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Análisis de DriveClub para PS4

Análisis de DriveClub para PS4
Tras asombrar con dos sagas de velocidad como WRC y Motorstorm, Evolution Studios, una de las "first parties" más punteras de Sony, se estrena en PS4 con DriveClub, un juego motivado por el tremendo auge que las redes sociales han experimentado en el último lustro. Carreras por equipos, desafíos dinámicos y tablas de líderes se convierten en un gran trasfondo para conducir 50 cochazos por carreteras de montaña de Escocia, Noruega, Chile, Canadá y la India.

ACTUALIZADO (25/6/2015): Por fin, DriveClub ha llegado de forma gratuíta para los usuarios de PlayStation Plus, tal y como se anunció en el E3 de 2014. Aquí os ofrecemos el análisis de Driveclub en PS4, junto con las sucesivas actualizaciones. Recordamos que de momento sólo se podrá jugar en modo offline y que los modos multijugador se irán incorporando de forma progresiva. Antes de conocer todo el contenido gratuíto del juego, os dejamos con un resumen de todo lo que ofrece el juego de conducción de Evolution Studios

ACTUALIZADO (12/12/2014): Evolution Studios ha anunciado la llegada de un nuevo pack de expansión a DriveClub que responderá al nombre de Redline Expansion Pack. Este nuevo DLC estará incluido en el pase de temporada del título y añadirá a partir del próximo 17 de diciembre, cinco vehículos, 11 eventos y otros cinco trofeos al título de velocidad exclusivo de PlayStation 4.

ACTUALIZADO 8/12/2014: Evolution Studios ha confirmado que la climatología dinámica llegará hoy a DriveClub. Los usuarios por fin podrán disfrutar de nieve, lluvia y viento durante las carreras. 

ACTUALIZADO 5/12/2014: Los desafíos llegan a DriveClub después de ser bloqueados durante el problemático lanzamiento de este exclusivo de PlayStation 4. Así, gracias a este sistema de desafíos de DriveClub, los usuarios podrán retar a amigos o miembros de un club a superar sus marcas. Eso sí, parece que la función todavía tiene algunos problemas.

ACTUALIZADO (21/11/2014): Sony ha anunciado que la semana que viene llegará el Ignition Expansion Pack a DriveClub. Se trata de un paquete de contenido gratuito que añadirá cinco nuevos vehículos, 11 eventos y cinco trofeos más al título de velocidad. Además, la próxima actualización 1,07 de DriveClub también sumará nuevos circuitos y el modo foto al juego, mientras que los esperados cambios climáticos estarán disponibles antes de finalizar el año.

TEXTO ORIGINAL: El proceso de ensamblaje en la factoría de Evolution Studios en Runcorn ha sido duro, pero DriveClub ya conduce por los circuitos de PS4, y os traemos el análisis de su exclusiva gasolina. El título fue uno de los platos fuertes de la carta de degustación que Sony mostró en la presentación mundial de su cuarta consola de sobremesa, allá por febrero de 2013, y estaba llamado a ser su abanderado cuando ésta se pusiera a la venta (como sucedió con el primer Motorstorm en PS3), en noviembre de ese mismo año. Sin embargo, a última hora y contra todo pronóstico, se dio la mala nueva de que el juego se retrasaba hasta nuevo aviso. En lo sucesivo, se produjeron infinidad de dimes y diretes, sazonados con problemas como la marcha del director primigenio, Col Rodgers, cuyo puesto pasó a ser ocupado por Paul Rustchynsky. Por suerte, todo eso ya es pasado y, desde este 8 de octubre, se podrá disfrutar de sus carreras.

Análisis de DriveClub para PS4

A lo largo de su historia, Sony ha concedido una gran importancia al género de la velocidad. Gran Turismo ha copado siempre los titulares de primera plana, pero no hay que olvidarse de la infinidad de exclusivas que han tenido las consolas PlayStation, como Wipeout, Formula One, WRC o Motorstorm. Precisamente, estas dos últimas, que deslumbraron en PS2 y PS3, respectivamente, corrieron a cargo de Evolution Studios. Con el respaldo de ese gran bagaje, de cara al estreno de la nueva generación, el estudio británico, inspirado por el enorme auge de las redes sociales en el último lustro, decidió fraguar una nueva IP que se enfocaría, en gran medida, a la conectividad social entre jugadores, aprovechando la idiosincrasia de PlayStation 4, perfecta para compartir contenidos, tal y como pone de manifiesto el botón ‘Share’.

