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Análisis de DiRT 4, el juego de rallies para PS4, Xbox One y PC

Análisis de DiRT 4 para PS4, Xbox One y PC
Da igual que los denomine DiRT o Colin McRae Rally: en veinte años, Codemasters no ha decepcionado nunca cuando de hacer juegos de rallies se ha tratado. Su nuevo simulador para PS4, Xbox One y PC es la enésima demostración de su polvorienta maestría al volante.

Nada como un análisis de DiRT 4, el enésimo juegazo de 2017, para calmar los últimos días en la sala de espera del E3 2017.

El 9 de junio, llega a PS4, Xbox One y PC la enésima reencarnación de Colin McRae Rally y, otra vez, nos ha hecho disfrutar como pilotos en un lodazal, como si aún estuviéramos en los gloriosos 90, cuando el piloto escocés, Carlos Sainz o Tommi Makinen no sólo se repartían los títulos del WRC, sino también el apadrinamiento de videojuegos.

Puede que la saga haya cambiado de apellido, pero lo que no ha cambiado en estos veinte años es la pasión de Codemasters por ofrecer los mejores juegos de rallies, infinitamente superiores a otros que se aprovechan de licencias como la del Mundial o la de Sébastien Loeb.

A la compañía británica, la más prolífica del género de la velocidad, le costó arrancar el motor en esta generación, que la cogió a contrapié tras una serie de despidos.

Además, venía de algunas medianías, como el flojísimo F1 2014 o el estrambótico spin-off DiRT Showdown. Sin embargo, en 2016, lo puso ya a altas revoluciones, con F1 2016 y con DiRT Rally, uno de los mejores juegos offroad de la historia, a lo que se sumó el hecho de acoger en su seno a los antiguos miembros de Evolution Studios –que Sony cerró tras el ‘fracaso’ de DriveClub–, quienes se hallan trabajando ya en una nueva IP.

Ahora, en apenas dos meses y medio, va a lanzar Micro Machines: World Series, F1 2017 y el juego que nos ocupa. Pues bien, este último retoma la base técnica y la exigente jugabilidad de DiRT Rally y las combina con la espectacularidad de DiRT 3, otra entrega que también dejó huella. Con tamaña mezcla de carburantes, era inevitable que prendiera la llama.

La triple corona

DiRT 4 ofrece tres grandes disciplinas offroad: rally clásico, rallycross y landrush. Las dos primeras estaban ya en la entrega del año pasado, mientras que la tercera regresa tras muchos años de ausencia, como sustituta de la subida a Pikes Peak.

Inevitablemente, se han reciclado algunos contenidos, como dos de las ambientaciones de los tramos cronometrados y tres de los circuitos de rallycross, pero lo cierto es que estamos ante un juego nuevo, con muchos fichajes de relumbrón. Es decir, no sucede como en las típicas sagas anuales, cuyo contenido tiende a ser continuista, como en F1, sin ir más lejos.

Análisis de DiRT 4 para PS4, Xbox One y PC

Por si no estáis familiarizados con las nomenclaturas, el rallycross es una disciplina en la que se compite con coches de rally en circuitos cerrados de asfalto y grava, con la peculiaridad de que se enfrentan varios simultáneamente, por rondas y con la obligación de coger un desvío, llamado comodín, en una de las vueltas.

El juego tiene la licencia oficial del Mundial de Rallycross, de modo que se han incluido cinco trazados: Lohéac Bretagne, Montealegre, Lydden Hill, Holjes y Hell. Además, competimos contra pilotos reales como Petter Solberg o Sébastien Loeb.

En cuanto al landrush, consiste en carreras cuerpo a cuerpo en estadios plagados de baches y saltos, con la distinción de que los vehículos son buggies, camionetas o crosskarts. Hay tres trazados: Baja, California y Nevada. Ambas disciplinas son tan emocionantes como espectaculares. Además, vuelven también los desafíos Joyride, que se ausentaron en la anterior entrega. Se trata de retos en los que hay que derribar un determinado número de carteles o completar un recorrido en el menor tiempo posible, con la ayuda de una serie de bonificaciones de tiempo que hay dispersas por el trazado.

Sin embargo, el corazón de DiRT 4 es el rally de toda la vida, es decir, los tramos cronometrados. Se han incluido cinco localizaciones: Gales, Suecia, Australia, Míchigan y Tarragona. Esto significa que, a grandes rasgos, se cubren todos los tipos de superficies, desde el barro hasta el asfalto, pasando por nieve, tierra y gravilla compacta.

