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Los mejores juegos de PS2, Xbox, GameCube y Dreamcast (6ª generación)

Los mejores juegos de PS2, Xbox, gameCube y Dreamcast

Un 27 de noviembre del año 1998 se ponía a la venta en las tiendas japonesas Dreamcast, dando así comienzo a la 6ª generación de consolas. Esta fue la última vez que se dieron cita cuatro grandes compañías, pues, como recordaréis, Dreamcast fue también la última consola de SEGA, que pasó a convertirse en una desarrolladora third party tras sus bajas ventas.

Buena parte de la culpa la tuvieron el resto de plataformas, pues Dreamcast tuvo la "desgracia" de competir contra PS2 (que sigue siendo, a día de hoy, la consola más vendida de todos los tiempos), Xbox y GameCube. O, más bien, con todos los títulos lanzados en la que sin duda fue una de las mejores generaciones que hemos tenido el placer de vivir, y que se alargó hasta noviembre del año 2005, momento en que se puso a la venta Xbox 360 y comenzó la séptima generación.

Así que a continuación, os vais a encontrar con los mejores juegos de PS2, Xbox, GameCube y Dreamcast o, lo que es lo mismo, los mejores juegos de la 6ª generación de consolas. Y, si lo deséias, también podéis echar un vistazo a los de cada plataforma o los de la 7ª generación.

Kingdom Hearts

El anuncio de un juego que unía a Square y Disney hizo levantar la ceja a más de uno. ¿Podía salir algo bueno del trabajo entre dos compañías tan dispares? La respuesta fue un rotundo sí: Kingdom Hearts aúna la magia y la épica de Final Fantasy con la gracia y simpatía de la compañía que dio a luz al ratón Mickey Mouse. El título hace uso de un sistema de combate ágil y directo, sin pausas, pero lo suficientemente complejo para agradar a los roleros más exigentes.

Y debemos dominarlo para combatir con éxito a los sincorazón, las criaturas de las sombras que han invadido los mundos de películas tan entrañables como Alicia en el País de las Maravillas, Tarzán, Hércules, Aladín, Pinocho, La Sirenita, Pesadilla Antes de Navidad o Peter Pan. De la mano de Sora, el elegido de la Llave Espada, y sus fieles compañeros Goofy y Donald, nos embarcamos en una aventura para salvar a Kairi y Riku, los mejores amigos de Sora que han caído en las garras del malvado Ansem. Ah... Cómo olvidar ese final, con la hermosa balada 'Simple and Clean' sonando mientras hacíamos todo lo posible por contener las lágrimas.

Halo

Halo: Combat Evolved fue uno de los títulos de lanzamiento de la primera Xbox y se convirtió nada más ponerse a la venta en un clásico instantáneo, a merced de un sistema de juego sencillo y rápido pero con un buen número de posibilidades, así como una historia que enganchaba desde el minuto uno y que ha dado a luz todo un universo de libros, cómics, series... Y eso por no hablar del Jefe Maestro (John-117 para los amigos) el carismático Spartan que es a día de hoy una de las caras (casco, más bien) más icónicas del mundo de los videojuegos.

Metroid Prime

La heroína futurista de Nintendo: Samus Aran volvía con más fuerza que nunca en GameCube. Con un regreso de lo más espectacular en 3D incorporando toda la esencia de posteriores entregas, esta vez los piratas espaciales volvían hacer de las suyas e intentaban inocular A.D.N de Metroid en diferentes especies autóctonas de Tallon IV para convertirlas en monstruos temibles y gigantescos. Con un uso magistral de la exploración y la acción, nos transportaba en una galáctica aventura en primera persona que hizo de este título una obra sublime y el más espectacular de GC.

