Uno de los momentos más comentados del E3 2018 fue el inicio de la conferencia de Sony: la compañía nipona decidió abrir con uno de sus juegos más esperados para PS4, The Last of Us: Part II, y de una forma muy, muy especial: mostrando a Ellie, la protagonista de la aventura, compartiendo un momento muy tierno con Dina (nuevo personaje de esta entrega que interpreta la actriz Shannon Woodward) que culminó en un romántico beso.
Si bien ha habido determinadas voces que se han opuesto a esta demostración de amor gay (tenéis la puerta ahí mismo; cerrad al salir), este gesto supone todo un hito en la industria: que un gigante como Sony abra su conferencia en la feria de videojuegos más grande e importante del mundo con una demostración de amor gay, es signo inequívoco de que algo está cambiando en una industria que llevaba demasiados años estancada, pidiendo a gritos una representación honesta del colectivo LGTBI que huya de los tópicos y las ridiculizaciones.
Nosotros queremos celebrar el momento tan bonito que está viviendo el medio repasando algunas de las ocasiones en las que los videojuegos han tratado las relaciones gay con el respeto y la madurez que merecen. Dicho de otro modo: queremos seguir celebrando el amor en los videojuegos.
Mass Effect 3
Con la saga Mass Effect, Bioware ha sido una de las compañías que más protagonismo ha dado a las relaciones entre personas del mismo sexo, siendo el juego donde más y mejor brillan Mass Effect 3. Bien es cierto que la cosa tiene trampa, pues estamos hablando de posibles romances: depende de nosotros elegir con quién se involucran sentimentalmente Maleshep o Femshep.
Además, han tenido sus más y sus menos (choca, sobre todo, lo mal que estaban llevados los romances homosexuales en Mass Effect: Andromeda de lanzamiento), pero su labor a la hora de representar las relaciones gay en los videojuegos es innegable. Si tuviésemos que quedarnos con una en concreta, probablemente elegiríamos el romance entre Shepard y Kaidan, por la naturalidad con la que desarrollan sus diálogos.
Dragon Age: Inquisition
No nos vamos muy lejos para hablar de la saga Dragon Age, también de Bioware, y concretamente de la (hasta ahora) última entrega: Dragon Age: Inquisition, donde encontramos a Dorian, un mago homosexual que, a pesar de las tradiciones que entraña la hechicería, no oculta en ningún momento su orientación y la abraza con toda naturalidad. De nuevo, y como en Mass Effect, que el Inquisidor mantenga una relación sentimental con Dorian es sólo una posibilidad, pero al tratarse del primer personaje íntegramente gay en un Dragon Age y teniendo en cuenta lo bien escrito que está, no podíamos dejarlo fuera.
The Last of Us
(El siguiente texto contiene 'spoilers' del primer The Last of Us y su DLC, Left Behind).
A pesar de que ahora sólo se habla del beso de Ellie en The Last of Us 2, el primer The Last of Us ya incluía representación LGTB. Por un lado, en la campaña principal, tenemos a Bill, un superviviente que se alía temporal (e incómodamente) con Joel y Ellie. El hecho de que sea homosexual se mantiene de una forma semi-oculta (si no descubrimos las notas donde se revela la relación sentimental que mantenía con Frank puede pasar desapercibido), así que no es el ejemplo de relación más destacable. El que sí merece más atención es el que vemos en Left Behind, el DLC para la aventura original donde Naughty Dog dejó clara la orientación sexual de Ellie.
A lo largo de todo el DLC, vemos que existe una atracción mutua entre Ellie y su amiga Riley, pero ninguna se atreve a expresar abiertamente sus sentimientos. Por suerte, al final ambas se sinceran y comparten un beso que estamos seguros que habría dado lugar a una hermosa relación lésbica... Pero el cordyceps se interpuso entre ellas.
Gone Home
(El siguiente texto contiene 'spoilers' de Gone Home).