Bienvenidos al club, a este curso automovilístico 2014

DriveClub invita a disfrutar de las carreras de coches de una forma nueva, distinta a la que haya usado cualquier otro juego, prácticamente. En un género tan competitivo como el de la velocidad, donde lo que más importa es llegar el primero a toda costa, tradicionalmente, se han dado poco las experiencias cooperativas, aunque eso ya ha empezado a cambiar, algo de lo que dan cuenta el Mundial cooperativo de los F1 de Codemasters, las experiencias vitales de Forza Horizon 2 o los viajes por Estados Unidos del venidero The Crew. Sin embargo, Evolution Studios ha apostado por una fórmula propia, basada en la formación de clubes, las carreras por equipos, los desafíos dinámicos y las clasificaciones mundiales. Muchos de esos elementos se han visto ya en otros títulos, pero nunca como núcleo de la experiencia ni tan bien integrados.

Análisis de DriveClub para PS4

Antes de pasar a explicar todas las derivaciones que tiene el hecho de jugar online, aclaramos que es posible jugar offline sin ningún impedimento, pues hay un modo Tour que cuenta con diversos eventos, divididos entre carreras, contrarrelojes y pruebas de derrape. En ellos, por lo general, se nos pide cumplir dos o tres objetivos diferentes para ganar más fama (el equivalente a los típicos puntos de experiencia), como acabar en el podio, batir un tiempo de vuelta, superar una puntuación de derrape, alcanzar una determinada velocidad máxima o media… En total, hay 225 estrellas, que, en su mayoría, se pueden obtener en unas ocho o nueve horas.

Sin embargo, cuando DriveClub cobra todo su sentido es cuando nos conectamos a los servidores online. En primer lugar, es importante crear un club o unirse a uno ya existente. El número máximo de personas por grupo es de seis, de modo que sólo podemos integrarnos en un único club. Esto es importante, pues, de cara a amasar puntos de fama, hay un nivel de piloto y un nivel de club que son relativamente independientes entre sí. Es decir, los puntos que ganemos se sumarán tanto a nuestro nivel de piloto como al de club, pero, paralelamente, todo lo que hagan nuestros compañeros contribuirá a engrosar el puntaje grupal. Esto es determinante, pues el desbloqueo de los 50 coches no se realiza pagando dinero, sino obteniendo un determinado nivel de fama. La fórmula es interesante, pues, por ejemplo, hay coches que sólo se pueden llegar a tener si alcanzamos un determinado nivel de club, lo que fomenta la fidelidad y el interés por contribuir a la causa. Conviene aclarar que, aunque las carreras online son por equipos, de seis contra seis, pueden juntarse miembros de varios clubes en un mismo evento, independientemente de que luego queden integrados en el equipo azul o en el rojo.

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En segundo lugar, hay un componente de multijugador ‘contextual’ que hace que las carreras mantengan su interés de principio a fin, aunque vayamos en última posición. Así, en determinados tramos de los circuitos, saltan desafíos dinámicos, que son pequeños retos en los que se nos pide batir un récord marcado por otro usuario (derrapes, velocidad media, mantenimiento de la trazada ideal). Esos retos se repiten en cada vuelta, de modo que, si los superamos, se actualizan y, la siguiente vez que pasamos por ellos, nos piden batir un récord mejor o incluso el que hayamos establecido nosotros mismos en el giro anterior. Como decíamos antes, llegar a la meta en primera posición no es lo único que cuenta para obtener puntos de fama. Estos desafíos dinámicos aparecen incluso cuando estamos jugando en solitario, pero sólo se hacen visibles si tenemos la consola conectada a internet.