Virtua Tennis

Virtua Tennis huía de cualquier tipo de simulación o realismo para ofrecer partidos de tenis en su vertiente más arcade. Y ese es, probablemente, su mayor logro, pues tras cinco minutos de juego hasta un detractor del deporte de raqueta por antonomasia quedará prendado de la diversión que ofrece el título. Unos controles maravillosos y una magnífica curva de aprendizaje sirven de colofón para un juego al que de por sí ya es bastante difícil despegarse.

Metal Gear Solid 3: Snake Eater

Metal Gear Solid 3: Snake Eater

Kojima debió pensar "¿la gente quiere a Snake? Pues se van a enterar..." Y es que en Metal Gear Solid 3 nos volvimos a quedar con las ganas de controlar a Solid Snake... Más o menos. En su lugar, el protagonismo recayó sobre Naked Snake, que no es otro que Big Boss, el legendario soldado cuyos genes fueron el eje central del proyecto Les Enfants Terribles. Esto hace que en la práctica no exista diferencia alguna entre "padre" e "hijo", pero el período y la localización en que tiene lugar Snake Eater hacen que la supervivencia sea el alma de la fiesta.

Bosques y selvas son los escenarios principales de esta aventura, cuya fauna y flora implican nuevos retos y métodos de infiltración, como cazar animales con los que alimentar al soldado (y no todos son de su agrado) o curarnos las heridas y entablillar los huesos rotos. Pero lo que más marcó de MGS 3: Snake Eater fue su conmovedora historia, plagada de momentos memorables que entraron por nuestros ojos para quedarse: la torpeza de un joven Revolver Ocelot, el primer encuentro entre Snake y EVA, el duelo de francotiradores contra The End, la forma en que Big Boss pierde el ojo, el combate a muerte en el campo de pétalos blancos contra The Boss... Y la revelación final, que todavía consigue hacernos derramar lágrimas de emoción. Boss... You were right.

Ninja Gaiden

Ryu Hayabusa se ganó por méritos propios el título de "mejor ninja virtual" (con permiso de Joe mushashi) en los geniales Ninja Gaiden de NESMaster System y Super Nintendo. Una de las características más recordadas de estos títulos es su excepcional nivel de dificultad, algo que el Team Ninja -con Itagaki al frente- supo trasladar a la perfección a los circuitos de Xbox, junto con un apartado gráfico que es de lo mejorcito que se vio en la sexta generación de consolas.

De ahí que Ninja Gaiden sea considerado uno de los títulos más difíciles (y satisfactorios) de susodicha generación, con un sistema de combate frenético y harto complejo, con multitud de combos y ninpos que hemos de dominar si no queremos sudar la gota gorda. Y no faltan tampoco movimientos "típicos" como correr por las paredes y sobre el agua que nos hacen sentir como auténticos guerreros ninjas. Tan solo un año después se puso a la venta Ninja Gaiden Black, incluyendo varios ajustes y añadidos que lo convertían en la versión definitiva del juego.

The Legend of Zelda: The Wind Waker 

Tras el impactante Majora’s Mask de N64, The Legend of Zelda debutaba en GameCube ofreciéndonos una legendaria historia con las características propias de la saga pero con un montón de novedades en el “manejo” de Link, combates, minijuegos y -sobre todo- apartado visual. En un compendio de islas separadas por el océano, con la hermana de Link secuestrada, y un sinfín de tesoros ocultos, en The Leged of Zelda: The Wind Waker nos vimos envueltos en una épica y emocionante aventura donde teníamos que movernos utilizando la sabia barca “Mascarón Rojo” para enfrentarnos a enemigos por doquier. Un juego que sobresale prácticamente en todos sus apartados y que lo convierten en uno de los mejores de GameCube.

SoulCalibur

Contemplar SoulCalibur por primera vez fue sinónimo de cambio. La suavidad, velocidad y tridimensionalidad con la que se movían sus luchadores era lo más next-gen que habíamos visto hasta el momento, con un apartado gráfico que incluso hoy es digno de admiración. Y si verlo en movimiento era increíble... ¡imaginaos jugarlo! El título fue una auténtica revolución para la época, mejorando en todos y cada uno de los aspectos a la versión de arcade (heredera de Soul Blade) y uniéndose al selecto club de ports para consola de sobremesa que superan a la máquina recreativa.

