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Alien: Covenant - Crítica de la secuela de Prometheus

Alien: Covenant
Crítica de Alien: Covenant, la secuela de Prometheus dirigida por Ridley Scott y protagonizada por Katherine Waterston, Michael Fassbender y Noomi Rapace. En cines a partir del 12 de mayo de 2017.

Alien: Covenant es una muy buena película: partamos de esta base para que podáis dejar de temblar. Hace ya cinco años, en 2012, una servidora salió bastante enfadada del cine tras ver Prometheus. No porque no fuera visualmente espectacular sino porque los personajes dejaban mucho que desear, los agujeros del guión eran inmensos y los últimos diez minutos casi vergonzantes.

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Tenía la expectativas altas con Alien Covenant y también un poco de miedo ante lo que iba a ver y ha sido grata la sorpresa de encontrar una sólida película de ciencia-ficción con pinceladas de terror y secuencias de acción logradísimas. Primera advertencia: no os llaméis a engaño, porque no es una película pensada para hacernos pasar miedo en el cine. Sí es cierto que hay varias secuencias en las que la tensión se dispara pero, en este sentido, cuanto menos veáis antes de ir al cine, mejor. Si te pilla de nuevas y no lo esperas supongo que será muy impactante, pero para mi desgracia, ya estaba muy "resabiada" antes de ver la película y me he perdido unos cuantos sobresaltos (snif).

¿De qué trata Alien: Covenant?

***Cuidado, spoilers de Prometheus a continuación***

Rumbo a un remoto planeta en el otro extremo de la galaxia, la tripulación de la nave Covenant, compuesta por varias parejas además del androide Walter (Michael Fassbender), tiene como objetivo ser la primera misión colonizadora a gran escala.

Al aterrizar en un extraño lugar descubren lo que parece ser un paraíso desconocido. Pero los integrantes de esta expedición pronto descubrirán que no están solos allí, y su misión acabará convirtiéndose en una lucha por su supervivencia en un ambiente hostil y peligroso. Los temibles xenomorfos no se lo pondrán nada fácil a los miembros de la nave Covenant.

Ya, ya... ¿Y qué fue de la doctora Elizabeth Shaw y la cabeza de David? Es normal que os lo preguntéis, ya que fueron los únicos supervivientes de la expedición Prometheus de las industrias Weyland. Para eso, podéis ver el corto que sirve de puente entre ambas películas:

***Fin de los spoilers de Prometheus***

Reinar en el infierno o servir en el cielo

En Alien: Covenant hay algo más poderoso que la sangre corrosiva de los xenomorfos, algo que da más miedo que su doble mandíbula y que te atrapa más que el abrazacaras... El androide. Michael Fassbender vuelve a poner el listón altísimo con una interpretación increíble que nos va a hacer sentir escalofríos ante lo que puede llegar a hacer una inteligencia artificial cuando se parece demasiado al ser humano.

La película explora con gran acierto las paradojas de la creación y la necesidad casi patológica de la Humanidad de comprender su origen y su meta como especie en esa huida hacia adelante que le lleva a expandirse como "una segunda oportunidad". El mismo título deja claro que la Covenant es una nave colonial cargada, por tanto, de pioneros lanzados a la inmensidad del espacio en busca de un nuevo hogar y a lo largo del metraje toma cada vez más relevancia la base filosófica de la trama: ¿merece el ser humano existir? ¿Es ley de vida que la creación se rebele ante su creador?

Las referencias artísticas son todo un festín, desde "La entrada de los dioses al Valhalla" de la ópera "El oro del Rin" de Wagner hasta lord Byron, "Robinson Crusoe" o el "moderno Prometeo" de Mary Shelley y recalando especialmente en el soneto "Ozymandias" de Percy Bysshe Shelley que reflexiona sobre la decadencia de los líderes y de los imperios que ponen en pie. A los seguidores de Breaking Bad os resultará familiar porque formó parte de la promoción de la última temporada de la serie y dio título al antepenúltimo episodio. El poema en cuestión dice así:

 

Conocí a un viajero de una tierra antigua

que dijo: «dos enormes piernas de piedra

se yerguen sin su tronco en el desierto;

junto a ellas, en la arena, semihundido

descansa un rostro hecho pedazos, cuyo ceño fruncido

y mueca en la boca, y desdén de frío dominio,

cuentan que su escultor comprendió bien esas pasiones

que todavía sobreviven, grabadas en la piedra inerte,

a la mano que se mofó de ellas y al corazón que las alimentó.