En tercer lugar, están las tablas de líderes, que permiten comparar tiempos o puntuaciones con los mejores del mundo, con los miembros de nuestro club o con nuestros amigos, en una serie de pestañas muy ágiles. Cualquier evento en el que tomemos parte queda registrado, igual que los récords. Es importante saber que se puede crear cualquier desafío que se quiera (seleccionando coche, circuito y hora del día) y, luego, mandárselo a otros usuarios para que traten de batirlo antes de la fecha de caducidad que le hayamos asignado, que puede ir desde media hora hasta una semana. Nuevamente, esos desafíos pueden ser para cumplir en solitario o en compañía de los miembros del club. Lejos de ser un sistema restringido del que sólo se pueda disfrutar si se tienen amigos que dispongan del juego, hay una pestaña en el menú para acceder a decenas de desafíos abiertos.

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Todo el sistema social funciona muy bien y es posible incluso consultar cosas desde la aplicación My DriveClub. Eso sí, el sistema de búsqueda de carreras online es un tanto obtuso. No hay ni sesiones privadas ni una pestaña genérica que permita buscar una partida rápida, sino una serie de eventos predefinidos que se van actualizando y que empiezan cada pocos segundos, algo que nos ha dado bastantes problemas de cara a encontrar usuarios con los que jugar. No obstante, es cierto que, durante la semana que han estado habilitados los servidores para hacer el análisis, no había tanta gente jugando como habrá en lo sucesivo, así que no debería ser un problema cuando el título ya esté a la venta.

Un arcade de los pedales al parasol

A pesar de lo que sus gráficos realistas puedan sugerir, DriveClub se decanta, claramente, por la fórmula arcade. El control es muy accesible y, lejos de instarnos a coger siempre la trazada que, a priori, sería ideal, premia el estilo con puntos de fama. Los derrapes, los rebufos, los adelantamientos, la limpieza en la conducción o las grandes velocidades hacen que el marcador de puntos aumente, aunque no hay un multiplicador que tenga en cuenta las maniobras que encadenamos. La gente de Evolution Studios se declara fan de la saga Project Gotham Racing, y no cabe duda de que hay algo de ella en el juego.

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La lástima es que, más o menos, todos los coches se conducen igual, independientemente de la potencia o del tipo de tracción que tengan, sin que se produzcan demasiados latigazos del tren trasero a la hora de tomar las curvas, por ejemplo. Así, salvo el cambio manual o automático, no hay posibilidad de modificar ningún tipo de ayuda a la conducción. El sistema de daños, que se reduce a algunos arañazos en la carrocería, tampoco afecta a la conducción, aunque tengamos un choque grave. Aun así, se ha mitigado un poco el tono arcade, desdeñando el rebobinado que tantas sagas han hecho ya suyo y estableciendo una cuenta atrás que recoloca el coche si nos salimos de pista durante más de tres segundos. A primera vista, el control es un poco estándar, pero acaba convenciendo a medida que se le echan horas. Hay que destacar que, al jugar offline, la IA de los rivales tiene el pernicioso vicio de hacer la goma, es decir, si llegamos al primer puesto, por bien que conduzcamos, resulta casi imposible distanciarse de los perseguidores.

En cuanto a la compatibilidad con volantes, el estudio ha estado en contacto directo con Thrustmaster, de modo que, ahora mismo, sólo hay dos que sean compatibles: el T80, de gama muy baja, y el T300 RS, que, por el contrario, es de gama altísima. En la presentación del juego, nosotros pudimos probarlo brevemente con el T80 y, pese a que es un juego arcade, respondía muy bien. Eso sí, la falta de ‘force feedback’ de ese volante y la resistencia ‘plasticosa’ de sus pedales hacen que no sea particularmente recomendable, por si teníais pensado darle una oportunidad. Evolution Studios ya ha dicho que va a intentar que, en lo sucesivo, haya más volantes compatibles, aunque eso dependerá, en buena medida, de la voluntad de los fabricantes de periféricos. Logitech, por ejemplo, no se ha pronunciado al respecto, pese a tener algunos de los volantes más competentes de PS3. ¿Estará esperando a algún anuncio relativo a un nuevo Gran Turismo, saga con la que la compañía siempre ha estado muy vinculada?

