Los mejores combates de God of War Ragnarok: unos enfrentamientos tan épicos como inolvidables

God of War Ragnarök es, sin duda, uno de los mejores juegos que nos ha dejado el año 2022. El esperado regreso de Kratos, el Dios de la Guerra, no ha defraudado a nadie y ha conseguido lo que parecía imposible: mejorar en todos los apartados a la magnífica entrega de 2018.

Por supuesto, algunas de las claves de su éxito son su brillante narrativa y su complejo universo, que en esta secuela está repleto de curiosidades y guiños, pero también unos combates que son capaces de dejar sin aliento al espartano más experimentado.

Por este motivo, y para celebrar que muchos jugadores ya han disfrutado de la nueva aventura de Kratos y Atreus, en este reportaje repasamos los mejores combates de God of War Ragnarök. 

Eso sí, antes de poneros a leer tened en cuenta dos cosas: la primera es que nos hemos dejado muchos grandes enfrentamientos en el tintero, ya que su número y grado de epicidad es elevadísimo. Y la segunda es que, lógicamente, aquí vais a encontrar un gran número de spoilers, por lo que si aún no habéis completado el juego, os recomendamos encarecidamente que vayáis hacia atrás en el navegador y regreséis cuando lo hayáis hecho. Una vez avisado esto... ¡vamos con ellos!

Björn

Uno de los primeros combates principales que tiene lugar en God of War Ragnarök enfrenta a Kratos contra Björn, un imponente oso de tamaño descomunal.

Acostumbrado a medirse con todopoderosos dioses, lo cierto es que este enfrentamiento no reviste demasiada dificultad, sobre todo si dominamos bien las esquivas y los rechazos con el escudo.

Sin embargo, y pese a que el combate no está exento de momentos frenéticos, la verdadera sorpresa y el momento álgido llega tras derrotar a Björn, momento en el que descubrimos que el oso se trata, ni más ni menos, que del mismísimo Atreus transformado.

Thor

El Dios del Trueno y campeón de los Aesir ya aparecía en la anterior entrega de God of War, pero es en Ragnarök donde por fin tenemos la posibilidad de enfrentarnos a él de tú a tú.

Eso sí, antes de liarse a mamporros, Thor hace su aparición estelar frente a la casa de Kratos y Atreus en Midgar, protagonizando uno de los primeros grandes momentazos de esta secuela, en el que llega a sentarse a la mesa de Kratos para beber junto a él y, poco después, sumar a Odín a la fiesta.

Como era de esperar, la reunión no acaba del todo bien y, finalmente, Kratos y Thor protagonizan un épico combate en el que Mjolnir, el martillo del Dios del Trueno, se mide al Hacha Leviatán del espartano.

Tras acabar ensangrentados, Kratos y Thor se otorgan un tregua que, más adelante, se romperá para  enfrentarlos de nuevo en un combate aún más duro y espectacular.

Grýla

Uno de los arcos argumentales más atractivos del juego gira en torno a la evolución de Atreus respecto al primer juego, presentándonos a un personaje mucho más profundo, maduro e independiente.

Precisamente, es en una de sus incursiones en solitario cuando Atreus conoce a Angrboda, una de las últimas gigantes de los 9 reinos que asegura llevar toda su vida esperando a conocer a Loki, el nombre por el que conocen al hijo de Kratos los gigantes y los dioses Aesir.

Además de protagonizar algunos de los momentos más mágicos a nivel narrativo de la aventura, Angrboda y Loki deciden enfrentarse juntos a Grýla, la abuela de Angrboda, quien parece haber perdido la cabeza.

Este combate mezcla hábilmente momentos de sigilo con el enfrentamiento directo a la descomunal Grýla, lo que nos permite descubrir el gran potencial con el que cuenta ahora Atreus.

Nidhogg

Sin duda, uno de los combates más espectaculares de God of War Ragnarök enfrenta a Kratos y Freya a Nidhogg, la criatura encargada de proteger las raíces de Yggdrasil, el Árbol del Mundo.