Y en el pedestal se leen estas palabras:

"Yo soy Ozymandias, rey de reyes:

¡Contemplad mis obras, oh poderosos, y desesperad!"

No queda nada a su lado. Alrededor de las ruinas

de ese colosal naufragio, infinitas y desnudas

se extienden, a lo lejos, las solitarias y llanas arenas.

 

¿Qué os sugieren estas palabras? Os doy algunas pistas: Ozymandias es el pseudónimo de Ramsés II (pero claro, si habéis visto Watchmen, ya sabíais todo esto), y el soneto parafrasea precisamente la inscripción que puede leerse en la base de una estatua que se encuentra en el Museo Británico de Londres, escrita por Diodoro Sículo en su "Bibliotheca historica", que viene a decir: "Rey de reyes soy yo, Osymandias. Si alguien quiere saber cuán grande soy y dónde yazco, que supere alguna de mis obras".

Segunda advertencia: es una película cargada de mensajes que te va a hacer pensar. No es excesivamente comercial en este punto y es probable que haya quien se pierda un poco en sus complejidades... Vamos, no te esperes una cinta solo de aventuras y supervivencia porque tiene trasfondo.

El espíritu de la película

Mucho más fiel a Alien: el octavo pasajero, Alien: Covenant retoma elementos de la puesta en escena y recursos (como esa "madre" que controla la nave) que consiguen que sea coherente respecto a la propia mitología de la saga. También la relación entre los personajes encuentra un tono fluido y picante que permite que la película se desenvuelva a buen ritmo si bien siguen existiendo algunos lastres para la historia como la excesiva ingenuidad de la tripulación que le resta enteros a su verosimilitud. Algunos de sus problemas individuales no terminan de conectar con la audiencia (la pérdida de Daniels, la crisis de liderazgo de Oram...).

Puede que el montaje haya podado más metraje del necesario o que simplemente el reparto sea demasiado extenso, pero el caso es que cuesta empatizar. Se echa en falta asimismo más información sobre los ingenieros y sorprende la velocidad a la que se reproducen y mutan los aliens así como su capacidad para diseminarse mediante lo que parecen ser esporas. Hay cierta precipitación para contar muchas cosas.

Los efectos especiales están muy logrados (y éste era otro de los asuntos que me preocupaban). Hay un correcto balance entre el uso de CGI y técnicas más tradicionales y en general se percibe un tremendo tacto a la hora de explorar nuevas ideas (la secuencia inicial es toda una declaración de intenciones) y engarzarlas en la base de lo ya conocido. 

Como dicen los carteles promocionales de Alien: Covenant "corre", pero a sacar la entrada de cine. Está más que justificada la calificación R de la película y Ridley Scott demuestra una vez más que sabe cómo atraparnos en su puño. 

Si se te hace larga la espera hasta el estreno el 12 de mayo, puedes hacer un repaso de todas las películas de la saga Alien en nuestro Especial de cine de ciencia-ficción.

VALORACIÓN:

Con una mayor carga de profundidad filosófica y una mejor calibrada tensión narrativa Alien: Covenant resulta muy superior a Prometheus evocando el espíritu original de la primera película con pinceladas de terror/asco de alto voltaje. Scott sigue en plena forma y Fassbender a sus órdenes lo borda.

LO MEJOR:

Nos prometieron que veríamos a los xenomorfos en todas sus facetas y así es, Fassbender soberbio, los FX son muy buenos y nos atrapa rápido.

LO PEOR:

Como en su predecesora, los personajes siguen resultando demasiado ingenuos y descuidados. Se echan en falta los trajes espaciales.
Hobby

80

Muy bueno

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