Análisis de Ecco the Dolphin (3D Classics)

En 1992 llegaba a Mega Drive un juego muy especial, desarrollado por los húngaros Novotrade International. Su concepto era algo que nunca antes se había visto, que sorprendió gratamente a los críticos y jugadores de todo el mundo gracias a su originalidad y encanto, y que se convirtió en un importante baluarte para la consola de Sega junto con sus dos continuaciones (el cuarto Ecco aparecería años más tarde para Dreamcast y PlayStation 2).

El juego se desarrolla en el agua, y manejamos a un encantador delfín llamado Ecco. Con este inusual protagonista debemos nadar a lo largo de una serie de niveles acuáticos para rescatar a los delfines perdidos de su manada y enfrentarnos a una amenaza extraterrestre.

Una joya de Mega Drive

La jugabilidad del juego es 2D, de desarrollo lateral, pero sus mecánicas difieren mucho de los típicos títulos de aventura y plataformas que tanto abundaban en los catálogos de las consolas de 16 bits durante aquella época. El movimiento acuático está muy bien logrado, así como las habilidades de Ecco para tomar impulsos con los que romper obstáculos y derrotar otras criaturas.

También tiene su gracia la posibilidad de lanzar ondas sonoras para comunicarnos con otros delfines y seres: al hacerlo, a menudo nos dan pistas que nos ayudan a avanzar. Además, Ecco también puede realizar acrobacias saltarinas sobre el agua, lo cual es útil para pasar sobre rocas y también para recuperar oxígeno.

Un desafío de otra época

Por otra parte, una de las señas de identidad del juego en su día fue su monstruosa dificultad, que sigue estando presente en esta reedición. Según confesó años más tarde su creador Ed Annunziata, “me ponía paranoico al pensar que los niños podrían alquilarlo y pasárselo en un fin de semana, así que... uh... lo hice difícil”.

Lo cierto es que la excesiva dificultad del juego en algunos de sus momentos, que puede llegar a ser realmente frustrante, y su ritmo irregular, siempre fueron sus grandes lastres. Pero para esta nueva versión se ha incluido el Modo Superdelfín, que nos convierte en invencibles y con oxígeno ilimitado. Esto hace que la experiencia sea mucho más suave, y accesible para todo el mundo.

Pero, aunque es un añadido que agradecemos mucho, al final la decisión consiste en elegir entre la odisea del modo original y el paseo del Superdelfín, y hubiera estado bien tener una opción a medio camino. Aunque bueno, la verdad es que tenemos la opción de guardar partida en cualquier momento, lo cual ciertamente sí facilita las cosas en el modo difícil.

Aspectos visual y sonoro

Además del Modo Superdelfín, la otra gran novedad de esta edición es su efecto 3D. Nos gusta mucho el relieve y profundidad que aporta a los niveles, lo cual es ideal en este juego ya que es como estar viendo un bello acuario virtual. Es una excelente manera de disfrutar de forma fresca y novedosa de estos gráficos de Mega Drive.

Las melodías son en general tranquilas y muy apropiadas. Es interesante señalar la influencia de Pink Floyd; de hecho, durante la creación del juego original Annunziata puso canciones de la mítica banda inglesa a los compositores de la banda sonora para mostrarles el tipo de emociones que quería conseguir con el título. E incluso hay un nivel con el nombre de una inolvidable canción de Pink Floyd.

Conclusiones

Puede que las mecánicas de Ecco the Dolphin no hayan envejecido del todo bien, en particular la exagerada dificultad de su modo original. Pero en esta versión para 3DS tenemos tanto la opción de guardar en cualquier momento como el Modo Superdelfín, así que no es tan desesperante como el clásico de Mega Drive.

Es un juego bonito (más que nunca ahora con su estupendo efecto 3D), y con algo que le hace especial. Si nunca lo habéis probado, puede valer la pena jugarlo al menos una vez en la vida, aunque lógicamente hacerlo ahora no tiene nada que ver con el impacto que tuvo en su momento ya que se trataba de un producto muy diferente y único. También es una gran opción para los nostálgicos que quieran volver a ponerse en la piel de Ecco.