Análisis de Call of Duty Modern Warfare para PS4, Xbox One y PC

¿Hace cuánto que no jugamos un Call of Duty por la campaña? Menuda pregunta. El "shooter" bélico de Activision e Inifnity Ward (estudio responsable de los juegos originales) se ha caracterizado por su potente modo multijugador, pero siempre hubo un hueco para la campaña. Poco a poco, este modo historia se fue desvirtuando. Ni Advanced Warfare, ni WWII ni Black Ops 3 consiguieron que sus argumentos nos atrapasen como lo habían hecho los anteriores, y en la edición del año pasado, se sustituyó por el modo Battle Royale. 

Pero estamos ante un importante cambio de dirección. Porque el regreso de Modern Warfare (una reinvención de la saga, con a vuelta de alguno de sus personajes más emblemáticos) es también la vuelta de los Call of Duty de estilo clásico. En nuestro análisis de Call of Duty: Modern Warfare para PS4, Xbox One y PC volvemos a abrir las puertas de ese FPS que apuesta igualmente por el multijugador y por la historia. 

Paradójicamente, el hecho de que se haya tomado como referencia un juego de 2007 (remasterizado en 2016) supone un soplo de aire fresco para la franquicia. Y contra todo pronóstico, vuelve a sorprendernos. Modern Warfare es un lanzamiento que van a disfrutar los reclutas más novatos, pero a quienes disfrutaron de la primera trilogía, les va a "volar la cabeza". 

La campaña más arriesgada

Detrás de la campaña se encuentran antiguos miembros de Naughty Dog (el estudio que ha lanzado los Uncharted o The Last of Us). El trabajo de Jacob Minkoff (director de diseño) y Taylor Kurosaki (director narrativo) en Infinite Warfare ya nos dejó un estupendo sabor de boca -sin duda era lo mejor de aquel Call of Duty- pero podemos afirmar sin que nos tiemble el pulso que ahora se han superado.

Han tomado elementos reales, con la única salvedad de que Siria se ha "bautizado" como Urzikstán, y nos han dejado una historia plausible que nos hace pensar cada vez que apretamos el gatillo. Puede que los primeros niveles parezcan un poco atropellados, pero nos engancha.

Najwa Nimri pone su voz en Call of Duty Modern Warfare

 En uno de los momentos que definen esta campaña, el capitán John Price de los SAS explica que en la guerra moderna uno debe trazar las las líneas de lo que es aceptable y lo que no, y esas líneas se pueden mover a medida que avanza el conflicto. Por primera vez, junto a elementos "tradicionales" de Call of Duty como las persecuciones, los asaltos junto a los miembros de las operaciones especiales y el uso de la tecnología armamentística más avanzada, nos encontramos con otros dilemas morales: el papel de las guerrillas, la tortura, las bajas civiles, la intervención de la CIA en suelo extranjero... Modern Warfare es un juego actual y para adultos. 

Si la trilogía original era una montaña rusa, más cercana al estilo de las películas de Michael Bay, ahora el juego se parece más a un documental. Sigue siendo emocionante y tenso, pero con momentos que nos dejan "mal cuerpo". Y no es simplemente volver sobre niveles como Nada de ruso de Modern Warfare 2, sino una sensación que "flota" constantemente sobre nosotros mientras jugamos. 

En cualquier caso, hay que destacar dos "flashback" (hace 20 años y diez años después) en los que jugamos con Farah, líder de la resistencia urzeka, y en que se explora un estilo de juego diferente, basado en la infiltración. Son dos niveles polémicos y valientes, como nunca hemos visto en otro FPS bélico y que demuestran que Modern Warfare es "cosa seria". No queremos destripar más, pero no son los únicos elementos donde se refleja la crudeza de la guerra.

El nivel más duro de Call of Duty Modern Warfare

Oscuridad total

En cuanto al "gameplay", también disfrutamos de una evolución necesaria. A lo largo de los 14 episodios (entre 6 y8 horas dependiendo del nivel de dificultad) el desarrollo también madura. La campaña es guiada, con algunos niveles abiertos que se alternan con los desarrollos más "pasilleros". Pero ha desaparecido el indicador que nos marca el siguiente objetivo (podemos solicitar esa información si nos encontramos perdidos, aunque la experiencia es mucho mejor si estamos atentos a lo que nos dicen nuestros compañeros o al diseño del escenario).

