Soul Calibur V no quería perderse la oportunidad de estar presente en esta edición de GAMEFEST 2011, y es que el nuevo Soul Calibur V es la culminación de una saga de lucha que lleva más de un lustro entre nosotros haciéndonos disfrutar de lo lindo. Y, como no, su hueco privilegiado tiene en este GAMEFEST 2011, mucho nos ha costado hacernos con los mando de una PlayStation 3 para probarlo, pero después de esperar un rato lo hemos conseguido.
Lo primero que nos ha llamado la atención es el control de los personajes, mucho más rápido y dinámico que en anteriores versiones de Soul Calibur, eso sí, conservando la mayoría de los combos de antaño y, como no, el carisma de los personajes, Voldo sigue siendo un ser repugnantemente abstracto con unos movimientos amorfos que nos dejarán asombrados.
Astaroth también estará presente en este Soul Calibur V y, como no, su gigantesca y demoledora hacha. En el tiempo que hemos estado jugando ha sido el personaje que más alegrías nos ha dado, no se puede decir lo mismo de nuestros adversarios… ¡¡Pobrecicos!!
Aunque hay viejos conocidos, en este Soul Calibur V predominan las nuevas caras. Por ejemplo, nos hemos sorprendido al encontrar a los hijos de Sophitia, Patroklos y Pyrrha, que son muy duchos con sus respectivas armas.
Los combates contra la máquina son divertidos, pero no tanto como el multijugador. Cuando estábamos tan felices con nuestro Astaroth reventando cráneos con su hacha en el modo individual, se nos ha acercado un imberbe jugón para preguntarnos ¿puedo? Ante nuestra afirmación ha cogido el mando de PS3 y ha seleccionado a Voldo. El asalto ha sido más que nada de tanteo, después de estrujar nuestro hacha en su abdomen ha contraatacado con sus cuchillas, pero al fin le hemos tumbado. La victoria ha sido un espejismo, después de enseñar todos nuestros trucos en el primer combate hemos estado a su merced durante un buen rato. No hemos llevado la cuenta de los asaltos que hemos jugado, pero nos ha ganado todos. A ver si se lanza ya este Soul Calibur V y podemos practicar más. ¡¡Qué ganitas!!
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