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Final Fantasy VIII - Análisis retro

Javier Parrilla

Final Fantasy VIII - Análisis retro
Final Fantasy VIII nos hace retroceder hasta el año 1999. La segunda entrega de la saga para PSone volvió a cautivarnos por sus personajes, historia, invocaciones y sus gráficos para la época.

Hablar de Final Fantasy VIII es hablar de sables-pistola, academias militares voladoras que se llamaban jardines, historias de brujas tiranas, viajes temporales y al espacio exterior, compresiones del tiempo, la lágrima de la luna, guardianes de la fuerza, etcétera. Estos son solo algunos de los términos que nos vienen a la memoria si recordamos esta entrega de la saga. Tras el precedente que creó Final Fantasy VII, las expectativas con Final Fantasy VIII eran altísimas. El lanzamiento de una nueva entrega de la serie principal de Final Fantasy era todo un acontecimiento mediático. Y no decepcionó.

Final Fantasy VIII se estrenó en Japón el 11 de febrero de 1999 en PSone, hace ya 17 años. En nuestro caso, esta entrega de la saga de Square (a secas) se lanzó el 27 de octubre de ese mismo año, casi dos años después de la salida de Final Fantasy VII. En el año 2000, Final Fantasy VIII tendría su versión para PC. Nuevamente, nos encontrábamos un RPG con combates por turnos y escenarios con gráficos pre-renderizados. La aventura se volvía a dividir en cuatro CD's, intercalada por varias escenas de vídeo épicas e impresionantes a nivel visual por aquel entonces.

Final Fantasy VIII - Análisis retro

Squall Leonhart, rumbo a Dollet antes de convertirse en SeeD

Sin embargo, la saga Final Fantasy seguía evolucionando y Final Fantasy VIII no repetía todos los ingredientes de la fórmula del éxito de Final Fantasy VII. En primer lugar, Final Fantasy VIII apostó por el aspecto realista y proporcionado para el diseño de sus personajes, abandonando el estilo super deformed de su predecesor. Por otro lado, el sistema de batalla eliminó los PM o puntos de magia. En este caso, las magias había que extraerlas de los enemigos y se almacenaban. A continuación, las diferentes magias se podían enlazar a los distintos personajes para potenciar sus atributos. De este modo, la subida de nivel no era un factor crucial para progresar en la trama y vencer a los jefes del juego.

Final Fantasy VIII arrancaba con una introducción épica, de las más memorables de la generación de los 32 bits. Con la música 'Liberi Fatali', Squall Leonhart, el protagonista, y Seifer Almasy, su rival, se enfrentaban en un reñido duelo. A partir de ahí, empezaríamos nuestra odisea con Squall en la enfermería del Jardín de Balamb, una escuela militar en la que se forman a los SeeD, unos soldados dispuestos a actuar cuando se les necesita en cualquier clase de conflicto. Con este ambiente tan estudiantil, Final Fantasy VIII nos hacía soñar con las instalaciones de ese centro, imponente y majestuoso por fuera y por dentro. ¿Quién no se imaginó como estudiante de esa academia? Un lugar en el que podías luchar contra arqueosaurios en la zona de entrenamiento, nada más y nada menos.

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El Jardín de Balamb

Squall no estaría solo a lo largo de la aventura. El equipo de personajes no sería tan variopinto como el de Final Fantasy VII, pero cada integrante tenía una personalidad muy marcada y su arma característica: la instructora Quistis Trepe, la simpática Selphie Tilmitt, el intrépido Zell Dincht, el ligón Irvine Kinneas y, por supuesto, la dulce Rinoa Heartilly, sin olvidarnos de su perro Angelo. Aparte de esta tropa de héroes, alternaríamos el control en momentos determinados con Laguna Loire y sus compañeros Ward y Kiros. Este misterioso trío aparecía en sueños de los personajes principales.

Y es que el argumento de Final Fantasy VIII era uno de los puntos fuertes del juego. La premisa inicial por la que empezábamos a luchar no dejaba entrever que algo mucho más gordo se cocía en la historia de esta entrega. Los que parecían los malos al final no eran tan malos y, progresivamente, íbamos descubriendo que había un enemigo mucho más poderoso detrás de todo. Entre sueños que actuaban como flashbacks, pérdidas de memoria a causa del uso de los Guardianes de la Fuerza, posesiones y viajes en el tiempo, la confusión estaba servida. De hecho, hay diferentes teorías sobre Final Fantasy VIII como la posible verdadera realidad de todo lo que sucede tras terminar el primer CD o la supuesta verdadera identidad de Rinoa en relación a su insinuado parecido con Artemisa, la villana absoluta de esta entrega.

