Análisis Disaster Report 4 Summer Memories para PS4, Nintendo Switch y PC

Han pasado 9 años desde que se iba a lanzar originalmente Disaster Report 4 Summer Memories para PS3, pero el juego fue cancelado. ¿El motivo? que su lanzamiento iba a producirse después del terremoto y el tsunami de Tohoku (que ocurrieron en la vida real) y sus contenidos podían dañar la sensibilidad de los usuarios. No era cuestión de "frivolizar" con una catástrofe así tan cercana. 

Ahora tenemos la oportunidad de disfrutar de esta versión "plus" que llega a PS4, Nintendo Switch y PC, y que además es la primera entrega de la saga que cuenta con distribución en occidente, gracias a Nis America. Disaster Report 4 Summer Memories es un juego inusual. Se sitúa a medio camino entre un título de supervivencia, una aventura de acción y una "visual novel" que va cambiando según nuestras respuestas. 

Lo primero que nos llama la atención es que el ritmo de juego es muy lento. Uno podía pensar que, tratándose de un terremoto, nos vamos a encontrar con interminables huidas y secuencias de acción, pero es todo lo contrario. Nuestro protagonista (podemos escoger su sexo y cambiar ligeramente su aspecto) es un "salary man"; un joven que se encuentra en medio de la catástrofe y está tan confuso como cabría esperar. 

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Por eso lo primero que tenemos que hacer es hablar con el resto de supervivientes y ayudar en lo que esté en nuestra mano. Y no es mucho. Podemos dar conversación a quienes se encuentran perdidos, buscar a unas alumnas de instituto, ayudar a los heridos o localizar un botiquín. Hasta que las circunstancias nos van empujando por distintas áreas de la ciudad. En los primeros compases, parece que Disaster Report 4 es un juego realista y hasta dramático.

A veces nuestras tareas se pueden volver más heroicas, pero nunca se alejan demasiado de lo que haría una persona corriente. De hecho, las acciones básicas se limitan a correr, gritar para llamar la atención y agacharnos. Y entonces, el realismo que percibimos al principio va desapareciendo; el tono de las misiones se vuelve muy dispar, y lo mismo hay que procurar agua a un herido que papel higiénico a un empleado atrapado en el baño. También surgen subtramas de estilo policiaco, y un puñado de historias con moraleja sobre aquellos que tratan de aprovecharse de las circunstancias.

En medio de todo, debemos decidir cómo nos sentimos e ir escogiendo nuestra historia personal, mediante un sistema de menús en que seleccionamos qué decimos "para nuestros adentros". Son decisiones que pueden parecer intrascendentes, como el estado de ánimo, el motivo por el que viajamos a la ciudad o lo que opinamos de otros personajes, pero que van construyendo poco a poco la historia. Por cierto, con una extraña insistencia en que busquemos quiénes nos parecen atractivas para que intentemos entablar una relación (en las circunstancias manos apropiadas). 

Si ya de por sí el ritmo de juego es lento, estas decisiones emergentes interrumpen las partes de exploración, del mismo modo que los tiempos de carga que preceden a cualquier momento relevante (encuentros, conversaciones y secuelas del terremoto como incendios y derrumbamientos). 

En cuanto a la parte de supervivencia, nuestros objetivos son la búsqueda ocasional de recursos, la gestión del inventario (con las sucesivas mochilas que vamos encontrando) y evitar los peligros. También contamos con una brújula (que podemos sustituir por otros modelos) pero su uso es anecdótico. Tan sólo encontramos la necesidad de comer e ir al baño después de un tiempo. Así que esta faceta de sobrevivir a un desastre natural queda completamente desaprovechada.

No hay medidor de resistencia, pero sí contamos con la barra de vida, además de indicadores de estrés y de moralidad (lo que tampoco viene mucho al caso en una situación extrema). Se trata, sobre todo, de dirigir la historia. De ahí lo que dijimos al comenzar el texto; nos encontramos ante una "visual novel" con tramos de acción.

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Una catástrofe natural

Disaster Report 4 Summer Memories toma elementos de varios géneros y consigue salir adelante como una historia bastante lineal, con algún momento interesante. Pero se desmorona en lo tocante al apartado técnico.

Como os hemos comentado es en realidad un juego de PS3, y eso se nota en el reducido tamaño de los escenarios, modelos y animaciones, calidad de las texturas y efectos... Por si eso fuera poco, la I.A.  de los personajes secundarios es frustrante, y el sistema de diálogos con tiempos de carga entorpece aún más nuestro disfrute.

Algunos aspectos rozan el ridículo, como las descripciones que aparecen sobre la cabeza de los secundarios "mujer oficinista que sólo piensa en la comida" y "hombre mirando a una calle sin salida", y otros simplemente se han quedado anticuados, como el sistema de salvado de partidas. En general parece que se ha descuidado demasiado el paso a las consolas modernas. 

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El idioma es otra de las barreras que impedirá que muchos disfruten de Disaster Report 4. Hay muchos diálogos y todos están en japonés con subtítulos en inglés. Requiere un nivel alto, porque muchas de las respuestas que el juego requiere varían en pequeños matices y además tratan sobre la psicología del personaje así que es importante ser preciso.  

Pero no todo es malo, y hay que reconocer que la ambientación urbana es notable y que los temas musicales vocales (de estilo j-pop) que suenan en determinados momentos de la aventura están bien escogidos. También se agradece que podamos pasar de tercera a primera persona en cualquier momento, e incluso es compatible con PSVR en la versión de PS4.

Disaster Report 4 no soporta un análisis estricto en casi ninguno de sus aspectos, ni técnico, ni de guión, ni diseño, ni ritmo... pero es un juego curioso, que tiene interés por la historia que le precede (que nunca saliese en PS3 y que sea el primer juego de la saga que tiene distribución en occidente).