Las películas de Studio Ghibli (II)

Thais Valdivia

26 ene. 2014 10:46h.

Seguimos repasando toda la filmografía de este conocido estudio de animación que tanta fama ha conseguido a basa de esfuerzo y buen trabajo.

Durante sus casi treinta años de vida, Studio Ghibli no sólo ha tocado el mundo del cine, sino también el del manga. Algunos de sus proyectos más famosos han salido de las viñetas creadas por el propio Hayao Miyazaki, como es el caso de Nausicaä, La Princesa Mononoke y Porco Rosso entre otros, pero también se han realizado diversas adaptaciones a manga de las propias películas de la compañía de la mano de los cómic de origen nipón que toman capturas de la propia película (o del anime) para crear un manga.

Tras haber echado un vistazo a las siete primeras películas producidas por el famoso estudio de animación, le ha llegado el turno a las siete siguientes. Esta vez nos encontramos un poco de todo, desde una muchacha de aires lobunos hasta una familia de mapaches que son capaces de hacer todo por proteger su hogar. A continuación tenéis estas grandes producciones:

Puedo Escuchar el Mar

La joven Rikako Muto es una chica que, tras la separación de sus padres, tiene que dejar su instituto en Tokio para trasladarse a la ciudad costera de Kochi y cursar allí sus estudios. A pesar de que es una muchacha excelente en los deportes, inteligente y guapa, desgraciadamente no consigue encajar en su nuevo ambiente debido a su mal humor.

Debito a esta situación, el delegado de clase, Yutaka Matsuno, intenta hacer todo lo que está en su mano para que la chica esté a gusto, pero ella termina acudiendo a Taku Morisaki, el mejor amigo de Yutaka.

Puedo Escuchar el Mar (Umi ga Kikoeru) es la primera película producida por el Studio Ghibli que se estrenó en televisión. Concretamente, se emitió el 5 de mayo del año 1993. Además, es también la única cinta de este estudio que no contó ni con Hayao Miyazaki ni con Isao Takahata en el staff, sino que en este caso se le dio una oportunidad a los jóvenes talentos de la empresa. Así, la dirección recayó en Tomomi Mochizuki, mientras que el guión lo escribió Kaori Nakamura.

La película, que está basada en la novela homónima de Saeko Himuro, se desarrolla mediante flashbacks contados por Taku Morisaki. Además, la cinta abandona por completo los mensajes de paz y cuidado del medio ambiente que tanto caracterizan a Ghibli para centrarse en este triángulo amoroso y en los sentimientos.

El amor de juventud y esa sensación de no saber lo que está ocurriendo a tu alrededor son cosas que se narran en la película de una manera acertada y fiel a la realidad. Y es que el amor no es nada fácil, y menos a esa edad.

Pompoko

La construcción de una urbanización es el punto de partida de este film que tiene como protagonistas a una familia de mapaches de la raza tanuki (seres que tienen la habilidad de convertirse en humanos o en otras criaturas sólo con desearlo). Al ver que todo su mundo va a desaparecer, esta familia de tanukis decide sacar la artillería pesada, poderes incluidos, para detener a los peligrosos humanos. La guerra ha comenzado.

Ahora sí, el dúo formado por Takahata y Miyazaki regresó en 1994 con esta producción que se basa en una historia original creada previamente por los dos profesionales. Así, mientras Isao Takahata se sentó en la silla de director, Hayao Miyazaki se puso al frente de la producción junto a Toshio Suzuki.

Takahata deja de lado el drama y las historias de superación humana para traernos una película protagonizada por unos animales que tienen mucha más humanidad que las propias personas. Al igual que en otras películas, en esta también se vuelve a hacer hincapié de una manera clara que debemos cuidar y preservar nuestro entorno de los ataques y futuros peligros. Todo esto está narrado de una manera que en determinados momentos puede parecer a un documental al que no le faltan esos toques de humos que suavizan la trama.

Susurros del Corazón

Shizuku Tsukishima es una joven que adora leer sobre todas las cosas. Un día, revisando los libros que toma prestados de la biblioteca, se da cuenta de que en las fichas de todos ellos aparece siempre el mismo nombre: Seiji Amasawa. Es entonces cuando se despierta la curiosidad de la muchacha por encontrar a esa persona que siempre coge los mismos libros que ella.