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Un garaje de brillantes claroscuros

En un juego de velocidad, la selección y la recreación de los vehículos son dos elementos vitales. En ese sentido, DriveClub da una de cal y otra de arena. El aspecto negativo es que sólo hay 50 coches reales de 24 fabricantes (Ferrari, Koenigsegg, Maserati, Aston Martin, McLaren, Mercedes, Audi), que se dividen en cinco categorías: compactos, deportivos, rendimiento, superdeportivos e hiperdeportivos. La cifra contrasta con los 200 que tuvo Forza Motorsport 5 en el momento de su lanzamiento, pese al problema de los plazos temporales, o los 210 del reciente Forza Horizon 2. Esperábamos mucho más, no sólo por la cantidad, sino por la variedad, pues, al fin y al cabo, casi todo son coches de calle, ya sean más o menos salvajes. Es decir, no hay muscle cars, clásicos o coches de rallies, por citar algunos tipos.

Ahora bien, esa exigua cifra se compensa con la genial recreación de los coches. Antes de las carreras, vemos en primera persona cómo el conductor se acerca hasta el coche, abre la puerta y se introduce en el habitáculo. Hay seis cámaras disponibles: dos exteriores (que quizás resultan demasiado cercanas), una en el parachoques, una en el capó, otra en el volante y una última, poco habitual, situada justo sobre el salpicadero, tras la luna delantera. Sin duda, la palma se la lleva la perspectiva del volante, que permite mover la vista ligeramente hacia abajo y hacia los lados. Así, podemos apreciar los pies gestionando los pedales, los dedos toqueteando las levas o, directamente, la mano regulando la palanca del cambio. A eso, hay que añadir detalles como la suciedad que se acumula sobre el parabrisas o la iluminación de todo el cuadro de mandos cuando corremos de noche. Es posible incluso personalizar la apariencia del conductor, de modo que, una vez elegido el sexo, hay disponibles ocho cabezas y cinco ropajes.

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La personalización de los coches va ligada, directamente, a la organización de los usuarios en clubes. Así, podemos modificar tanto la insignia que lo identifica como las pinturas para decorar los coches. A medida que jugamos, desbloqueamos decenas de iconos y diseños a los que podemos dar el color que queramos de entre una amplia selección. Las combinaciones son casi infinitas y permiten que cualquier pueda obtener grandes resultados, pero lo cierto es que es un sistema estanco que no puede competir con el editor que hay en la saga Forza, por ejemplo, que permite crear cualquier diseño desde cero, para poner los motivos que se nos antojen.

Mención especial merece el sonido de los motores, que es, sencillamente, bestial. Se nota el gran trabajo de recopilación de datos que ha llevado a cabo Evolution Studios, con un procedimiento en el que se han empleado hasta veintisiete micrófonos para captar los sonidos desde diferentes perspectivas. Así, según la cámara con la que juguemos, el rugido del motor varía sustancialmente, sin el típico filtro artificial que se usa en muchos títulos para intentar dar el pego. Como contrapartida, la banda sonora no pasa de anecdótica y no hay ningún tipo de voz en los menús o las carreras.

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Carreteras de montaña, a todas horas

Los circuitos de DriveClub están ambientados en cinco países: Escocia, Noruega, la India, Chile y Canadá. Hay 25 trazados diferentes, que se dividen entre carreteras de montaña y circuitos al uso. Así, hay cuatro carreteras por país, que se pueden recorrer también en sentido inverso, y un circuito por estado, con tres versiones de mayor o menor longitud. Multiplicando esas cantidades, salen un total de 55 variantes. Sin ser una cantidad excepcional, cumple bien, pues los paisajes de cada país están muy diferenciados. Nada tiene que ver, por ejemplo, la aridez de Chile con la nieve de Noruega o la vegetación de Escocia. Aunque quizá el entorno no está igual de detallado que los coches, hay infinidad de elementos que aportan vida: aficionados, bandadas de pájaros, árboles que se mecen ligeramente con la fuerza del viento, aspersores que sólo se activan a determinadas horas, grafitis en algunas paredes…

Del ambiente que rodea a las carreras, lo que más nos ha gustado, sin duda, es el ciclo día-noche, que genera algunos efectos de iluminación y reflejos dignos de lo que cabe esperar de la nueva generación. El transcurso del tiempo es dinámico, de modo que podemos ver amanecer o anochecer en mitad de un evento, con el cambio lumínico que eso conlleva. Cuando corremos de día, hay algunos momentos realmente brillantes, como cuando el sol sobresale por encima de una montaña cercana y nos ciega. No obstante, lo más espectacular es correr a oscuras, con las estrellas, la luna, las luces de las casas o incluso la aurora boreal presidiendo la carrera. El efecto de los faros de los coches, las luces de freno o los discos de freno al rojo vivo es sensacional. Igualmente, el salpicadero de los coches está muy conseguido y sus pilotos luminosos se llegan a apreciar incluso con las cámaras exteriores. El conjunto corre a 1080p y 30 fps.

