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ILM: Así nacieron los efectos especiales de Industrial Light and Magic

Benjamin Bruna

Industrial Light and Magic
Bajo las siglas ILM están las palabras Industrial Light and Magic, la empresa que a finales de los años 70 revoluciono el mundo de los efectos especiales con su primer trabajo, una película de serie B llamada Star Wars.

Como muchos de los grandes de la historia de la humanidad algo tan grande como ha llegado a ser ILM (Industrial Light and Magic) surgió de una necesidad. La necesidad de un, por aquel entonces,  joven George Lucas que venia de dirigir una película costumbrista de la juventud de los años 60 como es American Graffiti. Cuando el director se planteo llevar a la pantalla su proyecto llamado The Star Wars, y consiguió el apoyo y soporte de Twenty Century Fox se dio cuenta de que no había ningún departamento preparado para llevar a cabo su visión.

Dispuesto a que todo funcionara como el quería la solución de Lucasfilm fue crear su propio departamento de efectos especiales. En la cabeza de Lucas estaba el contar con Douglas Trumbull, un experto en esos temas, pero fue imposible. Trumbull estaba ocupado preparando la película de otro joven director, "Encuentros en la tercera fase". Aunque la colaboración fue imposible marcó los primeros pasos de Industrial Light and Magic, ya que en esa reunión Trumbull señalo a John Dykstra como la persona adecuada para comenzar esa aventura.

Dykstra, que venia de trabajar en 2001: Una Odisea en el espacio, lideró el grupo donde se encontraban algunos jóvenes talentos que años después escribirían su propio nombre en la historia de Hollywood como Joe Johnston, director de Capitán América: El primer vengador o Dennis Murren que fue el responsable de los increíbles dinosaurios de Parque Jurásico, sin olvidarnos de Phil Tippet el maestro de los efectos animatrónicos que sería responsable de un clásico de los años 80 como es Robocop.

Pero no hay que dejarse engañar por el párrafo anterior, que suena un poco al sueño americano, los comienzos de ILM no fueron fáciles, y costaron mas de un disgusto a George Lucas y a la Fox, que vieron en algunas ocasiones como el proyecto de Star Wars se tambaleaba debido al ritmo del rodaje y unos cuantos aumentos del presupuesto. Cuando Lucas convención a Twenty Century Fox gracias en parte al gran trabajo de Ralph McQuarrie el presupuesto original fue de ocho millones, La guerra de las galaxias terminaría teniendo un presupuesto de once millones debido en gran parte al departamento técnico.

Este equipo establecido en Van Nuys (California) no tuvo las cosas fáciles. Dykstra y compañía se encontraron ante un panorama desalentador, no había ninguna técnica que les ayudara a dar vida a las ideas de George Lucas, emperrado en que las batallas parecieran un combate áereo de la Segunda Guerra Mundial. Esto les llevó a gastar buena parte del tiempo en desarrollar el primer sistema de grabación controlado por ordenador. Una cámara, la Dykstraflex. Su gran avance, aunque hoy parezca simple, fue hacer que fuese la cámara la que se mueva alrededor de la maqueta y no al revés como se había hecho hasta la fecha. 

Dykstraflex. La camara de ILM

Estos avances aunque parezca una paradoja, fuerón los que consiguieron que George Lucas se retirase de la dirección por unos cuantos años. Sí, puede sonar raro, pero la verdad es que cuando la fotografía principal en plató y exteriores había terminado John Dykstra y ILM solo tenían una escena de la película terminada. Ver que solo estaba rodada la escena de la capsula de escape de R2-D2 y C-3PO, y todo el estrés acumulado hicieron que el joven director terminase en el hospital debido a crisis de ansiedad. Todo este descontrol consiguió que desde Twenty Century Fox observaran a Dykstra, Tippet, Peterson, Murren y compañía como una panda de hippies con demasiado tiempo libre cuyo entretenimiento era pagado por Fox. 

Toda esta situación hizo que el equipo se esforzara a tope para cumplir plazos, aunque Una nueva esperanza termino estrenándose en mayo de 1976 en lugar de la fecha que le hubiera gustado al estudio, Navidades de 1975. Una vez desarrollada toda la tecnología necesaria para poder filmar las batallas espaciales todo fue como la seda, dando lugar a momentos inolvidables. Uno de los mas memorables quizá sea la batalla en la trinchera de la Estrella de la Muerte, rodada en el exterior del cuartel general se utilizo una maqueta de varios metros. Una vez mas, mientras que la maqueta permanecía fija la cámara estaba controlada desde  una furgoneta.

Tras todas estas aventuras y desventuras Star Wars se convirtió en un éxito inmediato el 25 de mayo de 1977. Los efectos de ILM mostraron al público algo que no habían visto hasta la fecha. Si habéis tenido la suerte de ver Star Wars: Una Nueva Esperanza en cines, ya sea en su estreno original, el estreno de la Edición Especial o en algún maratón la primera vez que ves un destructor estelar pasar por encima de tu cabeza es algo difícil de olvidar. Este éxito no consiguió limar las asperezas que surgieron entre George Lucas y John Dykstra, de esta manera Dykstra abandonaría Industrial Light and Magic al terminar el rodaje.

Esta fue la semilla de la empresa a la que tenemos que agradecer algunos de los mejores efectos especiales de la historia del cine, como habéis visto los comienzos no fueron fáciles, pero todos esos días en Van Nuys fueron el germen de lo que ILM llego a ser años después, marcando el punto mas alto de los efectos ópticos en Star Wars: El Retorno del Jedi o innovando en hitos como el caballero de El Secreto de la Pirámide, que tiene el honor de ser el primer personaje creado por ordenador. Ya veis, casi no se puede imaginar el cine sin ILM, y esperemos que nos sigan sorprendiendo durante muchos años mas, empezando por Rogue One - Una historia de Star Wars.

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