El caso de Gone Home es bastante particular, principalmente porque en ningún momento contemplamos la relación de una forma tradicional... Aunque eso no la hace menos bella. En su lugar, la descubrimos a través de los diarios que Samantha, hermana de Katie, ha dejado en su antigua casa. A través de estos escritos, descubrimos una historia de estilo coming-of-age que narra los problemas que Sam tuvo que afrontar para aceptarse y ser aceptada, cómo logró encontrar consuelo en los brazos de Lonnie, y cómo ese consuelo se transformó en afecto y, finalmente, amor.
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Life is Strange: Before the Storm
El primer Life is Strange nos daba la posibilidad de hacer que Max y Chloe estuviesen sentimentalmente involucradas, aunque de una forma un tanto sutil (para dejar la puerta abierta a la amistad; estamos hablando de un juego que gira en torno a tomar decisiones, al fin y al cabo). Y hasta que llegue Life is Strange 2, que dicho acontecimiento forme parte del canon o no está en el aire.
En Life is Strange: Before the Storm, sin embargo, no hay sutileza alguna: si decidimos que Chloe y Rachel han de estar juntas, ambas expresan sus sentimientos abiertamente y sin tapujos. Y es precioso. Porque Life is Strange refleja como pocos la inseguridad, la alegría, las preocupaciones y la torpeza del amor adolescente. Y, sinceramente, aunque Dontnod saliese ahora diciendo que en ambos juegos todo es una hermosa amistad, nosotros lo tenemos claro: la opción gay es la única opción correcta en Life is Strange.
Análisis de Life is Strange: Before the Storm
The Red Strings Club
The Red Strings Club es uno de los mejores juegos españoles de los últimos años, y si todavía no habéis jugado a esta aventura narrativa ambientada en un futuro cyberpunk, deberíais dejar de leer ahora mismo y lanzaros a por él. Pero además de caracterizarse por un guión magnífico, que nos invita constantemente a cuestionar nuestra percepción y filosofía sobre multitud de aspectos sobre la vida, el juego de Deconstructeam está protagonizada por una pareja gay: el barman/traficante de información Donovan y el pianista/hacker/activista Brandeis. Y se trata de una relación tratada con una ternura, naturalidad y respeto asombrosos. Además no es el único caso de personajes LGTB que encontramos, y es que The Red Strings Club es sin duda todo un ejemplo de representación en los videojuegos.
Night in the Woods
Podríamos dar mil razones para jugar a Night in the Woods, empezando por su gran representación de las enfermedades mentales y lo que suponen (algo que también hemos visto recientemente en el magnífico Celeste). Pero el motivo de que esté aquí es porque parte de su elenco de personajes pertenece al colectivo LGTB, empezando por Mae, la protagonista, que es pansexual. Pero sin duda el caso más destacable es el de Gregg y Angus, una pareja homosexual que mantiene una relación amorosa.
De hecho, nos atreveríamos a decir que estamos ante la mejor representación de una relación gay que hemos visto en el mundo del ocio virtual. ¿Su secreto? Normalización. En ningún momento se utiliza su orientación como recurso para sorprender ni se coloca el foco sobre este hecho, como si fuese algo excepcional: llevan una relación plagada de momentos malos y buenos, de temor y ternura, de enfados y sinceridad. Como cualquier relación, vaya.
Assassin's Creed Odyssey
Para terminar, vamos a permitirnos el lujo de incluir un juego que aún no está a la venta: Assassin's Creed Odyssey. Por primera vez, la popular saga de Ubisoft nos permitirá elegir el género del personaje protagonista, pudiendo decantarnos por Kassandra o por Alexios. Y, también por primera vez en la saga, Odissey cuenta con un sistema de diálogos (al más puro estilo Bioware) que nos da la posibilidad, entre otras cosas, de entablar relaciones amorosas con otros personajes, sean del género que sean (algo que, por si había dudas, es fiel al contexto histórico de esta entrega). Aunque en el pasado tuvieron algún traspiés, Ubisoft sigue demostrando que actualmente y en materia de representación de colectivos, son una de las compañías a la cabeza.
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