En un primer momento, la movilidad de esta temible criatura está limitada debido a que se encuentra atrapada en una grieta, pero -pronto- Nidhogg se lanza de lleno a nuestro mundo para luchar con una ferocidad inusitada.

Sus ataques desde el suelo son temibles, pero uno de los momentos en los que se vuelve aún más peligroso es cuando salta y se encarama a la zona superior de los pilares del escenario, instante en el que tenemos que ser muy duchos con las esquivas y bloqueos.

El punto álgido de este épico combate tiene lugar justo al final, con Nidhogg derrotado, cuando Kratos y Freya aúnan sus fuerzas para realizar una increíble ejecución combinada que, literalmente, deja sin cabeza a la criatura.

Dragones

Además del temible Nidhogg, en los 9 reinos habitan otros dragones que, pese a su menor envergadura, resultan tremendamente peligrosos y nos garantizan una contienda a la altura del Dios de la Guerra.

Su enorme poder a larga distancia, unido a su capacidad de volar y caer en picado a toda velocidad, nos exigen tener unos reflejos y una puntería de acero, ya que una de las mejores técnicas para derrotarlos es arrojarles el Hacha Leviatán o la Lanza de Draupnir mientras se lanzan desde al aire hacia nosotros, provocando así que caigan al suelo.

Hay varios dragones muy bien ocultos en ciertos reinos, por lo que encontrarlos es tan complicado como derrotarlos. Eso sí, hacerlo merece la pena, ya que siempre nos proporcionan unas recompensas muy valiosas y, por supuesto, un combate inolvidable. 

Garm

Inicialmente cautivo en Helheim, una equivocada decisión de Atreus provoca que el gigantesco lobo se libere de sus cadenas y comience a provocar rasgaduras entre los diferentes reinos con fatales consecuencias.

Como no podía ser de otra manera, Kratos decide apoyar a su hijo y, juntos, parten en busca de Garm para acabar con su vida, una misión que resulta tan complicada como épica. 

Como en el caso de Nidhogg, de nuevo nos enfrentamos a un rival de tamaño descomunal y que resulta tan letal en tierra firme como desde las alturas, lo que da pie a un enfrentamiento de lo más intenso.

Tras la épica batalla, en la que queda patente una vez más la gran compenetración entre Kratos y su hijo, finalmente Atreus logra salvar la vida de Garm proporcionándole el alma de Fenrir, su fiel lobo fallecido anteriormente. 

Heimdall

El odioso hijo de Odín es uno de los enemigos más duros del juego, como no podía ser de otra manera al tratarse del poderoso dios encargado de guardar Asgard y de anunciar la llegada del Ragnarök.

Tanto es así que, con el fin de derrotarle, Kratos vive un peligroso viaje para forjar la Lanza de Draupnir, un veloz arma con la capacidad de duplicarse y estallar tras clavarse en sus enemigos. 

Este nuevo arma resulta vital para vencer al temible dios, que en un primer momento nos ataca montado sobre Gulltoppr, una feroz criatura cuadrúpeda que no duda en embestirnos constantemente mientras Heimdall lanza ataques cargados de Bifröst.

Tras acabar con ella con su brutalidad habitual, Kratos se enfrenta a Heimdall en un intensísimo combate marcado por la inusitada velocidad del Protector de Asgard, así como por su gran capacidad a la hora de repeler nuestros ataques con su armadura y de lanzar ataques repletos de Bifröst.

Finalmente, y después de un épico enfrentamiento, el Dios de la Guerra acaba matando a Heimdall con sus propias manos, desatando la ira de Odín y obteniendo el Gjallarhron, el cuerno con el que puede desatar el Ragnarök.

Devoraalmas

Estos viejos conocidos a los que ya nos enfrentamos en el God of War de 2018 vuelven a ser los protagonistas de algunos combates realmente épicos en la nueva aventura del Dios de la Guerra.

