, para zampárselas en su punto justo de sanguinolencia. Lo mejor del sistema de caza es que es indispensable obtener pieles de animales para crearse nuevo equipamiento donde cargar objetos (carteras, bandoleras, bolsas de explosivos). Del mismo modo, podemos recoger plantas para elaborar jeringuillas médicas.

Análisis salvaje de Far Cry 3

Assassin’s Creed es otra saga de la que el juego toma elementos, seguramente por aquello de estar auspiciadas ambas por Ubisoft. En este caso, se toma cierto toque plataformero, pues el territorio de Rook Island contiene dieciocho torres de radio, que son unas estructuras metálicas a cuya cima hay que subir para avistar la zona de alrededor y así desbloquear el perfil del mapa en el menú, como sucede con las atalayas de sincronización que tanto gustan a Altair, Ezio o Connor. Las primeras torres de radio son muy fáciles de escalar, pero, poco a poco, se vuelven más desafiantes, con hierros colgantes y maderas que obligan a realizar arriesgados saltos.

Por supuesto, los tiros también tienen un gran peso entre las misiones secundarias, entre las que se cuentan las doce Pruebas Rakyat, consistentes en superar oleadas contrarreloj, aniquilando al mayor número posible de enemigos. También hay 34 puestos piratas que hay que tomar por la fuerza, así como 24 encargos de “Se busca muerto”, en los que toca sacar el machete.

Análisis salvaje de Far Cry 3

Asimismo, hay misiones secundarias con vehículos, consistentes en carreras contrarreloj, para llevar suministros médicos a través de circuitos de lo más ondulantes. También hay algún minijuego, como el póker, y, por si fuera poco, se han dispersado por todo el mapa objetos coleccionables, en forma de 120 reliquias, 20 tarjetas de memoria abandonadas por traficantes de droga y 20 cartas de gente perdida en la isla en la Segunda Guerra Mundial. En cierto modo, es como jugar a GTA en primera persona.

Ganándole terreno al océano con el multijugador

Far Cry 3 concede una gran importancia a los modos multijugador. Por un lado, contamos con una vertiente cooperativa y, por otro, con una vertiente competitiva.

El modo cooperativo, que permite cuatro jugadores online o dos a pantalla partida, es independiente de la campaña principal. Ambientado seis meses antes de ésta, consta de seis capítulos, en los que controlamos a Leonard, Callum, Mikhail y Tisha, cuatro almas en pena que buscan vengarse del capitán de barco que les ha traicionado. El desarrollo de los capítulos es lineal, pero cada uno de ellos ronda la media hora como poco, con varias zonas que hay que superar.

Análisis salvaje de Far Cry 3

En cuanto al multijugador competitivo, hay cuatro modalidades: Dominación, Tormenta de fuego, Transmisión y Lucha a muerte, con un total de diez mapas y hasta catorce usuarios simultáneos. Además, se ha añadido un editor que, a partir de dos mapas estándar, permite modificar la orografía del terreno, añadir carreteras, ubicar objetos y pintar texturas. Con todo eso, el título de Ubisoft dispone un conjunto jugable de lo más completo.

Perdidos en una extensión de tierra aislada

Uno de los aspectos más llamativos de Far Cry 3 es la amplitud de Rook Island, cuyo mapa es tan gigantesco como variado, con pueblos, playas, ríos, montañas, templos, ruinas o cuevas submarinas. Recuerda mucho a la isla de Just Cause 2. Pese al tamaño, no hay tiempos de carga y, para que no perdamos tiempo recorriendo decenas de kilómetros, podemos teletransportarnos automáticamente a ciertos puntos estratégicos.

Análisis salvaje de Far Cry 3

Los rostros de los personajes están muy logrados. A Jason Brody no lo vemos prácticamente nunca, pero sus amigos, sus confidentes y sus enemigos cuentan con unas caras muy detalladas y expresivas. Otro aspecto que nos ha gustado es el hecho de ver cómo el protagonista se inyecta jeringuillas, se venda el brazo, se recoloca un dedo torcido o se saca balas de la carne con ayuda del cuchillo, a la hora de curarse. Asimismo, es muy llamativa la propagación progresiva del fuego cuando se hace uso del lanzallamas o los enemigos arrojan un cóctel molotov. Tampoco falta un notable ciclo día-noche.

Ahora bien, la versión de consola de Far Cry 3 cuenta con ciertas taras en el apartado técnico. Nosotros hemos probado la versión de PS3, y los fallos gráficos brillan por su abundancia. Lo primero que llama la atención es el abundante “popping”, pues hay numerosos elementos que surgen de la nada más absoluta, simplemente con ir caminando y dar un paso adelante y otro atrás. En ese sentido, también hay texturas de hierbajos y árboles que tardan siglos en cargarse. A eso, añadid algo de “clipping”, con escenas tan antinaturales como lanzarse con un ala delta y atravesar ciertos troncos y ramas de árboles como si fueran incorpóreos. Se puede justificar por el hecho de que el mapa es gigantesco y está lleno de elementos, pero es algo que está ahí.

Sin embargo, lo más sangrante son los problemas de “framerate”, que se traducen en un “tearing” (cortes que hacen que la imagen se vea escalonada durante unas milésimas de segundo) tan frecuente como molesto para la vista. Igualmente, la iluminación y las sombras “vibran” sobremanera. Para acabar, hemos visto algún que otro “bug”, como tirar una granada a un grupo de tres enemigos y que, al explotar, dos de ellos salieran despedidos y el tercero lo hiciera con retardo, un segundo después; o acabar una misión y, de repente, ver aparecer de la nada un todoterreno lleno de enemigos… que decidieron ignorar nuestra presencia.

Análisis salvaje de Far Cry 3

Por su parte, el apartado sonoro es notable. Destacan los ruidos que hacen los animales, que permiten reconocerlos sin necesidad de verlos, las conversaciones de los enemigos o la radio, repleta de canciones “pachangueras”, para ser fiel a la ambientación. Nosotros nos quedamos, en particular, con dos momentos: el tema de reggae que suena mientras carbonizamos una plantación de marihuana con el lanzallamas y el Ride of the Valkyries, de Richard Wagner, que se usa en cierta escena homenaje. En cuento a las voces, están dobladas al castellano y la mayoría cumple con creces, aunque hay algunas a las que les falta carga emotiva, con cambios de registro que no vienen mucho a cuento.

Far Cry 3 es un excelente juego. Su combinación de exploración, disparos, vehículos, infiltración o caza supone una experiencia jugable fresca y completa, a lo que se añaden un cuidado multijugador cooperativo y modos competitivos. Sólo los considerables fallos gráficos le restan cierta redondez a la aventura de Jason Brody en Rook Island.

VALORACIÓN:

Un mundo abierto lleno de posibilidades: tiros, exploración, vehículos, caza, infiltración… El modo Historia, las misiones secundarias y el multi dan mucho de sí. El conjunto es fresco y completo, aunque los fallos gráficos le restan brillantez.

LO MEJOR:

La caza de animales salvajes. Perderse por Rook Island con vehículos de tierra, mar y aire.

LO PEOR:

“Tearing”, “popping”, “clipping”… Los fallos gráficos brillan por su abundancia.

Plataformas:

Xbox 360,

PC,

PS3

Hobby

91

Excelente

Descubre más sobre , autor/a de este artículo.

Conoce cómo trabajamos en Hobbyconsolas.