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Análisis de 3D Streets of Rage

Análisis de 3D Streets of Rage
"Qué mítico, la de partidas que me habré echado a eso"... Seguro que la mayoría de vosotros soltaréis eso al oir el nombre de Streets of Rage. Ahora, SEGA lo recupera para 3DS con algún que otro retoque, pero la misma esencia peleona de siempre.

Tras el éxito de beat ´em ups como Final Fight a finales de los 80, SEGA quiso crear su propio clásico para Mega Drive con Streets of Rage, un título que seguía a pies juntillas los cánones del género. ¿"Punkis" con mala uva? Sí. ¿Jefes finales gigantescos de mecánica repetitiva? Por supuesto. ¿Pollos asados escondidos en papeleras para recuperar salud? Faltaría más. ¿Dominatrix con látigos? Errr... Bueno, vale.

Así, en 1991 llegó este título (llamado Bare Knuckle en Japón), que supuso un enorme éxito para la consola y años después recibió 2 entregas más. En España, su inclusión en el pack Mega Acción de la consola lo acercó a miles de jugones, que disfrutaban de una experiencia parecida a la de las máquinas recreativas.

Ahora que SEGA ha apostado por una línea de clásicos de Mega Drive en 3D para 3DS (Sonic, Ecco o Super Hang-On ya han pasado por la eShop), estas peleas callejeras se unen al show con algún que otro añadido.

Análisis de 3D Streets of Rage

Héroes con cinta en la frente

Como recordaréis, este juego nos proponía escoger entre tres personajes: Adam era el que hacía más daño, Blaze tenía más velocidad y Axel ofrecía un equilibrio entre esas ventajas. La gama de golpes era bastante limitada: un botón para pelear cuerpo a cuerpo, otro para saltar y otro para lanzar un ataque especial: el recordado coche de policía que lanzaba un "bazokazo" a todos los enemigos de la pantalla. También podíamos ejecutar un par de presas cuerpo a cuerpo y, sobre todo, aprovechar las armas que encontráramos por el escenario: un bate, un cuchillo, una botella o un spray paralizante.

Aún así, el catálogo de golpes era bastante limitado en comparación con otros títulos y, desde luego, fue muy mejorado en las dos entregas posteriores. Lo mismo sucedió con el plantel de enemigos: los tipos de rivales se podían contar con los dedos de la mano y en los 8 niveles del juego no hacían más que repetirse una y otra vez con diferentes colores. Los jefes finales, aunque también llegaban a repetirse, impresionaban al verlos por primera vez: ese Freddy Kruegger malote, ese gordinflas escupefuego...

 

Análisis de 3D Streets of Rage

 

Sin duda, el punto fuerte del juego estaba en su ambientación. Las calles tenían un aire más real, más "vivo" que en el de otros clásicos como Double Dragon y resultaba interesante ver cómo iba avanzando la noche y despuntaba el alba a medida que nos acercábamos al duelo final contra el pérfido Mr. X. Ahora bien, el punto fuerte, lo que todo el mundo recuerda de este clásico, es la brutal banda sonora firmada por Yuzo Koshiro. 22 años después, sigue sorprendiendo el jugo que supo sacar al humilde chip de sonido de Mega Drive para concebir unas melodías techno y "breakbeat" sencillamente sensacionales. Las voces digitalizadas no estaban a la altura, pero nos daba igual.

 

OJO, SPOILER: Por cierto, otro "hito" fue proponer una pequeña bifurcación antes del duelo final: podíamos optar por unirnos a la senda del crimen o derrotar definitivamente al villano del juego. Al seleccionar la primera opción, nos tocaba repetir 3 niveles (¡!), mientras que con la segunda pasábamos al último duelo. De este modo, Streets of Rage ofreció decisiones morales mucho antes de que éstas fueran guays. FIN DEL SPOILER

 

Análisis de 3D Streets of Rage

Y ahora, enriquecido con 3D

La nueva versión para 3DS conserva el título tal cual, pero como en los otros juegos de la línea permite alterar ciertas opciones. La más llamativa es la de activar el modo Puños de la muerte, que sirve para derrotar a todos los enemigos de un solo golpe. También es posible cambiar entre la versión occidental o la japonesa del juego (las diferencias son casi nulas) o activar un efecto que simula una pantalla de tubo de las de antes. Por supuesto, es posible activar un efecto 3D tanto en profundidad como hacia fuera. Funciona de manera muy convincente, aunque acaba cansando a los 20 minutos de partida.

En definitiva, 3D Streets of Rage mantiene su título de clásico del beat ´em up y supone una buena opción para repartir mamporros rápidos mientras esperamos el siguiente autobús, siempre que entendamos que no ofrece el impacto técnico de juegos más recientes. Por cierto, me da igual que quieran convencerme de lo contrario. Para mí, Adam gritaba "¡Juliaaa!" cuando golpeaba.

VALORACIÓN:

El espíritu de los arcades de los 90 se mantiene vivo con un título algo anticuado, pero todavía carismático.

LO MEJOR:

El encanto de su ambientación. La música sigue siendo espectacular.

LO PEOR:

Sus gráficos y su jugabilidad acusan el paso del tiempo.

Plataformas:

3DS

Versión comentada: 3DS

Hobby

79

Bueno

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