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La bruja Edea

Como viene siendo habitual y característico en la saga, en Final Fantasy VIII no faltaban las invocaciones. En esta entrega no se les conocía como eones o eidolones, sino como Guardianes de la Fuerza. Según la trama, su uso repetitivo provocaba pérdida de memoria. Lo que sí era notable en batalla era la reducción del tiempo de aparición del guardían según su relación con el personaje que le invocaba. Los Guardianes de la Fuerza eran Quetzal, Shiva, Ifrit, Sirena, Hermanos, Rubí, Leviatán, Diablo, Cerbero, Eolo, Alejandro, Odín, Gilgamesh, Helltrain, Edén, Fénix, Bahamut, Cactilio, Rey Tomberi, Minimog, Boko y Moomba. Algunos había que extraerlos en plena batalla contra jefes para conseguirlos y otros eran enfrentamientos directos contra ellos, entre otras situaciones especiales.

Probablemente, uno de los recuerdos que os venga de las invocaciones de Final Fantasy VIII era la habilidad Apoyo. Consistía en pulsar el botón Select del mando para dejar la interfaz de la pantalla limpia durante la secuencia de aparición del Guardián de la Fuerza. Antes de que el guardián realizara su espectacular ataque, podíamos pulsar repetidamente el botón cuadrado para incrementar su poder. Es decir, apretábamos el botón cuadrado como descosidos y acabábamos con agujetas en el dedo pulgar de la mano.

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Sirena, una de las invocaciones de Final Fantasy VIII

Si las invocaciones con el motor gráfico del juego ya resultaban una delicia visual, Final Fantasy VIII nos dejó con la boca abierta con sus secuencias de vídeo. Aparte de la mencionada introducción, quién no recuerda la escena del baile de graduación en el Jardín de Balamb. Allí, Squall conoce a Rinoa y baila con ella cual pato mareado. Otra secuencia de vídeo memorable es el desfile de la bruja Edea en Deling, capital de Galbadia y ciudad inspirada en París. Poco después, llega el fin del disco 1 de Final Fantasy VIII con un Squall malherido y dejándonos con ganas de poner el CD 2 cuanto antes para ver cómo continuaba el juego.

Sean secuencias de vídeo, combates por turnos o exploración de los escenarios, Final Fantasy VIII tenía la melodía perfecta para cada ocasión. La banda sonora del juego volvía a estar a cargo del compositor japonés Nobuo Uematsu. Desde el himno de corte épico 'Liberi Fatali' hasta composiciones más oníricas, desenfadadas y rockeras formaban parte del tracklist de esta entrega. No nos podemos olvidar de 'Eyes On Me', el tema principal de juego, interpretado por la cantante china Faye Wong. Esta canción fue el primer tema musical cantado en la saga Final Fantasy y fue todo un hit para la carrera de esta artista. De hecho, le pagaron un millón de dólares por su interpretación.

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Rinoa en el baile de graduación. Un gesto vale más que mil palabras.

Final Fantasy VIII no era solamente una historia romántica entre Squall y Rinoa, ni una lucha sin precedentes contra la bruja del futuro Artemisa y su intención de comprimir el tiempo. Como buen Final Fantasy, teníamos diversiones secundarias y opcionales que alargaban la duración del juego. Por una parte, teníamos los Bosques Chocobo, repartidos en siete puntos del mapamundi. Sin embargo, el minijuego principal de Final Fantasy VIII era la Triple Triada, un juego de cartas coleccionables a lo largo de la aventura. Cada región de Final Fantasy VIII tenía sus propias reglas y se podían entremezclar unas con otras.

Lejos de quedar olvidado en el tiempo, Final Fantasy VIII sigue siendo recordado como una de las mejores entregas de la saga Final Fantasy y uno de los juegos más icónicos del catálogo de la primera consola de Sony. A día de hoy, Square Enix está desarrollando Final Fantasy VII Remake, el remake de su predecesor. ¿Se animará a rehacer este Final Fantasy VIII en un futuro? Habría que preguntárselo a Artemisa (Ultimecia en territorio americano). Sea como sea, este año tenemos nueva entrega de Final Fantasy con el lanzamiento de Final Fantasy XV, del que se espera que revelen su fecha de salida exacta próximamente. La magia se acerca...

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