El fallecido Yoshifumi Kondō firma esta película que adapta el manga del mismo título de Aoi Hiiragi. Hayao Miyazaki estuvo implicado en la realización del film , ya que fue el artífice del guión.

Mágica y tierna. Con estas dos palabras podemos calificar esta película en la que los sueños están al alcance de la mano. A pesar de lo que puede parecer, Susurros del Corazón se basa en el día a día, es decir, en el encanto de la monotonía. Pasear por la ciudad llena de vida, ir a la biblioteca... esas simples cosas poseen mucha carga narrativa en este proyecto. Aparte, la personalidad bien definida de todos los personajes y la más que buena banda sonora forman parte de un conjunto que posee una calidad visual a la altura.

La Princesa Mononoke

Ashitaka, último príncipe Emishi, ayuda a los habitantes de su aldea y les salva del ataque de un demonio que arrasa con todo lo que toca. Durante la pelea contra la criatura, Ashitaka resulta herido y una oscura mancha aparece en su brazo. Al comprobar bien esta marca, descubre horrorizado que es más que probable que una poderosa maldición haya recaído en él.

Por ello, y con el objetivo de salvarse, el protagonista viaja al oeste, lugar en el que conoce a la misteriosa San, la chica lobo. Por otro lado, Ashitaka se involucra en una guerra entre las criaturas que habitan el bosque y la Ciudad del Hierro.

En 1997 se estrenó la que para muchos es una de sus películas favoritas de Studio Ghibli: La Princesa Mononoke (Mononoke Hime). Hayao Miyazaki dirigió y escribió esta cinta que contó con las composiciones musicales del aclamado Joe Hisaishi.

En La Princesa Mononoke, Hayao Miyazaki supo plasmar con fuerza la pasión por su trabajo, algo que los fans no pasaron por alto. Gracias a esta trepidante película y a su elaborada historia, la imaginación de muchos voló lejos para encontrarse con las curiosas y mágicas criaturas del bosque. Es en esta película donde el mensaje medioambiental de Ghibli toma mayor importancia.

Como no podía ser de otra manera, la película recibió numerosos premios desde que se estrenara en Japón. Por ejemplo, consiguió el galardón al Mejor Dibujo de los premios de la Academia de Cine Japonés. El de Mejor Película en la División de Animación lo ganó de la mano de la Agencia de Asuntos Culturales perteneciente al Ministerio de Educación de Japón.

Como curiosidad, La Princesa Mononoke consiguió quitarle el primer puesto en taquilla a la oscarizada Titanic, del director James Cameron. Eso sí, sólo ocurrió en Japón.

Mis Vecinos los Yamada

Esta peculiar familia está compuesta por Takashi, el cabeza de familia, que es quien lleva el dinero a casa; Matsuko, la mujer de la casa, que se desvive por todos sus allegados; Shige, la abuela y madre de Matsuko, es decir, la suegra de Takashi; Noboru, el hijo mayor, está en esa edad en la que para él sólo existe la vida del instituto; Nonoko, la pequeña de la familia que más de un momento divertido nos da durante la película y, cómo no, el último miembro es Pochi, el perro.

Mis Vecinos los Yamada (Hōhokekyo Tonari no Yamada-kun) es una película que no sigue una línea argumental definida, sino que nos encontramos con una serie de sketches en clave de humor basados en la tira cómica de Hisaichi Ishii. Isao Takahata fue quien se puso al frente del proyecto en el año 1999. Ese mismo año recibió uno de los galardones del Festival Internacional de Artes Audiovisuales de Japón.

Con un estilo de animación peculiar, Takahata nos muestra el día a día de esta peculiar familia que tiene en la hija pequeña su miembro estrella. Mis Vecinos los Yamada destaca por ser una cinta alegre y divertida cuya narración no decae en ningún momento, manteniéndonos pegados a la pantalla hasta que conocemos todos los secretos de cada uno de los integrantes de este grupo.

