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Análisis apocalíptico de MotorStorm

José Luis Sanz

Análisis apocalíptico de MotorStorm

Cuando un juego de la saga MotorStorm llega a PS3, uno espera que cumpla con las espectativas mínimas exigibles. No estamos hablando de una serie antigua, que saliera en PSX o PS2, y que contara con decenas de miles de seguidores como Gran Turismo, pero también es cierto que MotorStorm es sinónimo de PS3 desde sus comienzos.

Sobre todo para alguien que tiene asociado a todas las PlayStation que han salido un juego de velocidad: en PSX fue un Ridge Racer monumental, en PS2 otra Ridge Racer, el V, más discreto pero Ridge Racer al fin y al cabo, en PSP otro Ridge Racers y en PS3... ¡¡oh, sorpresa!!, MotorStorm. Así que tras el primero, Pacific Rift y el Artic Edge de PSP, este cambio de tercio hacia el fin del mundo me pareció, cuando menos, sospechoso.

Y así ha pasado. MotorStorm Apocalypse es un juego que ha incluido los suficientes elementos nuevos como para desorientar a los seguidores de esta genial saga de conducción, perdiendo parte del encanto que consiguió labrarse en los primeros tiempos de PS3...

Y llegamos al apocalipsis...

El primer contacto con este MotorStorm Apocalypse es raro. Muchos de los elementos que podrían considerarse como claves de la saga se han perdido: ahora hay tres niveles de dificultad que se corresponden con otros tantos personajes e historias distintas que, la verdad, nos vienen a dar igual por que lo que mola de este juego es correr. Lo único que debemos saber es que la ciudad está a puntito de destruirse y tanto nosotros como la chusma que nos acompaña, va a organizar las carreras más cafres del universo.

Este desarrollo de las carreras dentro de una especie de modo historia limita la elección de vehículo, que ya nos viene dado por MotorStorm Apocalypse. Unas veces serán coches, otras motos, quad, camiones o lo que se tercie según la prueba que vamos a disputar. Como siempre, tendremos que clasificarnos alcanzando el quinto, tercer o primer puesto (según el grado de dificultad en el que nos encontremos) y, también, aprovechar la velocidad para encontrar una serie de cartas por los circuitos.

Yo, la verdad, iba tan ciscao que no tenía tiempo de mirar dónde podían haber escondido los señores de Evolution una carta. ¡¡Pero si no hay más que cascotes volando, explosiones, derrumbamientos y edificios hechos trizas que uno no sabe ni dónde está!! Eso sí, gracias a esta triquiñuela de MotorStorm Apocalypse de esconder ítems, nos jugaremos varias veces cada circuito con la esperanza de encontrarlas todas.

Análisis apocalíptico de MotorStorm

Una de las cosas con las que se encuentra el jugador tradicional de MotorStorm es que en los primeros compases del juego los escenarios típicos de la saga, muy abiertos, han cambiado un poquito. Todo se concentra en la ciudad, entre ruinas de edificios, calles destrozadas y puentes con agujeros como elefantes en el suelo. Hay mucho contenedor suelto, tubos que sirven de rampas, callejuelas que se achican y que no pegan con el espectáculo MotorStorm que uno tiene en la cabeza.

Los accidentes, por ejemplo, han perdido mucha gracia porque al ser en una ciudad casi siempre nos estampamos contra un muro, una pared, un panel señalizador, etc. Lo que hace que el corredor se quede clavado en el lugar del accidente, deje un boquete y ya está. Y si no, saldremos volando entre los edificios... Atrás parecen quedar esos choques made in MotorStorm en los que el vehículo salía volando mientras se desintegraba en decenas de pequeñas piezas.

Eso sí, es de agradecer para el espectáculo de las carreras la progresiva destrucción de los escenarios. A medida que cumplimos las vueltas, estos van cambiando de cara y, en contadas ocasiones, de trazado. No es raro ver cómo el suelo se cae bajo nuestras ruedas y de un avenida luminosa pasamos a un túnel oscuro donde hay tantos obstáculos que es imposible atisbar nada. O torres que se caen justo a nuestro paso, o explosiones que nos tiran a la cabeza cascotes que parece que nos van a dar en la cara. Este efecto se nota, sobre todo, cuando jugamos en 3D. ¡¡Hay que reconocer que MotorStorm Apocalypse es un espectáculo cuando lo conectamos a una tele y nos ponemos las gafas!!

Análisis apocalíptico de MotorStorm

MotorStorm a ratos

MotorStorm Apocalypse no me ha gustado mucho en su primera parte. Cuando los escenarios son más cerrados, más urbanos, más vulgares. Se parece a otros juegos que no eran tan perfectos técnicamente y, precisamente, si algo tenían los títulos de MotorStorm es que eran diferentes desde el primer acelerón. Y eso que las carreras son frenéticas, pero hay momentos en los que hay tantos elementos en pantalla que no se ve un pimiento y no sabemos por dónde ir...

MotorStorm Apocalypse mejora a medida que más nos alejamos del downtown, cuando completamos el primer nivel de dificultad (el fácil), escapamos hacia el exterior y empezamos el nivel intermedio. Es entonces cuando el juego parece volver a lo que fue en sus dos entregas anteriores de PS3, con escenarios más abiertos, más naturales y salvajes y con obstáculos que pueden verse a una distancia relativamente aceptable.

Hay un circuito alucinante en ese nivel intermedio de dificultad que es increíble. Corremos en un pueblo costero al que le están azotando olas gigantes y huracanes y donde además de chuzos de punta, hay barcos que se empotran contra el circuito y que convierten la carrera en un "xboxero el último" (no se me enfaden). Es en esas pruebas cuando uno piensa que MotorStorm Apocalypse ya empieza a parecerse a un MotoStorm... El único problema es que para entonces, ya llevamos más de medio juego completado.

De todos modos, si crees que estas cosas no son razón suficiente para asustarse, desde luego como juego de carreras tiene suficientes elementos de calidad como para tentarnos. Otra cosa es que lo juguemos con el retrovisor puesto, mirando al pasado y mediatizados por los buenos momentos que MotorStorm y MotorStorm Pacific Rift nos hicieron pasar.

Eso sí, hay que reconocer que el apocalipsis les ha quedado de miedo...

VALORACIÓN:

Un juego endiabladamente rápido, lleno de coches y carreras en las que hacer el cabra como nunca. La ciudad y su apocalipsis están muy bien hechos y dan la sensación de que ha llegado el fin del mundo.

LO MEJOR:

El modo individual en el que llevamos a varios personajes y sus historias.

LO PEOR:

El cambio de escenario descentrará a los clásicos de la saga y sus bonitos espacios abiertos.

Plataformas:

PS3

Hobby

84

Muy bueno

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