Además, cada rally nos deleita con una orografía muy diferenciada. Particularmente, aplaudimos la incorporación de los rallies de Australia y Cataluña. Este último, que se disputa sólo en su vertiente de asfalto (en la realidad, hoy en día es mixto), es una auténtica delicia, con sus estrechas carreteras de montaña o sus angostos pueblecitos.

Análisis de DiRT 4 para PS4, Xbox One y PC

Cientos y cientos de etapas

Decíamos que se han reciclado algunos contenidos de la anterior entrega, pero hay que matizar esa frase. Se han vuelto a usar los rallies de Gales y Suecia como localizaciones, sí, pero Codemasters se ha sacado de la manga una característica espectacular en este DiRT4Your Stage. Se trata de un editor que permite crear infinidad de tramos de forma muy sencilla y compartirlos con nuestros amigos.

No es posible 'dibujar' el perfil de los tramos (algo que hizo V-Rally 2: Expert Edition en Dreamcast), sino que se ha optado por un sistema automatizado. Una vez elegido el país en el que queremos que se ambiente cada tramo, sólo hemos de elegir la longitud y la complejidad, con once y cinco niveles posibles, respectivamente.

Luego, con sólo pulsar un botón, podemos probar cuantas veces queramos hasta que el tramo que salga nos convenza, con la posibilidad de invertir el sentido de la marcha, algo muy conveniente si sale una pista en descenso y preferimos que sea en subida.

No tenemos claro si todo se genera proceduralmente o, realmente, se combinan cientos de plantillas (los nombres de cada trazado se generan por defecto y no se pueden modificar), lo que implicaría que el número de potenciales tramos no es infinito, pero, para el caso, da igual.

Por ejemplo, si escoges el Rally RACC y fijas tanto la longitud como la complejidad en el nivel más alto, puedes tirarte un buen rato pulsando el botón y no se repite ningún recorrido. Echad cuentas con las combinaciones de las otras diez distancias y las otras cuatro dificultades para cada uno de los cinco rallies que hay... Hay cientos de potenciales resultados.

Análisis de DiRT 4 para PS4, Xbox One y PC

 

Por si eso fuera poco, se pueden modificar libremente tanto el horario como la climatología. Cualquier tramo que generemos en DiRT 4 se puede disputar en diez franjas horarias, desde el amanecer hasta la noche, pasando por el alba, el mediodía, el anochecer o el crepúsculo. Del mismo modo, las condiciones climatológicas también se pueden ajustar, con diferentes grados de nubosidad, niebla y precipitaciones.

Dentro de género de la velocidad, el salto generacional a PS4 y Xbox One se ha notado, especialmente, en el ciclo día-noche de juegos como Forza Horizon 3, DriveClub o Project CARS, y, aunque aquí no es dinámico, es muy de agradecer que Codemasters lo haya implementado tan bien, máxime cuando afecta notablemente a la jugabilidad.

Historia que los rallies hicieron

El garaje de DiRT 4 cuenta con medio centenar de vehículos, entre los que se cuentan, principalmente, coches de rallies de diversas épocas, además de buggies, camionetas y crosskarts.

Si sois fans de largo recorrido del WRC, os encantará ver coches como el Subaru Impreza de McRae, el Lancia Delta, el Lancia Stratos, el Audi Sport Quattro, el Mitsubishi Lancer Evolution, el Seat Ibiza... También hay modelos más recientes, aunque éstos son del Mundial de Rallycross, como el Ford Fiesta, el Volkswagen Polo o el Peugeot 208. Nos quedamos con las ganas de pilotar algún Toyota.

Análisis de DiRT 4 para PS4, Xbox One y PC

Codemasters ha apostado por un control muy similar al de la anterior entrega, pero añadiendo un selector que permite cambiar fácilmente entre simulación y gamer, una opción con la que se activan ciertas ayudas.

Además, la IA se puede configurar entre cuatro niveles, si bien hay algunos desajustes esporádicos que hacen que, de vez en cuando, algunos rivales firmen algún tiempazo que no se corresponde con el rendimiento mostrado en otras pruebas similares. Igualmente, hay una academia con lecciones teórico-prácticas sobre desplazamiento de pesos, uso del freno de mano, giros de péndulo, influencia de cada tipo de superficie...

