Análisis de Déraciné de FromSoftware (Dark Souls) para PSVR

Déraciné es una "rara avis". Un juego de realidad virtual, exclusivo de PSVR para PlayStation 4, con una trama sobrenatural. Lo que lo convierte en un lanzamiento especial es que se trata de un juego de Hidetaka Miyazaki. Por si no os suena su nombre, él es el responsable de que lo hayamos pasado tan mal (o tan bien) muriendo una y otra vez en nuestras partidas de Dark Souls o Bloodborne, y quien promete devolvernos esta sensación en Sekiro Shadows Die Twice. 

Sin embargo, no hay que dejarse arrastrar por el nombre de su creador, ni la compañía que está detrás, FromSoftware, porque Déraciné es una aventura mucho más pausada (y mucho más amable con los jugadores) que sus juegos de rol. La cuestión está en saber si es igual de buena. Y desde que lo vimos por primera vez anunciado en el E3 2018, nos moríamos de ganas por jugarlo. ¿Qué habría sido capaz de hacer el estudio con esta tecnología?

Un espíritu lejos de los juegos de terror

Como muchos juegos de realidad virtual, los primeros instantes sorprenden por la capacidad de inmersión. En este caso, viajamos en primera persona hasta un antiguo internado con un estilo del S. XIX. Una presencia sobrenatural, un viejo orfanato, casi una mansión... parecen los ingredientes perfectos para una aventura de terror, pero no es el caso. Nosotros encarnamos a un espíritu bondadoso, una especie de hada, que tiene que resolver puzles y hacerse "visible" para los habitantes del internado: 5 huérfanos que se refieren a nosotros como un "espíritu gentil". 

Miyazaki ha declarado que se trata de un regreso a las aventuras originales del estudio, en que el argumento tiene mucho más peso que los elementos de gameplay. Y cuando nos ponemos frente a la consola, con las gafas PSVR y los mandos PS Move, esto se traduce en recorrer unas estancias luminosas y bastante detalladas, interactuando con una serie de objetos para resolver enigmas bastante sencillos. 

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Exploración y puzles

Para evitar mareos, Déraciné opta por el sistema de exploración por teletransporte (una solución muy común en los juegos de realidad virtual) y nos destaca en pantalla qué objetos se pueden manipular. Es un conjunto de mecánicas sencillo, que nos permite empaparnos de la historia sin complicaciones. 

Esta historia arranca con lentitud, pero poco a poco (a través de unas cinco horas de duración) vamos conociendo a los 5 huérfanos, y les acompañamos mientras atraviesan momentos cruciales de sus vidas. Al final, el juego consigue tocarnos la fibra sensible, con una historia bonita y melancólica, que nos hará reflexionar. 

El punto flojo de Déraciné (aparte de una duración limitada) es la simplicidad en las interacciones. La idea de congelar el tiempo y resolver puzles para que los 5 muchachos noten nuestra presencia es muy buena, pero su ejecución es muy simple, y en ningún momento supone un reto. En muchos momentos nos sentimos más testigos que partícipes en la aventura. Eso no es necesariamente malo -también nos parece un gran juego The Invisible Hours- pero depende mucho de nuestros gustos como jugadores.

El apartado técnico de Déraciné sí que resulta más sólido (especialmente en lo que respecta a los escenarios, la luz y la expresividad de los NPC) y la implicación emocional con todos los personajes es más profunda gracias a un estupendo doblaje al castellano y una banda sonora igualmente trabajada. 

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Déraciné significa "desarraigado", que es como se siente el espíritu protagonista en este entorno. A medio camino entre la aventura gráfica y un "walking simulator", FromSoftware nos cuenta una bella historia, y se estrena en el uso de la realidad virtual con un notable. Un juego "diferente" que se suma al catálogo de VR (que en las últimas semanas ha recibido grandes títulos como Tetris Effect o Astrobot Rescue).