Los niveles "nocturnos" brillan especialmente. Por un lado, se ha introducido un elemento de sigilo, como en Splinter Cell; si nos mantenemos en la oscuridad y no hacemos ruido, los centinelas enemigos no serán capaces de detectarnos -para ello también podemos disparar a las fuentes de luz-. Por otra parte, estos niveles son mucho más tácticos.

Cuando entramos en una casa para buscar rehenes, tenemos que tener en cuenta la penetración de las balas a través de paredes y puertas, "limpiar" las estancias una a una, y tener mucho cuidado al abrir cada puerta, bien hacerlo poco a poco o entrando de golpe y aprovechando el elemento sorpresa. Son niveles que disparan nuestro nivel de adrenalina y marcan la diferencia respecto a las batallas en terreno abierto.

Los veteranos de la saga también se van a encontrar con guiños a los momentos estelares. Vuelve un tramo en que controlamos a un artillero de helicóptero para prestar apoyo aéreo (como el nivel del AC-130), la selección de objetivos con láser para que los vuele por los aires un dron Predator, una sobresaliente fase de francotirador con un rifle .338 Lapua en que hay que tener en cuenta la distancia y velocidad del viento, o la resistencia en el tejado de la embajada (como en la película 13 horas Los soldados secretos de Bengasi) que nos ha recordado aquella hamburguesería de Modern Warfare 2.   

Si sois de esos jugadores que se lanzan directamente al modo online, la campaña guarda una agradable sorpresa. Se acabó eso de tener la sensación de haber perdido tiempo respecto a otros jugadores, porque nuestro progreso del modo historia también desbloquea elementos en el multijugador (de hecho es la única forma de conseguir algunos operadores).

Películas y documentales que inspiraron Call of Duty Modern Warfare

Multijugador enorme

El multijugador es incontestable. Quienes quieran jugar los enfrentamientos "como siempre" tienen a su disposición 21 mapas online con un ritmo espectacular. En general el diseño de los mapas es fiel a la trilogía original; es decir, que huyen de la simetría de tres calles y dos alturas propia de los juegos de Treyarch (Black Ops) y nos proponen luchar por puntos "de ventaja", elevados o mejor cubiertos, que son los que desequilibran la balanza. 

Tenemos a nuestra disposición los modos tradicionales, como batalla por equipos, dominio, cuarteles... y en este caso se unen gunfinght (que es un dos contra dos con armas determinadas por la máquina), batalla por equipos de 20 jugadores y el modo Guerra Terrestre, que soporta hasta 64 jugadores simultáneos, con uso de vehículos y combate por objetivos, como hemos visto en la saga Battelfield.  

Las gafas de visión nocturna se han abierto un hueco en el modo online. Los niveles nocturnos nos permiten combatir de una forma única, ya que no se pueden utilizar al mismo tiempo los visores y la mira de las armas. En ese caso, se sustituye por un láser, que sin embargo puede delatar nuestra posición. 

El gameplay también mejora con incorporaciones que parecen pequeñas, pero que aumentan nuestras posibilidades de juego. Es el caso de apoyar el arma sobre obstáculos horizontales o verticales (columnas, marcos de ventanas...) para reducir el efecto del retroceso o la posibilidad de recargar sin necesidad de dejar de apuntar.  También nos gusta el hecho de que se haya eliminado el minimapa en algunos modos, lo que añade un poco de realismo. Y por último, se añade la "frivolidad" de las ejecuciones: si pillamos a un enemigo por la espalda y mantenemos presionado R3 durante un tiempo, podemos disfrutar de una animación brutal en tercera persona.

El sistema de progreso es el mejor de toda la saga, que no es poco. Podemos personalizar nuestro perfil online escogiendo entre 18 "skins" de operadores (cada uno de ellos con tres variantes de color) y personalizar nuestras armas, perks y ventajas por racha (vuelven a ser rachas de bajas en lugar de puntos). Además, cada una de las armas cuenta con su propio nivel, que nos permite desbloquear accesorios, perks específicos, pinturas, pegatinas e incluso colgantes decorativos. El armero en que llevamos a cabo estas modificaciones es en sí otro triunfo del juego. Se disfruta casi tanto modificando y contemplando nuestros fusiles como jugando.

Por qué se llama Modern Warfare en lugar de COD MW4 

Por si esto fuera poco, también tenemos acceso a nuevos "emotes" para comunicarnos con otros jugadores, grafitties o relojes, que añaden funciones específicas. 