Aun así, hablamos de que DiRT 4 es un juego difícil, en el que no hay rebobinados y no se pueden desactivar los daños, pues eso quitaría sentido a las reparaciones del parque cerrado que hay cada dos tramos. Como mucho, se pueden reiniciar las pruebas.

Además, la visibilidad puede verse muy perjudicada si corremos de noche, con niebla o bajo una tormenta. Imaginaos en esas condiciones en un tramo de dieciséis kilómetros... Hay que estar muy concentrado para no cometer errores, pero llegar a meta es un gustazo.

Análisis de DiRT 4 para PS4, Xbox One y PC

 

Cada coche tiene un comportamiento, según su potencia o su tipo de tracción. Además, no es lo mismo conducir por caminos estrechos siguiendo las notas del copiloto que buscar peraltes en el landrush o estar atento a cuándo usar el comodín en el rallycross. Si sois muy expertos, también podréis configurar la alineación, los frenos, el diferencial, las marchas, la amortiguación y los muelles.

Con mando, se juega muy bien, igual que con volante, aunque, en este caso, nos ha decepcionado el escaso aprovechamiento del force feedback. Usando un Thrustmaster T300 RS, la resistencia es bastante blanducha y no está bien acompasada con los contravolantes.

En el landrush sí que se notan más los 'aterrizajes', pero el juego está muy lejos de lo que se ha visto, por ejemplo, en Assetto Corsa, el mayor catedrático de esta asignatura.

La reputación del campeón

La nómina de modos de juego de DiRT 4 garantiza pilotaje para mucho tiempo. Para empezar, hay que crearse un piloto y erigir un equipo desde cero, lo que implica contratar personal, gestionar patrocinios o diseñar los colores del coche con un editor muy rudimentario.

A medida que obtenemos dinero y reputación, podemos captar a ingenieros más cualificados, mejorar las instalaciones, comprar piezas de más calidad... y adquirir coches, por supuesto, ya sea en el concesionario o en el mercado de segunda mano. Cualquier prueba en la que compitamos nos otorga dinero y reputación para invertir en nuestro equipo.

También se pueden alquilar los vehículos, pero la recompensa por ganar es mucho menor. Como curiosidad, se han cuidado hasta detalles como que convenga usar parte del tiempo del parque cerrado para limpiar el coche de barro y que los patrocinadores vean lucir su pegatina en la carrocería.

 

El modo Carrera de DiRT 4 se divide en cuatro categorías (rally, rallycross, landrush y rally histórico), con campeonatos que hay que desbloquear progresivamente a base de obtener medallas.

En el llamado modo Competitivo, tenemos pruebas de la comunidad, con desafíos diarios, semanales y mensuales. Además, está el submodo Joyride, con 60 desafíos de derribar carteles y completar pequeños recorridos.

En el multijugador propiamente dicho, podemos competir en rallies en solitario o bien en pruebas de hasta ocho coches simultáneos. Además, hay clasificaciones online, con la peculiaridad de que los tiempos son compartidos entre las diferentes versiones del juego (PS4, Xbox One y PC), lo que, unido a la creación de tramos de Your Stage y a la posibilidad de compartirlos a través de la red social RaceNet, promete darle al juego mucho recorrido en el tiempo.

Lo único que quizás echamos en falta es que haya alguna localización más, teniendo en cuenta que parte del material procede de DiRT Rally, si bien es justo decir que esta nueva entrega se ha lanzado sólo catorce meses después. Ya que el Mundial de Rallycross consta de doce citas y se tiene su licencia oficial, duele que falten siete de los circuitos. Igualmente, tres estadios de landrush se antojan escasos. Imaginamos que era difícil conjugarlo con Your Stage, pero habría sido genial que se hubieran mantenido los rallies de Finlandia, Grecia, Alemania y Montecarlo de la anterior entrega, para que la gama de contenido fuera aún más amplia.

Análisis de DiRT 4 para PS4, Xbox One y PC

Espectáculo automovilístico y paisajístico

Codemasters se ha caracterizado siempre por plantear apartados técnicos muy consistentes, y DiRT 4 no decepciona en absoluto.

La anterior entrega ya lucía muy bien, pero la compañía ha subido otro escalón con infinidad de detalles de calidad. Para empezar, aunque no se vean, las físicas de los coches son excelentes y repercuten muy positivamente en el manejo.

