Tras un año sabático (hablamos de fuera de Japón), la saga Tales of regresa con un nuevo título que promete mantenernos horas y horas pegados al mando de nuestras PS4 y nuestros ordenadores gracias a Tales of Berseria. Esta historia, dirigida por Yoshimasa Tanaka y producida por Yasuhiro Fukaya, se lanzó en territorio nipón el agosto del pasado año tanto en PS3 como en PS4, pero a Europa y Norteamérica llegará sólo para PlayStation 4. Velvet recoge el testigo de Sorey en una aventura que sorprende para bien ya desde sus primeras cinemáticas.
Una merecida venganza
Tres años después de la conocida como Apertura o Noche Escarlata, Velvet escapa de la prisión en la que fue confinada. Su misión es simple: matar a Artorius, el exorcista y salvador que ha logrado mantener a raya la plaga daemonita que transforma a las personas en monstruos. Para ello no duda en usar todos los medios que tiene a su alcance, incluidas las personas que, por un motivo u otro, terminan compartiendo su mismo camino. Y es que Velvet no puede quitarse de la cabeza lo que Artorius hizo.
La historia de Tales of Berseria sorprende por su tono oscuro y, en especial, por la personalidad de la protagonista, Velvet. Sobre ella recae un peso excesivamente grande, pero en ningún momento se le ve flaquear. En cada instante se mantiene firme, seria, dando su punto de vista (a veces cruel) sobre lo que está ocurriendo y cómo quiere continuar su viaje. Aunque parezca un personaje algo "amargado", lo cierto es que en cuanto vas conociendo su historia comienzas a empatizar con ella y en su manera de ver las cosas. No obstante, no todo es tan dramático y serio, pues junto a ella encontramos personajes capaces de rebajar la carga dramática.
Mucho se ha hablado de la conexión entre Berseria y Zestiria, el anterior título de la saga. Tal y como se ha confirmado, el mundo de Berseria es anterior al de Zestiria, por lo que en todo momento vamos a ver referencias a personajes y lugares que vimos durante la aventura de Sorey, además de alguna que otra revelación sorprendente. Ahora la pregunta es: ¿Los que no jugaron a Zestiria pueden jugar a Berseria? Respuesta: Sí, perfectamente. Se puede disfrutar igual, pues la trama se ha estructurado de tal manera que parezca un juego aparte.
Sistema fluido con mucha alma
Al igual que en el resto de juegos de la saga, Tales of Berseria nos mete de lleno en rápidos y fluidos combates en tiempo real. En esta ocasión, el sistema se ha mejorado y bautizado como Liberation Linear Motion Battle System. Con él tenemos la posibilidad de personalizar los combos con los que vamos a acabar con nuestros enemigos. Cada botón puede albergar hasta cuatro ataques que, combinados sabiamente, pueden desatar poderosos ataques. Eso sí, con cada ataque toca estar pendiente de la Barra de Alma, la cual es la fuerza de la que dispone el personaje. Si esta llega a cero tenemos que separarnos, defender y recargar para volver a la carga. Bien es cierto que al principio es bastante caótico, pero una vez que se va peleando vamos viendo todos lo bueno que ofrece este LLMBS.
Otro elemento muy importante de los combates es el hecho de que, al contrario que en Zestiria, podemos intercambiar en cualquier momento los miembros que se encuentran peleando, incluido aquel al que estemos manejando. Esto ayuda a alargar aún más si cabe los combos. Combos que pueden culminar en un ataque especial que viene presentado con una cinemática.
A lo largo de la venganza de Velvet, además de pelear y explorar, tenemos muchas cosas que disfrutar. Una de ellas es la cocina, pues ahora cocinamos nuestros platos desde el propio menú. Dependiendo del personaje que cocine, dicho menú tendrá diferentes efectos en el grupo (inmunidad al fuego, por ejemplo). Otro elemento son los minjuegos, los cuales van desde romper globos y muñecos hasta un juego de cartas cuyas reglas son realmente complicadas. Al superarlos podemos conseguir Monedas Tales que podremos intercambiar por complementos e ítems especiales. Aunque pare complementos los que nos dan los Gátoz cada vez que les liberamos de sus cofres especiales por medio de las almas que se encuentran repartidas por el mapa y que hay que ir recolectando.
Pero aquí no acaban las tareas extras, pues también tenemos batidas de caza con las que ganar dinero y expediciones en barco. Estas últimas nos permiten descubrir los secretos escondidos en las islas más alejadas del mapa. Lamentablemente, las expediciones son automáticas y no podemos ir a ninguna, puesto que mandamos un barco aparte cuya tripulación, cada media hora, nos avisa de todo lo que ha encontrado.
Gráficos y apartado técnico mágicos
Gráficamente, Tales of Berseria sigue el mismo camino que su predecesor en PlayStation 4. Coloridos y con toque manganime (espectaculares las escenas animadas por el estudio ufotable), los gráficos cuentan con un diseño de los personajes realmente buenos, además de que los entornos sorprenden por lo bonitos que son. Mención aparte merecen las mazmorras que vamos encontrando, pues estas son laberínticas y con puzles que consiguen darnos más de un quebradero de cabeza.
Tal y como hemos mencionado anteriormente, el mundo de Berseria es anterior al de Zestiria, por lo que a lo largo del juego nos encontramos con que algunos entornos se han reciclado para la ocasión. Si bien no tienen el mismo nombre, la disposición de determinados elementos nos da una pista para saber dónde nos encontramos en esos momentos.
En lo que respecta a la BSO, compuesta por el conocido Motoi Sakuraba, incorpora melodías nuevas que casan a la perfección con la atmósfera oscura y vengativa que ofrece Velvet en todo momento. No obstante, se han recuperado temas que anteriormente formaron parte de la banda sonora de Tales of Zestiria.
Tales of Berseria se lanza en nuestro país el viernes 27 de enero tanto en edición normal como en edición coleccionista en PlayStation 4 (también estará disponible en PC). Estas primeras diez horas de contacto nos han dejado un muy buen sabor de boca y con ganas de seguir explorando de la mano de Velvet y el resto de protagonistas de esta trama que promete no dejar indiferente a nadie.
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