El Viaje de Chihiro

Debido a ciertos asuntos personales, la pequeña Chihiro y su familia tienen que mudarse a otra ciudad. Durante el trayecto en coche, el padre toma la decisión de coger un atajo y finalmente acaban perdidos. Sin saber dónde están, siguen adelante hasta que llegan a un bosque donde encuentran un extraño y misterioso túnel.

La familia, intrigada, baja del auto para explorar y, tras cruzar el túnel, se topan con una ciudad que a primera vista parece estar abandonada. Allí, los padres de Chihiro entran a una posada para reponer fuerzas mientras que la chica prefiere ir a investigar. Durante la expedición, la joven se topa con Haku, un chico que le ordena salir inmediatamente de allí o algo horrible le pasará a ella y a sus padres en cuanto llegue la noche.

El Viaje de Chihiro es una película producida por el Studio Ghibli que fue dirigida por Hayao Miyazaki. Él mismo fue quien realizó el guión de la cinta, mientras que la música fue obra de Joe Hisaishi y Yumi Kimura. Yôji Takeshige, por otro lado, se encargó de la dirección artística y el montaje estuvo hecho por Takeshi Seyama.

Con una duración aproximada de 125 minutos y calificada para todos los públicos, la película llegó a los cines nipones el 27 de julio de 2001. Tras esa fecha, no pararon de lloverle premios a los creadores de esta mágica aventura. Más de catorce galardones consiguió la cinta. Recibió el Oscar a la Mejor Película de Animación (fue la primera película de animación japonesa en ganar tal premio), consiguió un Oso de Oro en 2002 durante el Festival Internacional de Cine de Berlín, reicibió cuatro premios Annie (Mejor película, Mejor Dirección, Mejor Música y Mejor Guión en una cinta de animación), un premio del público en el Festival de Cine de San Francisco y numerosas críticas positivas a lo largo y ancho del mundo.

Premios y menciones aparte, El Viaje de Chihiro es una de esas películas que no se puede describir con palabras, ya que todo calificativo se queda corto ante el magnífico trabajo que Miyazaki y Ghibli realizó. Cualquier amante, ya no del anime, sino de la animación en general, tiene una cita con Chihiro, si es que no la ha visto ya. Con cada visionado se aprende una cosa diferente, se pueden ver detalles que en ocasiones anteriores no se han podido descubrir.

Mención aparte merece la fluida y mágica animación que consigue transportarnos de lleno a este universo en el que nuestra compañera de viaje, Chihiro, debe aprender y madurar. ¿Lo conseguirá?

Haru en el Reino de los Gatos

Nunca salvar un animal trajo tanto revuelo. Haru es una estudiante que rescata a un felino antes de ser atropellado. El animal, muy educado, le promete que próximamente le agradecerá tal gesto, pero ella se marcha corriendo sin hacer mucho caso porque llega tarde.

Esa misma noche, Haru escucha extraños sonidos desde la ventana de su habitación y rápidamente va a asomarse. Lo que se encuentra la deja anonadada: el Rey de los Gatos se presenta ante ella para llevársela a su reino. Esta visita no tiene otro objetivo que hacer que la joven contraiga matrimonio con Lune, el príncipe. Dicho príncipe es, ni más ni menos, que el mismo gato que la chica había salvado por la mañana.

La primera película producida por Studio Ghibli en la década de los 2000 estuvo dirigida por Hiroyuki Morita y tuvo a Hayao Miyazaki al frente de los guiones.

Como bien habréis podido averiguar, la aparición de estos adorables felinos es constante durante todo el metraje. Metraje que, por otro lado, posee una estética mucho más infantil que otras producciones de Ghibli. Aparte, no es muy difícil adivinar lo que intenta enseñar la película, ya que la moraleja se repite constantemente a lo largo de los setenta y cinco minutos que dura la cinta.

Por otro lado, destaca el humanizado diseño de cada uno de los gatos que consiguen transmitirnos todo lo que pasa por su mente con un pequeño gesto. Además, el dibujo suave, cuidado y estudiado "made in Ghibli" no falta.

Haru en el Reino de los Gatos no es tan conocida como otras película de la empresa, pero aún así merece un buen visionado, ya que, si la ves desde los ojos de un niño, no defrauda.

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