La introducción de mecánicas revolucionarias, como el movimiento en 8 direcciones distintas, cambiaron los juegos de lucha para siempre y le han granjeado el honor de estar en el podio de las estrellas junto a Street Fighter 2 y Virtua Fighter, que no es moco de pavo. A día de hoy, sigue siendo considerado como el causante de uno de los cambios generacionales más notorios de cuantos se han vivido en la industria.

Final Fantasy X

Este es, según parte de los fanáticos de la saga, el último gran Final Fantasy que hizo Square, que tras esta décima entrega se fusionó con la compañía Enix. Y lo cierto es que en Final Fantasy X se respira la esencia que encumbró a las entregas anteriores al Olimpo de los videojuegos por cada rincón de Spira, en especial en su historia, una de las más emotivas que se recuerdan. El jovial Tidus, la dulce Yuna, el guardián legendario Auron, el campeón de blitzbol Wakka, la maga oscura Lulu, la entrañable Rikku y el fiero guerrero Kimahri son los protagonistas de esta entrega, y cada uno tiene un papel primordial en los combates, que en esta ocasión contaban con un sistema denominado BTV (Batalla por Turnos Variables).

Además, los eones (los GF/invocaciones de esta entrega) son un auténtico derroche de imaginación y espectacularidad, y acudiremos a ellos en un buen número de ocasiones. Y es que aun tratándose de unos de los primeros títulos de PS2, Final Fantasy X consiguió exprimir el Emotion Engine hasta límites insospechados, mostrando algunas de las mejores animaciones faciales de todo el catálogo de la consola. Os dejamos con 'To Zanarkand', que sabemos que os habéis emocionado...

Forza Motorsport

Microsoft necesitaba un juego de conducción a la altura de Gran Turismo, así que acudieron a Turn 10 Studios para tan complicada empresa... ¡y vaya si lo consiguieron! Forza Motorsport se convirtió por méritos propios en uno de los mejores juegos de conducción en consolas, y seis entregas principales y tres de la magistral serie de mundo abierto Horizon lo avalan. Aparte de incluir una cantidad ingente de vehículos de todas las marcas y modelos (231 en total), así como circuitos originales y recreaciones exactas, Forza tuvo el acierto de incluir algo que Gran Turismo pedía a gritos: daños por colisiones. Así, si nuestro vehículo se empotra contra una valla, además de el consecuente cambio físico (abolladuras, humo, etc.) verá su rendimiento disminuido. Precaución amigo conductor...

Resident Evil 4

Leon S. Kennedy, el policía novato al que conocimos en Resident Evil 2, acepta la misión de encontrar y rescatar a la hija del presidente, Ashley, que ha sido secuestrada por una extraña secta. Y por supuesto, la organización Umbrella acaba teniendo algo que ver en todo este asunto... Resident Evil 4 se alejó casi por completo del género survival horror que había caracterizado a las entregas anteriores para ofrecer un desarrollo con la acción por bandera: la cámara, situada a la espalda, muestra al personaje de cintura para arriba y es especialmente útil en los tiroteos, lo que la ha llevado a ser copiada hasta la saciedad por otros títulos.

Pero esto también hace que muchos fans consideren al cuarto capítulo como el causante del declive en que la saga se encuentra actualmente (o se encontraba, hasta la llegada de Resident Evil 7). Pero eso no es lo peor de todo... Lo peor es que Resident Evil 4 tiene lugar en una remota región de la península ibérica, y la forma en que los aldeanos españoles son representados en el juego es... es... ¡Detrás de ti imbésil!