Sin duda, el más destacable tiene lugar en la Forja de Surtr, cuando el gigante lanza a Kratos y a Atreus a un foso en el que les esperan, nada menos, que dos de estas criaturas de fuego.

Derrotarles no es tarea sencilla, pero sí perfectamente posible si logramos esquivar sus ataques a distancia para evitar quemaduras y demostramos ser muy duchos en el lanzamiento del Hacha Leviatán.

De nuevo, este enfrentamiento, que a primera vista puede parecer "menor" dentro del contexto del juego en el que se enmarca, demuestra la gran capacidad que tiene God of War Ragnarök de crear una situación de combate realmente intensa en cualquier instante.

Hrist y Mist

Si ya en el anterior God of War descubrimos que enfrentarse a una valquiria es una experiencia realmente dura, uno de los momentos más épicos de Ragnarök tiene lugar cuando el espartano y su hijo se enfrentan a Hrist y Mist, las dos hermanas valquirias más fieras y leales a Odín.

El incomparable marco de la Chispa del Mundo, un precioso y onírico escenario, contrasta con la fiereza y crueldad que muestran las dos valquirias durante todo el combate, que es absolutamente espectacular.

Combinar con maestría todo las habilidades que hemos obtenido durante la aventura, como el uso de las diferentes armas, los ataques rúnicos o los rechazos con el escudo, es fundamental para hacer cara a estas dos bestias aladas, que nunca nos ponen las cosas fáciles.

Por suerte, el titánico esfuerzo tiene su recompensa final cuando, una vez casi derrotadas, Hrist y Mist caen definitivamente tras un brutal ataque combinado de Kratos y Atreus, quien no duda en transformarse en oso para ayudar a su padre a asestar el golpe final.

Odin

Si hablamos de la épica de los combates de God of War Ragnarök es inevitable no destacar el enfrentamiento contra Odín, el dios más poderoso de la mitología nórdica y principal antagonista del juego.

Tras un intensísimo combate contra Thor y un giro inesperado de los acontecimientos, Kratos y Atreus se ven por fin las caras contra el temible dios en un larguísimo y magistralmente elaborado enfrentamiento.

Este épico combate está dividido en varios tramos, a cada cual más espectacular, y en los que no podemos dejar nada en el tintero si queremos vencer, demostrando tener un amplio dominio de todos los movimientos defensivos y ofensivos de Kratos y Atreus, sin olvidar sus habilidades adquiridas.

Un Odín que domina a la perfección violentos golpes cuerpo a cuerpo, ataques a distancia cargados de Bifröst y una vertiginosa velocidad de desplazamiento es el eje central de un grandioso combate en el que se funde la acción más vertiginosa con algunos acontecimientos determinantes para el fin del viaje a través de la mitología nórdica de Kratos y Atreus. Inolvidable.

Gná, Reina de las Valquirias

Si pensabais que con la caída de Odín se terminaban los combates más épicos de God of War Ragnarök, mucho nos tememos que nada más lejos de la realidad.

El "postgame" de la aventura de Sony Santa Monica incluye un buen puñado de contenido, entre los que no faltan algunos enfrentamientos tan duros como inolvidables. Y, quizás, uno de los mejores es el que nos pone frente a Gná, la Reina de las Valquirias.

Como seguro sabéis si ya habéis disfrutado del final de God of War Ragnarök, durante la batalla definitiva algunos trozos de Asgard caen a los otros reinos, lo que da pie a una nueva misión extra en el juego.

Todos estos lugares están fuertemente protegidos por enemigos fieles a Odín, lo que incluye a algunos muy duros de roer, pero ninguno tan fiero como la valquiria Gná. La batalla que propone es intensa como pocas, pero la satisfacción que nos da verla morder el polvo no se queda atrás, por lo que sin duda se trata de uno de nuestros combates favoritos de God of War Ragnarök.

Y vosotros, ¿con qué combate del juego habéis vibrado más?