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Sangriento avance de Dead Island

José Carlos Castillo

Sangriento avance de Dead Island

Cuando uno se dispone a escribir sobre Dead Island, parece norma ineludible  hacer mención a su tráiler inicial. El mismo que dejó boquiabierto a medio sector (Hideo Kojima incluido), se llevó galardones y puso la expectación por las nubes, aún a sabiendas de que el resultado final distaría mucho en lo visual.

 

Previas a este último avance (el título se lanza dentro de una semana) pude tener contacto con Dead Island en dos ocasiones, mostrándose siempre tosco e irregular. Un sandbox paradisíaco en el que la masacare cooperativa parecía su mejor baza, pese a un apartado técnico de lo más discreto.

 

Ya a punto de poner las manos encima a su versión definitiva, se aprecian pequeños fallos persistentes, aunque todo luce acorde a las apuestas más optimistas.

 

Sangriento avance de Dead Island

Cuádruple huida

Logan, Purna, Xian y Sam B. son los cuatro personajes seleccionables con que nos enfrentaremos a esta peligrosa huida. Y es que la trama del juego bien pudiese pasar por cualquier episodio de Prison Break, donde la celda tenga forma de isla y las ratas hayan sido sobrealimentadas hasta metamorfosearse en putrefactos engendros.

 

Para salir airosos del resort conviene seguir las instrucciones radiofónicas de un misterioso individuo, al que referiremos como "la voz". Descubrir su identidad, muy seguramente, se convierta en la verdadera finalidad del gameplay.

 

En nuestro camino toparemos con muchos otros supervivientes, a menudo agrupados en refugios y dispuestos a facilitarnos las cosas (recibimos recompensas si cumplimos las misiones secundarias que nos encomiendan).

 

En esencia, Dead Island es un acopio de tareas y un bastión de muertos vivientes dispuestos a dificultarnoslas, sin que falten los jefes finales que compliquen un poco más la cuestión. A este respecto, la sensación de acoso claustrofóbico está muy lograda, hasta tal punto que cada caída puede llegar a costarnos cara.

 

Sangriento avance de Dead Island

 

Es importante medir nuestros impactos al zombi de turno, aturdiéndole (bien con armas, bien con cualquier elemento que pueble el escenario) en el momento preciso, no tanto a lo loco. Quede claro: esto no es Dead Rising, nuestra barra de resistencia, que posibilita sólo unos cuantos impactos por vez, se encargará de recordárnoslo.

 

Junto al sistema combate, otra seña identitaria del juego es su componente RPG, dado por la evolución de personajes y armas. Cada protagonista puede mejorar salud, velocidad y resistencia según su nivel, agrupándose tales progresos en tres categorías: Física, Combate y Supervivencia. El armamento, por su parte, mejorará cadencia y potencia de fuego, esencial para encarar a los rivales más duros.

Recobrando el conocimiento

La versión que jugamos nos sitúa en los primeros compases de la aventura, despertando a duras penas en un hotel ya plagado de estas criaturas. Comenzamos con unos cuantos minijuegos a lo QTE para zafarnos de algún que otro zombi o echar abajo aquellas puertas que se nos resistan y nos reunimos con el primer grupo de no infectados.

 

Tras pisar la playa por vez primera, además del caos, nos sorprenden muchos menos dientes de sierra de lo esperado y una muy lograda iluminación, aunque sombreados y físicas dejen aún bastante que desear. El retardo en la carga de texturas o el popping también quedan patentes.

 

Sangriento avance de Dead Island

 

Las cinemáticas, desarrolladas con el motor del juego, son breves y abundantes, de un corte muy cinematográfico y dobladas (al inglés) con bastante acierto. Amén de una ambientación y banda sonoras totalmente acordes a la épica del mentado vídeo.

 

Da la sensación, avanzada gran parte de la aventura, que sólo si el argumento consigue engancharnos, la campaña resultará satisfactoria. De lo contrario, Dead Island guarda un gran as bajo la manga: su modalidad multijugador, donde la supervivencia cooperativa se antoja divertida a rabiar.

 

¿Quién sabe? Tal vez estemos ante el más digno sucesor de Left 4 Dead. Aptitudes tiene, aunque sería una lástima que lo último de Deep Silver fuese recordado únicamente por un pedazo de su propuesta.

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