Sonic Adventure

Tras dejarnos con la miel en los labios con Saturn y su Sonic R, los fans del erizo azulado pusieron el grito en el cielo pidiendo un juego a la altura del mito que había instaurado en Mega Drive. Así que Sega no se hizo más de rogar y presento Sonic Adventure como primer título de lanzamiento en Dreamcast, y tanto este como su secuela, Sonic Adventure 2, adaptaron a las tres dimensiones con maestría la velocidad extrema de la que hace gala la mascota de la compañía. Pero no solo de Sonic viven ambos títulos: llegamos a controlar hasta seis personajes, entre los que se encuentran caras conocidas como Tails y Knuckles o la némesis de Sonic, Shadow the Hedgehog.

Cada uno posee habilidades y características únicas que hacen que el sistema de juego varíe en función de a quien controlamos, y como no podía ser de otra manera, el Dr. Eggman (anteriormente conocido como Robotnik) es el principal causante de todos nuestros problemas a lo largo de las aventuras. Por desgracia, a partir de aquí las cosas fueron cuesta abajo para el erizo de Sega, que no volvió a levantar cabeza hasta el gran Sonic Generations con el que recuperó todo el esplendor de antaño. ¿Volverá a resurgir de las cenizas con Sonic Forces?

God of War II

Kratos vuelve convertido en el nuevo Dios de la Guerra, dispuesto una vez más a dar... ejem, guerra. Pero el chollo no le dura mucho tiempo y al poco de empezar la aventura, el Fantasma de Esparta es traicionado por Zeus y Atenea, que lo despojan de sus poderes y lo abandonan para que muera en las profundidades del Inframundo. Suerte que la titán Gaia estaba de paso por la zona y le devuelve la vida a nuestro espartano favorito, que se embarca de nuevo en una misión para matar a un dios con la venganza como combustible.

El sistema de combate de God of War II fue refinado respecto a la primera entrega, con combos salvajes y tres nuevas armas (el Martillo Bárbaro, la Lanza del Destino y la todopoderosa Espada del Olimpo) que aportan variedad a los múltiples enfrentamientos contra colosales criaturas que se suceden en el título. El apartado gráfico también "sufrió" una cuantiosa mejora, con entornos que brillan por su variedad y estampas que cortan la respiración (el camino hasta los Corceles del Tiempo, a través de una cadena de dimensiones titánicas, es francamente inolvidable). El resultado es una joya brutal que no puede faltar en ninguna colección de videojuegos que se precie.

Splinter Cell 

Del imaginario del escritor de novelas político-militares Tom Clancy nació Sam Fisher, el único espía que se ha atrevido a mirar a Snake directamente a los ojos... Y no ha salido mal parado. Splinter Cell llevó a Xbox la infiltración más "técnica" y exigente, dando a luz y sonido un papel protagonista. Es más, el primer título es gratamente recordado por un excepcional manejo de las luces y las sombras, pudiendo, por ejemplo, disparar a una bombilla para escondernos en la oscuridad. Además, la historia huía de las excentricidades y la ciencia ficción para ofrecer una trama con alto contenido político. 

Super Smash Bros. Melee

Tras el éxito de Super Smash Bros. en N64, los personajes más famosos de Nintendo volvían a la carga en GC con Super Smash Bros. Melee en fantásticos combates en nuevos escenarios de batalla y nuevos modos de juego. Con un mejorado modo multiplayer, 14 personajes a elegir más 11 ocultos como Mewtwo o Pichu, fases con características de Mario, Zelda o F-Zero, nos enfrentábamos utilizando ataques especiales y nuevas técnicas defensivas en ávidos combates que ¡nos suministraron una buena dosis de diversión!

Shenmue

Lo que Yu Suzuki logró con Shenmue fue una simulación de la realidad. Una obra de arte que escapa de las calificaciones, un regalo de AM2 a los jugadores de todo el mundo. Aun hoy, quince años después, bastan cinco minutos a los mandos para comprender por qué Shenmue es uno de los juegos más revolucionarios e importantes de todos los tiempos.

