Ayer se estrenó Aves de Presa (y la fantabulosa emancipación de Harley Quinn), la primera de las dos películas de DC Comics que vamos a ver este año en la gran pantalla, siendo la segunda Wonder Woman 1984. La cinta dirigida por Cathy Yan y escrita por Christina Hodson llegaba a las salas de cine de todo el planeta con un apoyo prácticamente unánime por parte de la crítica, pero con muchas dudas en el seno de los fans, especialmente aquellos que eran seguidores de las Aves de Presa en los cómics y tenían la sensación de que, en los tráilers y el material mostrado, la nueva película del Universo DC era en realidad una película de Harley Quinn.
Y, efectivamente, así ha sido. Por lo tanto, en esta crítica comiquera (la crítica cinematográfica ya la tenéis disponible en la web) nos vamos a centrar especialmente en la adaptación que se ha llevado a cabo del personaje de Harley Quinn, porque el concepto de Aves de Presa en los cómics de DC era extremadamente diferente y no tiene nada que ver (a excepción del nombre de algunos personajes) con lo que se ha mostrado en la película. Sí, Canario Negro, La Cazadora y compañía están ahí; estéticamente diferentes, pero están ahí. Sin embargo, es el modo de presentar a los personajes que componen el grupo y el concepto del grupo en sí lo que no coincide entre filme y cómic.
Así pues, podemos decir sin temor a equivocarnos que la película es una grandísima adaptación del personaje de Harley Quinn, pero una terrorífica representación de las Aves de Presa en la gran pantalla. Es normal que esté habiendo tanta división en la reacción de los espectadores, aunque lo cierto es que esta cinta es una cinta sin pretensiones, llena de acción, divertida, alocada, traviesa, violenta, con un tono flúor que marca completamente la estética de los diseños de producción y con una protagonista (Margot Robbie) en estado de gracia, cuyo amor por el personaje se ha notado aquí de manera más mayúscula que en Escuadrón Suicida y ha pasado de tener un coqueteo con ella a estar profundamente enamorada del Arlequín de Gotham.
¡¡A PARTIR DE AQUÍ HAY SPOILERS!!
Y eso que el inicio de la película no es completamente positivo con Harley Quinn en cuanto a adaptación del personaje de los cómics. La película de Aves de Presa comienza con una voz en off de la protagonista contando su historia, mientras se ven unos dibujos animados de fondo. Esto puede parecer un recurso narrativo estúpido, pero es un homenaje al verdadero origen de Harley Quinn: la serie de televisión animada de Batman de los años 90. Harley le debe su vida a la animación, no a los cómics, por lo que es un homenaje muy bonito de la película desde sus inicios. Sin embargo, hay un cambio sustancial muy importante dentro de la historia de Harley Quinn en la película.
En la cinta nos explican que Harleen Quinzel fue abandonada por sus padres en una especie de orfanato dirigido por monjas. El resto de la historia de Harley (graduarse en psicología, ir a Gotham, acabar en el Asilo Arkham, enamorarse del Joker) es exactamente igual en las películas que en las viñetas. Sin embargo, el cambio de los padres es, quizás, excesivo (luego profundizaremos en ello). Y es que en los cómics, al menos lo que actualmente es canónico y vigente dentro de la continuidad de DC, los padres de Harleen Quinzel fueron unos padres normales y corrientes y, de hecho, tienen un papel importante en la vida de la anti-heroína/villana en el presente.
El cambio es verdaderamente sustancial, aunque pueda pasar desapercibido para mucha gente. Este cambio justifica ese miedo irracional de Harley a la soledad, algo que es parte inherente desde el principio. De hecho, la escena en la que Harley Quinn explica qué significa ser un arlequín a Canario Negro es la definición exacta de los miedos internos del personaje. Harley siempre ha sido incapaz de estar sola. Desde el principio de los tiempos estuvo supeditada al Joker y, cuando terminaron la relación una vez sucedido el evento de La Muerte de la Familia, Harley dejó Gotham y regresó a Nueva York, su ciudad natal, para establecerse en la divertida y colorida Coney Island.
Allí, nada más llegar, se rodeó de gente. Muy variopinta (un enano, una madame, una cabra, un huevo), pero lo importante es que Harley no estaba sola. Es más, siempre tiene el apoyo de Hiedra Venenosa de fondo, un hombro en el que llorar y "algo más", si así se el antoja a el o la guionista de turno. Ese miedo a la soledad de Harley Quinn ejerce aquí un influjo nocivo en personificación alcohólica. La villana da rienda suelta al alcoholismo en su máximo exponente y no sale de él hasta que empieza a verse rodeada de gente. Y esa catarsis, el punto del que surge el miedo a la soledad del personaje, empieza por el abandono de sus padres cuando tan sólo era una niña en la película.
