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Jugar a Sekiro como a Dark Souls sólo sirve para morir

Sekiro: Shadows Die Twice
Sekiro: Shadows Die Twice era uno de los juegos disponibles (por sorpresa) en Madrid Games Week 2018. Ahí van unas impresiones del nuevo juego de acción e infiltración ninja de FromSoftware para PS4, Xbox One y PC.

El pasado fin de semana se celebró Madrid Games Week 2018, y entre todos los juegos previamente anunciados (Kingdom Hearts 3, Resident Evil 2, Pokémon Let’s GO...), hubo dos gratas sorpresas: Devil May Cry 5 y Sekiro: Shadows Die Twice. Curiosamente, comparten tres cosas: se podían probar en el stand de Microsoft, se lanzan el mismo mes (marzo de 2019) y son los dos juegos que más espero del año que viene. 

Y como ya he hablado de Devil May Cry 5 (hace poco, además), hoy vengo a dar la tabarra con Sekiro, el nuevo juego de acción e infiltración ninja de FromSoftware para PS4, Xbox One y PC. Pero eso ya lo sabéis.

El lobo de un solo brazo

Lo que quizá no sabéis (o sí, todo el que estuviera dispuesto a hacer cola pudo probarlo) es que Sekiro no es Dark Souls. Después de semejante obviedad, me explico: uno llega a los juegos de FromSoftware esperando reencontrarse con ciertas... cosas: físicas locas en los cadáveres enemigos, un dragón en la primera zona del juego, pantanos venenosos... 

Y aunque ya sabíamos que Sekiro: Shados Die Twice iba a ser diferente (es probable que no aparezca Patches… ¡Patches!), me atrevería a decir que haber pasado cantidades obscenas de horas a Dark Souls, Demon’s Souls o Bloodborne puede suponer un problema. De hecho, va a ser necesario un proceso de “reacondicionamiento”

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Y tengo varios detalles para demostrarlo: los objetos no se usan pulsando X (en One), Cuadrado (en PS4) e Y (en Switch), sino arriba en la cruceta. La esquiva sí que está asociada al botón al que estamos acostumbrados, pero su uso ha cambiado radicalmente: si pulsamos una vez, el shinobi protagonista (apodado Sekiro, aunque ese no sea su verdadero nombre) realiza un paso lateral. Para efectuar la clásica voltereta, y así cubrir más espacio, es necesario mantener pulsado.

Sekiro

Pueden parecer pequeñas tonterías, pero si habéis jugado a los últimos títulos de From, sabréis que no es así. Por ejemplo, durante las primeras partidas traté de abusar de las esquivas, pero como no sabía lo de mantener presionado para rodar, Sekiro rara vez evitaba los ataques. Acudí al gatillo inconscientemente. 
Y como no era capaz de utilizar objetos curativos, ni la segunda oportunidad tras la muerte evitó que viese la pantalla de Game Over más de una docena de veces... Contra los tres primeros enemigos.

Y por supuesto está el hecho de que tenemos un botón de salto, lo que a efectos prácticos supone una segunda opción para esquivar (tajos horizontales, principalmente). Pero en Sekiro Shadows Die Twice la verdadera protagonista es la postura. Si mantenemos pulsado el botón de bloqueo evitamos el daño, pero se incrementa nuestra barra de postura. Y cuando llega al máximo, Sekiro queda aturdido y completamente vulnerable. Para evitarlo, debemos usar el bloqueo en el momento justo; el sonido de aceros entrechocando es la pista de que lo hemos hecho bien. 

Sekiro Shadows Die Twice

Y lo mismo sucede con los enemigos: atacando de forma continuada se incrementa su medidor de postura, y cuando llega al tope quedan atontados durante un par de segundos que podemos aprovechar para realizar una ejecución shinobi. Es alucinante la cantidad de animaciones distintas que hay para estas ejecuciones, que además de ser diferentes para cada enemigo, cambian en función de la posición de Sekiro al realizarlas. Todas son violentas y visceralmente satisfactorias. 

El terrorífico enemigo de Sekiro Shadows Die Twice

Contra los enemigos básicos no necesitamos preocuparnos demasiado por la postura (la suya, la nuestra es una preocupación constante), pero donde realmente tiene protagonismo es contra jefes y mini-jefes. Pongamos que uno de estos enemigos tiene dos barras de salud: aquí no se vacía una y automáticamente se pasa a la siguiente, sino que también hay que aumentar su postura al máximo y realizar la ejecución shinobi para continuar. De lo contrario, si esperamos demasiado y su postura se recarga, estaremos atacando a un enemigo eternamente. 

Esto, que dicho así puede parecer engorroso, es en realidad una ventaja si sabemos cómo aprovecharlo. Reduciendo la postura, podemos poner fin al combate (o a una barra completa) sin tener que vaciar la salud del enemigo.

¿Y qué pasa con los parrys? Que también están, pero ahora reciben el nombre de mikiri, esto es, realizar una esquiva hacia el enemigo en lugar de alejándonos del enemigo. Para que nos entendamos, funciona de manera similar a los parrys de Street Fighter 3. Al efectuarlo correctamente, detenemos el ataque enemigo y contraatacamos. La gracia está en que el mikiri también se puede utilizar contra  ataques que no es posible bloquear, representado con un kanji de color rojo.

Y también tenemos la prótesis shinobi, que de nuevo viene a descolocar a cualquier veterano Soulsborne. Decid adiós a los ataques fuertes: en Sekiro sólo tenemos una combinación de golpes de katana básicos, dejando el gatillo inferior derecho reservado para los distintos efectos del brazo mecánico: en esta demo, era posible lanzar shurikens, dar un hachazo o usar un lanzallamas. Ahora bien, los combos siguen existiendo, pero se realizan pulsando el botón de ataque básico inmediatamente después del brazo: tras arrojar shurikens, Sekiro se lanza de cabeza hacia el enemigo; tras el golpe con hacha, realiza un segundo golpe aún más poderoso; y tras la llamarada, la espada queda bañada en fuego.

Por lo general, cada enemigo es débil a uno de las habilidades del brazo, así que una de las gracias de Sekiro residirá en descubrir qué es lo que le hace más daño a cada uno. Por ejemplo, la Monja Corrupta (por su risa, juraría que es monja, y no monje), la jefa del final de la demo, a la que se llegaba después de un "pequeño" encontronazo con una serpiente descomunal, era débil al fuego del lanzallamas. Claro que ni sabiendo esto fui capaz de derrotarla, y por lo que me comentaron los responsables del stand, nadie lo logró durante la feria. 

Si queréis probar suerte, podréis hacerlo el próximo 22 de marzo, cuando Sekiro: Shadows Die Twice llegue a las tiendas.

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