Shadow of the Colossus

Tras enamorarnos con Ico, Fumito Ueda y su equipo hicieron lo imposible: superarse. Shadow of the Colossus es la culminación de los videojuegos como forma de arte, situándose a la altura de obras maestras del cine, la música o la literatura. Escenarios, historia, personajes... Todo está a un nivel al que prácticamente ningún videojuego se ha atrevido a volar jamás. Y gran parte de la culpa la tienen los colosos: 16 criaturas que hacen honor a su nombre y que sirven al mismo tiempo de jefe final, puzzle y oda al buen gusto artístico, con un diseño que consigue transmitir una espectacular sensación de criatura mitad orgánica, mitad mecánica. Y tan solo tres personajes hacen falta para mover los hilos de una historia que conmoverá hasta al corazón más pétreo. ¿Obra maestra? En absoluto. Para calificar Shadow of the Colossus es necesario acuñar un nuevo término... ¿Quizás utilizado el leguaje ficticio del juego?

GTA San Andreas

Welcome to the jungle! We've got fun and games... La canción del grupo Gun N' Roses, aparte de servir de tema principal, define a la perfección la esencia de San Andreas: el estado es una auténtica jungla, uno de los mundos virtuales más grandes jamás creados en el que se dan cita nada menos que tres ciudades, Los Santos (Los Ángeles), San Fierro (San Francisco) y Las Venturas (Las Vegas) todas recreadas con el puntito de humor marca de la casa Rockstar.

Y en esta jungla, tenemos diversión y juegos: tatuajes, cortes de pelo, gimnasios, comida rápida, bicicletas, guerras de bandas, graffitis, casinos, aviones, paracaidismo y, por supuesto, jetpacks. Todo eso y mucho más es San Andreas. Pero es imposible describir solo con palabras la obra magna de Rockstar (considerada por muchos como el mejor GTA de la historia, por encima incluso del reciente GTA V), hay que dar una vuelta con los colegas por Groove Street para entender por qué es uno de los mejores juegos de PS2.

Super Mario Sunshine

En su viaje de vacaciones a la paradisíaca Isla Delfino, nuestro famoso fontanero se vio envuelto en una nueva misión sin esperárselo. Un Mario oscuro estaba usurpando la identidad del verdadero Mario ensuciando toda la isla y llenándola de grafitis, siendo el verdadero Mario acusado de ello… Por lo tanto teníamos que explorar toda la isla de principio a fin, ayudados del artefacto ACUA, recuperar los 120 soles que daban brillo a la isla y desenmascarar al falso Mario. Una nueva aventura plataformera de Mario con impresionantes gráficos 3D, así como escenarios llenos de colorido y de lo más animados que nos entretuvo para rato en GameCube.

Devil May Cry

Lleva una gabardina roja, dos pistolas gemelas y es más chulo que un ocho. Hablamos, como no podía ser de otra manera, de Dante, el hijo mitad humano/mitad demonio del legendario Sparda. Pero a pesar de poseer poderes que van más allá de nuestro plano, la principal característica de este albino es el estilo con el que lo hace todo: ya sea atravesarse el pecho con una espada relampagueante o acabar con una araña del tamaño de una casa, Dante cumple su objetivo sin apenas despeinarse.

Esto se tradujo en los combates más frenéticos y veloces que jamás habíamos vislumbrando, en los que se premiaba la variedad y el estilo. La obra de Hideki Kamiya supuso un hito en el género hack 'n slash y toda una revolución para los juegos de acción en 3D, convirtiendo a DMC (no confundir con el reboot de Ninja Theory) en un modelo a seguir para títulos venideros. Y lo más curioso de todo es que en un principio se iba a tratar de Resident Evil 4, pero desde su concepción se alejó tanto del concepto survival horror, que en Capcom decidieron crear una IP completamente nueva. Eso sí que fue un auténtico jackpot.

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