Un monitor gaming es vital para la mejor experiencia frente al PC
Ofrecido por Ozone
Cuando planteamos la compra de un ordenador para jugar y hacemos el presupuesto, solemos fijarnos en la caja, la CPU, la gráfica o la RAM como elementos principales, ajustando el dinero disponible todo lo posible para conseguir los mejores componentes. Cuando nos damos cuenta, no nos ha sobrado demasiado dinero, y con eso intentamos hacernos con un teclado y ratón, o vamos a por un monitor.
Esos tres componentes solemos ''reciclarlos'' de equipos anteriores, pero realmente el teclado, el ratón y, sobre todo, el monitor, forman parte de la experiencia integral del juego en un ordenador. Y es que no solo se trata del tamaño, que también, o de la calidad de imagen, sino de los componentes móviles de un monitor, del tiempo de respuesta y de la tasa de refresco.
Un buen monitor mejora la experiencia muchísimo en cualquier tipo de ordenador, pero al revés también pasa. Si tenemos un monitor que no es adecuado para juegos, o es antiguo, nos encontramos con un PC que puede tener los últimos componentes, pero al que no vamos a sacar partido porque la imagen, al final, no es lo buena que podría.
Comprar un monitor para jugar es complicado. Hay muchísimas variantes, y esto se debe a las tres tecnologías principales del panel que se utilizan en la actualidad. Y no es solo eso ¿cuál es el mejor tamaño para un monitor gaming? ¿Qué es eso de la tasa de refresco? ¿Y los milisegundos? ¿Qué resolución necesito para jugar mejor?
No os preocupéis, ya que los fabricantes nos lo suelen poner fácil en este sentido, y Atlas, distribuidores de los componentes y monitores gaming Ozone, acaba de lanzar dos monitores gaming en su catálogo que destacan por primar al gamer frente a todo lo demás.
Eligiendo un monitor para jugar
Como decimos, Ozone es una marca especializada en el desarrollo de hardware para jugar. Están presentes en el universo de los eSports (equipos como Vodafone Giants o Penguins utilizan su hardware), por lo que saben qué características necesita un jugón exigente. Son conocidos por sus teclados mecánicos y ratones, entre otros periféricos, pero también cuentan con dos monitores gaming de lo más interesantes: los modelos Ozone DSP 24 y Ozone DSP 27.
Respondiendo a la pregunta del tamaño, muchos solemos pensar que, cuanto más grande, mejor. Sin embargo, para un juego de aventuras puede ser así, pero en el fragor de la batalla de un Black Ops IIII o de un Overwatch, juegos en los que los enemigos pueden venir de cualquier lado, lo mejor es tener todo dentro del rango de visión efectiva. Por eso, los monitores para jugar de Ozone cuentan con 24 y 27 pulgadas. Es el tamaño que se utiliza en las competiciones, y el óptimo para jugar en PC.
Algo parecido pasa con la resolución, donde no siempre más es mejor. Jugar a 4K es una delicia, pero además de que el tiempo de respuesta es mayor (y lo que necesitamos es que sea lo menor posible) el rendimiento cae cuando subimos de la resolución FullHD, ya que la gráfica tiene que trabajar para aumentar esa resolución y emplea unos recursos que estarían mejor en aumentar los frames por segundo, por ejemplo.
Los Ozone DSP 24 y Ozone DSP 27 son dos monitores de 24 y 27 pulgadas respectivamente (cuestan 209,90€ el primero, y 299,90€ el segundo) que cuentan con resolución 1.920 x 1.080. Esta resolución sigue siendo más que válida a día de hoy, y para jugar en competitivo es óptima gracias a que ambos monitores tienen un tiempo de respuesta de 1 milisegundo, el mínimo actualmente, y una pieza clave: un panel que se refresca a 144 Hz.
Cuanto mayor sea la tasa de refresco de un monitor, más frames por segundo podemos conseguir (siempre que nuestra tarjeta gráfica pueda con ello, claro). De esta manera, podemos jugar a 144 fps sin ningún problema a títulos como Overwatch o CS:GO, pero también a juegos para un jugador como puede ser DOOM. Esta mayor tasa de fps permite que nos movamos por la pantalla con una mayor suavidad, y como el monitor la acepta de forma nativa, jugar es un placer.
Además, ambos monitores cuentan con tecnología FreeSync de AMD. Esto significa que, si tenemos una tarjeta gráfica AMD Radeon, podemos ''descargarla'' de cálculos como la sincronización vertical, ya que es el monitor el que se encarga de realizar ese proceso para mejorar la respuesta del juego y eliminar en gran medida el tearing (esas líneas horizontales que, a veces, parten la pantalla en los juegos).
Jugar cómodos, ante todo
Cuando hemos dicho que hay que fijarse en muchos elementos a la hora de comprar un monitor, nos referíamos a los tecnicismos que hemos dejado en las líneas anteriores, pero también al propio diseño. Y es que, puede ser el mejor monitor del mundo, que si no se adapta a ti... no estarás cómodo ni jugarás en las mejores condiciones.
Los dos monitores de Ozone pueden rotar, tienen el recoge cables en la parte de atrás y cuentan con un regulador de altura que permite centrar la imagen para tener los ojos apuntando en todo momento al centro de la pantalla, pero también nos permiten regular la inclinación y el ángulo en el plano vertical para esas ocasiones en las que no tenemos el monitor justo enfrente.
También para consola
Y eso no es todo. Cuando hablamos de monitores, solemos pensar automáticamente en los PC como pareja ideal, pero las nuevas consolas son más parecidas a un ordenador que nunca, y como AMD es la que construye el hardware, las ha dotado de características que, hasta ahora, solo estaban presentes en ordenadores.
Por ejemplo, Xbox One, y One S/One X, son consolas compatibles con la tecnología FreeSync descrita anteriormente. Los beneficios también son palpables en consola al reducir el imput lag y mejorar la imagen que vemos en pantalla, por lo que podemos tener un completísimo set-up en nuestro escritorio en el que el monitor sea el centro de la experiencia entre el ordenador y Xbox One.
Descubre más sobre Business Solutions, autor/a de este artículo.
Conoce cómo trabajamos en Hobbyconsolas.