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Al margen de sus virtudes, DriveClub tiene también algunas ausencias incomprensibles. Lo más sangrante es la falta de repeticiones al término de las carreras, algo que es inherente a los juegos de velocidad desde tiempos inmemoriales, y más si son tan ambiciosos como éste. El sistema de daños tampoco es nada del otro jueves, pues se reduce a meros arañazos, sin que ninguna pieza de la carrocería se desprenda. Otra ausencia de peso, ésta más flagrante, es el clima dinámico. Evolution Studios ya ha dicho que, antes de final de año, lanzará una actualización gratuita que añadirá efectos de lluvia y nieve, pero es sorprendente que un elemento así de importante no se haya incluido de serie. Da la sensación de que la idea surgió sobre la marcha y no ha dado tiempo a plasmarla a tiempo, pese al año de retraso en el desarrollo.

Una iniciativa con la que darse carrerilla

Consciente de la necesidad de que haya una gran comunidad de usuarios que alimente el juego con sus desafíos, Sony ha tomado una decisión tan sorprendente como agradable. Los suscriptores de PS Plus pueden descargarse gratis una versión reducida que incluye diez coches y los once circuitos de la India, es decir, una quinta parte de lo que sería el juego completo. Además, pueden tomar parte en el online, unirse a clubes o enviar desafíos, lo que hace que no sea una mera demo. Una vez descargada esa versión, si a alguien le atrapa como para querer tener el resto de coches y circuitos, comprar la versión completa, en formato digital, cuesta 39,95 euros.

Análisis de DriveClub para PS4

Desde que PS4 se pusiera a la venta hace casi un año, han sido muchas las críticas a cuenta de los juegos que se regalaban a los suscriptores de PS Plus, en su mayoría indies o títulos descargables alejados de los AAA que PS3 viene recibiendo desde hace tiempo (algo comprensible, teniendo en cuenta que aún no hay ningún gran juego de PS4 que tenga más de un año de vida). Con esta versión de DriveClub, se rompe un poco esa tendencia y se sienta un buen precedente: una importante muestra de una superproducción desde el mismo momento de su lanzamiento.

Por otra parte, ya se ha anunciado que el juego recibirá importantes actualizaciones a lo largo de los próximos meses, en un plan que, por ahora, contempla hasta junio de 2015, ligado a un pase de temporada. Muchos contenidos serán de pago (coches, eventos y diseños), pero, por suerte, lo más importantes, los circuitos, serán gratuitos, igual que algunos vehículos sueltos.

El motor de PS4 ya está en marcha

Evolution Studios ha vuelto a demostrar su buena mano para el género de la velocidad, reinventándose con una IP tan competente como lo fueron WRC y Motorstorm. El componente social del juego es un acierto y, técnicamente, es de lo mejor que hay ahora mismo en PlayStation 4, a lo que hay que añadir un control que, pese a ser bastante estándar, logra atrapar al conductor. La cantidad de coches es bastante pírrica y faltan algunos elementos esenciales en un juego de carreras, como las repeticiones o la lluvia, pero el conjunto es muy consistente y tiene personalidad. La conducción comanditaria ya está inscrita en el registro de la nueva generación.

VALORACIÓN:

Evolution se estrena en PS4 con un título arcade que, pese a algunas carencias, se asienta con fuerza sobre un férreo tono social y un consistente apartado técnico.

LO MEJOR:

La interactividad. El ciclo día-noche. Los motores. La cámara del volante. La edición de PS+.

LO PEOR:

Garaje exiguo. No hay lluvia (aún) ni repeticiones. Búsqueda de partidas poco ágil. Modo Tour corto.

Versión comentada: PS4

Hobby

86

Muy bueno

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