Los cómics de Harley Quinn de Amanda Conner y Jimmy Palmiotti han sido la mayor fuente de inspiración
Dejando de lado la influencia de películas recientes como Deadpool en las formas o de John Wick en la acción, además del enrevesado montaje a lo Guy Ritchie por el que apostó el guion de Christina Hodson (muy trabajado, por cierto), la mayor inspiración de la película de Aves de Presa a la hora de abordar el personaje de Harley Quinn han sido los cómics de Amanda Conner y Jimmy Palmiotti.
Margot Robbie, actriz y productora de la cinta, ha reconocido que ha convivido durante mucho tiempo con las viñetas y que ha buscado información en los cómics antes de ponerse con la película, por lo que no sorprende en absoluto que la aproximación y caracterización de ella en el filme esté tan ajustada y tan consolidada a lo canónico actualmente.
Ese ir y venir de diseños estéticos del personaje; esa violencia completamente gratuita en muchos casos, desmedida en otros y abrumadora en unos pocos; esas locuras sin venir a cuento y con ese puntito de humor negro; ese color de fondo en tonos flúor obligando a que la estética roce lo absurdo, llegando a ser histriónico o incluso molesto; la obsesión de Harley Quinn con la comida, sobre todo si es grasienta; la presencia de algunos elementos en forma de easter egg como Bernie, el castor disecado, y, especialmente, el tono de comedia que tiene la película, sin pretensiones, con el único propósito de hacerte reír y de pasar el rato... Eso es exactamente lo que es la Harley Quinn de Amanda Conner y Jimmy Palmiotti.
Y sí, en aquellos cómics también hay momentos para la profundidad y el drama, como también es el caso del personaje en esta película. Hay momentos donde el oasis de alivio cómico permanente donde habita el filme se abandona durante un segundo y nos muestra la cara más dura y cruda de la historia de Harley Quinn y somos partícipes de sus miedos. Tan sólo es un instante breve, apenas lo rozamos y ya estamos de vuelta en la locura, la diversión, el humor y la acción, exactamente igual que sucede en las viñetas de esta mencionada etapa de Los Nuevos 52 que ha servido como inspiración a Aves de Presa.
De hecho, hay muchos otros homenajes dentro de la cinta a dicha etapa en concreto, como la pelea final en esa especie de parque de atracciones que nos llevan hasta la zona del Luna Park en Coney Island, donde vive Harley Quinn en las viñetas. También ese inicio donde vemos al personaje protagonista participar en eventos de roller derby, exactamente igual que lo hace junto a otras chicas de Coney Island en los cómics. Por no hablar del homenaje a la Harley Quinn original de la serie de animación con la inclusión de una de sus hienas, que al mismo tiempo referencia a Bruce Wayne y nos confirma que la película sigue perteneciendo a un universo en el que está Batman... Sea quien sea Batman ahora, claro está.
Sin embargo, a pesar de todas las referencias, a pesar de todos los homenajes y todos los guiños que hay ocultos en la película, lo que más se ajusta al personaje de Harley Quinn y lo adapta a las mil maravillas es la caracterización de Margot Robbie. Una actriz en estado de gracia, concienciada y decidida a hacer una buena película interpretando un rol que le gusta es, casi siempre, sinónimo de éxito.
Margot le da el carácter preciso a Harley y hace que ella sea uno de los personajes mejor adaptados del Universo DC reciente. Su locura interpretativa no cae en el histrionismo e incluso la sobreactuación, sino que le aplica una dosis de pausa gestual para conseguir una interpretación tan cercana a las viñetas que ya no sé cuál es la "copia" y cuál la "original".
En definitiva, la película de Aves de Presa es una grandísima adaptación del personaje de Harley Quinn en la gran pantalla, tanto por la cantidad ingente de referencias que han usado de los cómics del personaje como por el talento y el cariño de la actriz a la hora de llevarlo a la acción. Sin embargo, la espinita se nos queda clavada con la pobre adaptación que las Aves han sufrido. Es cierto que, al final del filme, se abre la puerta a que veamos unas Aves mucho más emparejadas (en lo que a tono se refiere) con los cómics, especialmente porque Christina Hodson se está encargando del guion de Batgirl. Pero, mientras tanto, lo que tenemos no ha llegado a ser exactamente lo que debería ser.
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