Pokémon Diamante y Perla: un viaje para el recuerdo que quiero ver brillar y relucir en Nintendo Switch

Tengo que reconocer que Pokémon Esmeralda siempre ocupará un hueco especial en mi corazón como uno de los juegos que más he disfrutado, y precisamente por eso, cuando lo completé empecé a impacientarme.

Recuerdos de mi primer viaje a Sinnoh

Las ansias de seguir haciéndome con todos, ya en mi Nintendo DS fueron a más y pronto encontraron un nuevo objetivo en las nuevas entregas de la saga principal: Pokémon Diamante y Perla. La esperada cuarta generación llegó a mis manos en aquel ya lejano 27 de julio de 2007. Y entonces todo cambió.

Desde un primer momento tuve clarísima mi elección. Lo de Palkia y un servidor fue amor a primera vista y enseguida me decanté por Pokémon Perla como la versión del juego con la que iba a empezar esta nueva etapa. 

Poco sabía sobre Sinnoh, pero me moría por probar las posibilidades táctiles (fijate tú, el primer smartwatch que tuvimos fue el Poké-reloj), aunque yo lo que quería en realidad era ver qué clases de Pokémon me aguardaban en cada ruta.

Cuando por fin empecé a jugar (recuerdo que fue por la noche, después de cenar), la historia me recibió mencionando a ese icónico Gyarados Rojo y la misteriosa relación entre los tres lagos de una región que, a cada paso que daba, más me cautivaba.

Mi elección fue un tanto atípica y me dio por el tipo Planta, algo que nunca había escogido como primera opción en pasados juegos. Aquel Torterra me llevó muy lejos y pienso tomar esa misma decisión en mi partida de Diamante Brillante y Perla Reluciente.

Por encima de todo, Diamante y Perla se acabaron convirtiendo en un reducto de felicidad que, cuando desvío la mirada hacia atrás con nostalgia, siempre me acaba sacando una sonrisa. El viaje por Sinnoh fue verdaderamente especial, al que más horas dediqué y permanece aún marcado en mi memoria...

Recuerdo los paseos nocturnos por Ciudad Jubileo con su apacible tema musical de fondo, llegar a Ciudad Canal y dirigirme cuanto antes a Isla Hierro para dar con el huevo de Riolu, visitar el Gran Pantano para hacerme con un Drapion, solucionar el puzzle del gimnasio de Ciudad Pradera...

Y como olvidar el frío de las rutas 216 y 217 hasta llegar al límite y alcanzar Ciudad Puntaneva, ascender a la Columna Lanza y plantar cara al Equipo Galaxia con mi querido Luxray y disfrutar de ese gran colorido que atesoraban los combates a doble pantalla con nuevas animaciones y efectos...

Son tantos buenos recuerdos y momentos que, después de todos estos años, no puedo evitar ilusionarme ante la posibilidad de volver a Sinnoh casi de la misma forma en la que lo hice por primera vez hace 14 años.

Un regreso cercano que trae novedades

Después de lo que hemos podido ver de Pokémon Diamante Brillante y Perla Reluciente tengo claro que estamos ante una entrega que nos devolverá a aquella lejana esencia de la saga que, poco a poco, ha ido evolucionando.

Estos remakes renovarán visualmente la región, pero veo en ellos un respeto al producto original. Los combates se van a ver realmente bien y estoy deseando vestir a mi cabezuda Maya con todo tipo de atuendos. Si tengo que ganar un Superconcurso renovado, será a la moda.

Está claro que hay un cambio artístico dentro de los remakes y todos estos retoques visuales permitirán descubrir algunas de las cualidades más características de Diamante y Perla bajo un nuevo prisma.

Y es que de prismas y minerales hay que hablar: por ejemplo, el subsuelo de Sinnoh, una de las funciones a las que más horas le dediqué (mi pantalla táctil acabó destruida después de tanto picar) se verá ampliada con zonas abiertas en este remake, algo que en lo que quiero... "escarbar".

Tampoco podemos olvidar las funcionalidades en línea, que aquí estarán a años luz de lo visto en los primeros juegos, donde la etiqueta "Wi-Fi" ya anticipaba lo que sería el futuro de los videojuegos.

La fidelidad de los remakes frente a los originales es evidente y, en este caso, es algo que me hace especial ilusión. Me apetece lanzarme de cabeza a la piscina de la nostalgia y revivir esos gratos recuerdos de la infancia, pero los cambios avivan ese afán explorador que nos inculcó el juego.

¿Cómo se presentará ante nosotros Cintia? (antes de destruirnos con su Garchomp, quiero decir). ¿Aparecerá todos los viernes un Drifflon en el Valle Eólico? Son tantas cosas por averiguar y rememorar, que no puedo evitar sentirme emocionado, como imagino que os pasará a vosotros.

Estoy seguro de que para muchos Pokémon Diamante y Perla también supusieron una aventura llena de momentos especiales y únicos que guardáis con cariño en el baúl de los recuerdos que todo fan de Pokémon tiene.

Pero la buena noticia es que, si no pudisteis vivir ese viaje en 2007 cuando erais niños, con estas nuevas entregas para Switch espero que experimentéis algunas de esas sensaciones que la región de Sinnoh guarda para todos sus entrenadores.

La puerta de entrada ideal a la saga Pokémon

Viendo cómo ha sido el camino de la franquicia, creo que estos juegos pretenden hacernos viajar de nuevo a un pasado más sencillo, con un desarrollo y una historia clásica amable para los recién llegados y que brinda ese espíritu Pokémon de la vieja escuela. 

Al final, se trata de que todos los fans, veteranos o primerizos, puedan disfrutar de las grandes aventuras que han ido componiendo esta saga y que, tras esta nostálgica píldora, nos propondrá dar ese ansiado salto que tantos años llevamos aguardando.

Sinnoh siempre se ha establecido como uno de los territorios más importantes del mundo Pokémon. Inspirada en la isla de Hokkaido, la segunda más grande de Japón, esta región nos trajo el comienzo de todo y el pilar base sobre el que se sustenta la mitología Pokémon.

Arceus, creador del universo, dio vida a Dialga y Palkia para que formasen el tiempo y el espacio respectivamente y con ellos se desencadenó lo que conocemos como mundo Pokémon.

Conocer este lore y redescubrirlo para aquellos y aquellas que ya lo vivieron, podría ayudar a tener una mejor perspectiva de Hisui, región que exploraremos en el mundo abierto de Leyendas Pokémon: Arceus y que más tarde acabará convirtiéndose en Sinnoh.

Por lo tanto, en el gran aniversario de la saga Pokémon, Diamante y Perla regresarán con más brillo y dispuestos a relucir bajo la luz de nuestros más agradables recuerdos, con unos remakes que me ilusionan como pocos hasta la fecha.

Tengo ganas de experimentar de nuevo un viaje que hizo que viese Pokémon con otros ojos y que reafirmó el amor que siento por esta saga. Siempre es un placer volver a nuestra casita de Pueblo Hojaverde.

Por David Rodríguez.