Además, algunos diseños, como el del Subaru de Richard Burns o el del Seat Ibiza de Harri Rovanpera, dejarán a muchos babeando de nostalgia. Por supuesto, el sistema de daños se hace notar en la carrocería, en los neumáticos y hasta en los faros, que será mejor no romper en mitad de un tramo nocturno.

Sagas como Gran Turismo o Forza Motorsport deberían tomar nota de lo que sufre un coche cuando un accidente lo maltrata... Además, el coche se ensucia de barro, tierra o nieve de una forma muy fidedigna. En ese sentido, las polvaredas que levantan los coches están más logradas que antes. El único pero es que la cámara del volante no acaba de resultar del todo cómoda.

El rally es, seguramente, la disciplina más espectacular del mundillo del automovilismo, gracias a los paisajes en los que transcurre, y los desarrolladores se han gustado en la recreación de cada localización. Los circuitos de rallycross o landrush cumplen sin grandes alardes, pero las cinco localizaciones clásicas son impresionantes, cada una con sus propios accidentes geográficos, que condicionan sobremanera la conducción, y una integración sin fisuras con el editor de Your Stage.

Como ya hemos dicho, en particular, tras este análisis de DiRT 4 nos han encantado el rally de Australia, con su tierra rojiza o sus puertas campestres, y el de Cataluña, con sus pueblos, sus guardarraíles y hasta la famosa señal de tráfico que marca la dirección a La Figuera o a Gratallops. Eso sí, los espectadores siguen siendo un poco de cartón piedra.

Análisis de DiRT 4 para PS4, Xbox One y PC

Por si los entornos no fueran suficientemente bellos de por sí, las múltiples condiciones de iluminación y meteorología hacen que todo sea aún más bonito. Es toda una experiencia conducir en pleno crepúsculo, bajo una manta de agua o con los faros rasgando la oscuridad mientras la luz de la luna se filtra entre las nubes.

Además, se han incluido multitud de detalles nuevos, como animales que cruzan la calzada (tranquilos, no hay ovejas como la que abordó a Carlos Sainz y Luis Moya), coches averiados en las cunetas (cuya presencia marcan los típicos triángulos unos metros antes) o drones con cámaras para hacer de DiRT 4 un juego de conducción alucinante.

Asimismo, los montajes de las repeticiones son dignos de una retransmisión televisiva, con cámaras de a bordo, travellings, tomas cenitales desde un helicóptero, planos fijos...

En el apartado sonoro de DiRT 4, la gran novedad es la inclusión de una estupenda banda sonora para los menús y las repeticiones, con temas licenciados de The Chemical Brothers, Bastille, Capital Cities o Queens of the Stone Age.

El ruido de los motores está muy logrado, sobre todo en las pruebas de rallycross y landrush, pues el ronroneo de los otros coches se convierte en sonido ambiente variable a lo largo de todo el circuito. Las notas del copiloto, en español, cumplen su cometido y, como curiosidad, si contratamos a uno que sea de otro país, como Nicky Grist, el que fuera compañero de Colin McRae, nos 'cantará' en su idioma.

Análisis de DiRT 4 para PS4, Xbox One y PC

Polvo fue y polvo sigue siendo

Era difícil que DiRT 4 pudiera sorprender tras lo mucho que lo hizo la anterior entrega hace poco más de un año, pero nunca hay que subestimar a Codemasters, que lleva ya casi veinte años haciendo juegazos de rallies, uno tras otro.

El primer Colin McRae Rally está a punto de cumplir su vigésimo aniversario, y esta entrega es la perfecta demostración de cómo mantener viva una llama durante tanto tiempo. La única duda ahora es: ¿Para cuándo otro TOCA Touring Car?

VALORACIÓN:

Veinte años después, Codemasters sigue teniendo la gasolina de la eterna juventud. Mezclando DiRT Rally y DiRT 3, la compañía británica ha hecho otro juegazo de rallies para lucir en su prolífica vitrina. Sus tres disciplinas funcionan a la perfección, con una conducción exigente, y el editor es impresionante a todas luces.

LO MEJOR:

El creador de tramos. El control de los coches. La recreación de los rallies. Los efectos de luz y clima. Las repeticiones.

LO PEOR:

Repite algunos contenidos de la anterior entrega. El force feedback al jugar con volante renquea. Algún vaivén de la IA.

Plataformas:

PC,

PS4,

Xbox One

Versión comentada: PS4

Hobby

92

Excelente

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