Ahora que ya está en cines Maligno, os hablamos de la historia de la nueva película de James Wan y sobre la posibilidad de que haya secuelas. ¡Alerta spoiler!
¿Has visto Maligno y no te has enterado de nada? ¡Nos lo creemos, no es una película fácil! Además también tiene sus inconsistencias... Pero aquí vamos a tratar de ayudarte explicándote el argumento y el final paso a paso.
También vamos a echarle imaginación para adivinar si Wan se ha guardado en la recámara alguna sorpresa para retomar la película en el futuro en una secuela. A partir de aquí y hasta el final de este reportaje, encontraréis spoilers, así que no sigáis leyendo si no queréis que os reventemos la trama.
En Maligno, nos presentan a Madison: una mujer que fue adoptada en su infancia, pero ha olvidado su vida antes de ese momento, cuando tenía unos 9 años. Cuando su violenta pareja la golpea contra la pared, ella pierde el bebé que estaba esperando y es ingresada con una contusión en la cabeza. Su marido es agredido y muere en extrañas circunstancias.
Dos semanas después, cuando regresa a su hogar, comienza a tener una especie de viajes astrales que la llevan a ser testigo de horribles asesinatos violentos por parte de un hombre muy fuerte y retorcido que se llama Gabriel.
La hermana adoptiva de Madison, con quien tiene un fuerte vínculo emocional, está resuelta a ayudarla a dilucidar por qué es capaz de ver los asesinatos que comete Gabriel, investigando a sus víctimas: personas relacionadas con una institución mental que trató a Madison.
A su madre adoptiva le dijeron que era hija única y que su madre había muerto en el parto, pero la verdad es muy distinta. Lo primero que descubren es que su verdadero nombre es Emily y que, tras su adopción, comenzó a “hablar” con una especie de amigo imaginario que desapareció de su vida cuando nació su hermana.
Finalmente descubren que su madre, en realidad, fue violada y decidió llevar a término su doble embarazo con solo 15 años, apoyándose en dicha institución para ver cómo sacar adelante a su hija Emily y a una horrible deformidad que hay en su parte trasera y a la que llaman Emily.
Según cuenta la historia médica, Gabriel es un teratoma, es decir, un tumor con huesos, pelo, dientes e incluso ojos que está conectado al cerebro de Emily. Los médicos amputaron sus extremidades y “guardaron” la parte no extirpable dentro de su cráneo, dado que una cirugía más invasiva habría podido dañarla a ella.
De ese modo, cuando Gabriel toma el control del cuerpo de Emily, se abre paso a través de su cráneo y utiliza su cuerpo volteando sus extremidades. En esos momentos, la personalidad de Emily queda a merced de los deseos de Gabriel que busca venganza hacia todas las personas que han intentado acabar con él: comenzando por los terapeutas de Emily y acabando con su propia madre.
Al final de la película, Emily, que ya sabe quién es Gabriel y que no vive solo en su mente sino que también es capaz de “usarla” para hacer el mal, decide recurrir a un truco mental para “recluirlo” en una celda en su interior.
Gabriel la amenaza entonces diciéndole que ella sabe que va a salir y ella le dice que al menos le estará esperando. Así que puede que haya una secuela de Maligno, si Wan decide “dejar escapar al monstruo” de Maligno de nuevo y volver a jugar con Annabelle Wallis a Jekyll y Hyde.
Dónde hace aguas la película
Ya hemos analizado la cinta al completo en nuestra crítica de Maligno pero, independientemente de la valoración general que hemos hecho, de lo que nos ha despertado y del estilo al que ha querido plegarse el director para darle cuerpo a su propuesta, los problemas del guión son muy patentes.
Cuando decíamos que tenía inconsistencias, es porque las hay y muchas. Al comienzo de la película Wan juega con la idea de que ese ser maligno sea un fantasma: el marido de Madison por ejemplo, es testigo de fenómenos inexplicables como que se abra sola la puerta del refrigerador, se enciendan ciertos electrodomésticos o una presencia se levante del sofá.
Esa misma presencia es la que la ataca a ella y la deja tirada en el suelo. Es corpórea y real. Si lo que sufres es un desdoble de personalidad, ¿cómo podemos verla siendo atacada de frente? Hay varias secuencias en las que es físicamente imposible que Madison y Gabriel estén en lugares distintos a la vez. En concreto, las llamadas telefónicas... en las que ella está presente y con testigos.
Ser un teratoma maligno y superchungo justifica que pueda tomar el control del cuerpo de la protagonista pero ¿también que controle la electricidad y sea capaz de reventar bombillas?
En Maligno, la protagonista ha sufrido varios abortos y se llega a decir que el culpable de los mismos fue Gabriel, para hacerse más fuerte.
Esto contradice otra línea de guión en la que se dice que tras la cirugía que lo embebió en el cráneo de Madison y el nacimiento de su hermana, permaneció olvidado y "dormido" hasta que los maltratos de su marido y el golpe contra la pared, lo despertó de nuevo.
En fin, no estamos ante una película redonda, sino que es bastante tramposa. Hay que hacer muchas concesiones a la trama y, aún así, no termina de encajar... ¿Qué os ha parecido?
Descubre más sobre Raquel Hernández Luján, autor/a de este artículo.
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