Dejamos para el final los asuntos relativos al netcode (el código que determina cómo se juega online) y al crossplay entre las tres plataformas. En cuanto al primero, pese a los problemas que algunos jugadores experimentaron en la beta, nos ha parecido excepcional. Conexión inmediata, nada de lag, sin expulsarnos de las partidas... al menos en el entorno de la "review" el código de red era inmejorable. Pero lo mejor es que el juego se comporta igual de bien cuando luchamos con -o contra- usuarios de otras plataformas. Por fin podremos hacer equipo con nuestros amigos que tengan otras consolas o PC.

Y otra buena noticia que se publicó durante el análisis de Call of Duty Modern Warfare es que no habrá cajas de botín, ni compras dentro del juego, ni microtansacciones... Con el juego base tendremos acceso a todo el contenido que se vaya publicando durante los próximos meses (como el modo Battle Royale) sin hacer ningún desembolsos adicional. Sólo habrá un pase de batalla para conseguir objetos cosméticos, que no van a afectar a la jugabilidad. 

La promesa de las Spec-Ops

La "tercera pata" de Call of Duty Modern Warfare es el modo cooperativo. Y quizá es el que nos ha dejado más fríos. Si la campaña y el online son sobresalientes, el modo Spec Ops nos ha parecido "desdibujado". Para empezar, tenemos a nuestra disposición el estilo de juego clásico (en un nivel de la campaña, con oleadas de enemigos y suministros para hacerles frente) y el modo supervivencia, exclusivo de la versión de PS4 a lo largo de los primeros meses. 

Pero el cooperativo principal se desarrolla en un mapa gigantesco, como un "sandbox", con uso de vehículos. El juego nos va asignando objetivos -que sólo se pueden superar si jugamos de forma coordinada- y nos pone frente a oleadas de enemigos con juggernauts, que hacen las veces de jefes de nivel. Pero la parte narrativa se queda corta y no tenemos muy claro por qué estamos haciendo determinadas acciones. 

Esto es lo que ofrece el modo Spec Ops actualmente (con el sistema de progreso vinculado al multijugador "versus"), pero lo importante son las posibilidades que promete. Con un mapa tan grande, está pidiendo a gritos la llegada del Battle Royale y nuevos modos más narrativos. 

El nuevo motor de la guerra

A Call of Duty le hacía falta un lavado de cara. El IW Engine y todas sus iteraciones se habían quedado cortos, y por fin Modern Warfare ha dado el paso. ¡Y de qué modo!. Los niveles están llenos de detalle, la recreación de las armas es casi pornográfica y los personajes resultan muy expresivos. La iluminación (y claro, los efectos de visión nocturna) son clave para que nos sintamos en entornos tan variados como la ciudad de Londres, San Petersburgo o un campo de amapolas en Oriente Medio. 

En PS4 PRO hemos podido disfrutar del juego a una resolución 4K y 60 FPS (una de las señas de identidad de toda la saga) y también hemos tenido la oportunidad de ver el juego en PC, donde incorporará ray tracing para la iluminación. El sonido envolvente, con unos brillantes efectos para las detonaciones de las diferentes armas, le pone la guinda. Incluso nos ha gustado la opción por utilizar secuencias CG en tercer persona durante la campaña -recordad que en otras entregas se apostaba porque estas secuencias fuesen también en perspectiva subjetiva-. 

Sólo hay un aspecto en que se nota cierto retroceso respecto a los juegos originales, y es que la banda sonora pasa desapercibida, sin alcanzar el nivelón que tenían las composiciones de Harry Gregson Williams, Hans Zimmer o Brian Tyler. 

En líneas generales, Modern Warfare supone una vuelta a las raíces de la saga. Casi podíamos decir que Call of Duty estaba perdiendo su identidad, en particular después de Black Ops IIII, y ahora la ha recuperado con fuerza. Sin ser tan revolucionario como lo fue el primer Modern Warfare, es uno de los mejores FPS bélicos de la generación.

Nos ha atrapado su historia, el multijugador está lleno de opciones, tanto para los jugadores "clásicos" como para quienes busquen nuevos modos, la evolución visual es contundente y la promesa de nuevo contenido gratis para todos los jugadores es muy bienvenida. La mejor entrega de los últimos años, aunque también la más polémica y adulta.