Análisis de FIFA 21 para PS4, Xbox One y PC, ¿el último gran simulador de fútbol de la actual generación?

FIFA 21 es el último de los grandes simuladores deportivos en ponerse a la venta este año, pero, al igual que NBA 2K21 o PES 2021 antes, no incluye novedades demasiado significativas respecto a las ediciones del año pasado. Con el lanzamiento de PS5 y Xbox Series X-S a la vista (y con las dificultades que trajo consigo el confinamiento), las compañías parecen haber centrado sus esfuerzos en las versiones de nueva generación, por lo que a los usuarios de PS4, Xbox One y PC les ha tocado recibir un juego aún más similar que de costumbre al del año anterior. En el caso del FIFA 21 de Switch, como siempre, es el mismo juego con las plantillas actualizadas, directamente, así que nada de lo que vamos a decir en este análisis rige para él.

Eso sí, el simulador de fútbol de EA Sports, igual que Madden NFL 21, tiene una ventaja respecto a sus rivales. Cómo vamos a ver en este análisis de FIFA 21, es el único que permitirá actualizar gratuitamente a la futura versión de nueva generación (cuyas características todavía se desconocen), así que, si alguien lo compra para One o PS4, podrá disfrutar también de las ediciones de Series X-S o PS5, respectivamente.

En cambio, NBA 2K21 requiere comprar la edición Mamba Forever (30 euros más cara que la estándar) y PES, directamente, no va a tener entrega de nueva generación hasta finales de 2021 (pero, a cambio, su edición de este año, eFootball PES 2021 Season Update, considerada una simple actualización de plantillas, se ha lanzado a un precio reducido de 30 euros).

El mejor fútbol del mundo

La cantidad de licencias es, como siempre, abrumadora. Hay competiciones de veintisiete países, además de selecciones (tanto masculinas como femeninas) y equipos sueltos del resto del mundo. Entre las licencias estrella, están las ligas de España, Inglaterra, Italia o Alemania, amén de la Champions League y la Copa Libertadores. En el caso de nuestra liga, por ejemplo, están recreados prácticamente todos los estadios, con la gran excepción del Camp Nou, ausente debido al acuerdo de exclusividad que el Barça tiene con Konami.

En relación con eso, tras tantos años de monopolio licenciatario, llama la atención que haya algunos clubes sin derechos, fundamentalmente en las ligas de Italia y Argentina. Así, la Juventus es el Piamonte Calcio, Boca Juniors es el Buenos Aires… Los jugadores son los reales, pero no así las equipaciones y los escudos.

En cualquier caso, el juego no tiene rival en cuanto a cantidad y calidad de licencias. Es una delicia disputar partidos de Champions y escuchar el célebre himno, jugar en campos pequeños como El Alcoraz, ver recreadas las caras de muchos entrenadores…

Un estilo de sobra conocido

La jugabilidad es muy continuista, pues reutiliza y pule ligeramente la fórmula que EA Sports lleva perfeccionando desde FIFA 08, que fue, seguramente, el gran punto de inflexión de la saga. Por tanto, si sois fans recurrentes, os podéis hacer una idea de lo que encontraréis: un sistema de pases muy fluido, un preciso sistema de disparo con dos capas (con la posibilidad de aumentar la potencia y la colocación si pulsamos el botón una segunda vez), un sistema de entradas muy manual (que nos puede dejar vendidos si no calculamos bien los tiempos)…

Se han introducido pequeñas novedades, como un plus de precisión en los regates en una baldosa (pasándose el balón de un pie a otro), colisiones más realistas, carreras creativas para generar desmarques (controlando a los potenciales receptores de los pases) o una mejor colocación de la IA sobre el terreno de juego y en los desmarques. Además, se ha dado un giro de tuerca al nivel de dificultad Leyenda, que se puede configurar para que la CPU se comporte como los mejores jugadores de eSports del mundo.

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Pero no es nada que marque la diferencia, francamente. Las sensaciones de FIFA 21 siguen siendo las mismas que en las últimas temporadas. Con un hardware de 2013, hay ya poco margen de mejora para introducir elementos revolucionarios. Veremos si, con la nueva generación, EA Sports consigue dar un salto en este apartado, que es muy notable, pero que poco sorprende y que no ha evolucionado demasiado en esta generación, en contraste con lo que sucedió en la de PS3 y Xbox 360, donde vimos debutar el control en 360º de FIFA 10 o el motor de colisiones y las entradas manuales de FIFA 12.

Como curiosidad, hay algunas celebraciones de gol que sólo se pueden realizar offline, pero no así online, para fomentar el juego limpio y vetar las mofas. Eso incluye celebraciones como la famosa de Cristiano Ronaldo de pedir calma al público.

Campos de todos los colores

La oferta de modos de juego es también calcada a la del año pasado. Se han hecho pequeñas adiciones aquí y allá, pero no hay nada realmente inédito como pudieran ser El Camino o Volta Football en las ediciones previas, que sí supusieron un soplo de aire fresco. Aquí, todo lo que hay es de sobra conocido: Ultimate Team, Volta, Carrera, Temporadas, Clubes Pro, Juegos de habilidad, Torneos, Partido rápido…

Como de costumbre, el modo Estrella es Ultimate Team, con sus sobres de cartas aleatorias para tratar de crear el mejor equipo posible, teniendo en cuenta aspectos como la química entre los jugadores. Destaca la novedad de poder jugar partidos en cooperativo (con hasta cuatro personas sentadas en el sofá) y el hecho de que haya temporadas periódicas que se renovarán cada 50 días, en las que podremos ir sumando experiencia para desbloquear recompensas cada vez mejores. Además, podemos ir mejorando nuestro estadio, en plan Florentino Pérez.

Es decir, es el mismo planteamiento de juego como servicio que ha hecho Visual Concepts con NBA 2K21. Y, cómo no, se mantiene el cuestionable pay-to-win para jeques del videojuego, ya que se pueden adquirir FIFA Points en cantidades industriales: desde 100 puntos por 0,99 euritos hasta 12.000 puntos por 99,99 eurazos… Si no se va a jugar online, da igual, pero, si se tiene esa intención, preparaos para enfrentaros a equipazos firmados a golpe de talonario. Por cierto, el progreso de FIFA 21 FUT se podrá trasladar a las versiones de PS5 y Xbox Series X-S.

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Más amable y respetuoso con el usuario es Volta Football, cuyos partidos callejeros a lo FIFA Street repiten presencia. Así, podemos disputar pachangas de tres contra tres, cuatro contra cuatro o cinco contra cinco (este año, con un modo online para diez personas, a lo Clubes Pro), con una jugabilidad adaptada que permite realizar espectaculares filigranas con mucha facilidad.

Es el mismo estilo que el año pasado, pero se han añadido un par de localizaciones nuevas y se ha potenciado la personalización con un gran número de prendas de estilo urbano. Aquí, también hay una filosofía de juego servicio en uno de los submodos, con minitemporadas que duran quince días, pero todo se adquiere con las monedas virtuales y la experiencia que ganamos a base de jugar.

Volta cuenta con un submodo narrativo llamado El Debut, que hace las veces de tutorial y en el que participan algunos exfutbolistas profesionales, como Kaká, y en el que debemos liderar a un equipo de amigos hasta un torneo en Dubái. Sin embargo, apenas dura dos o tres horas, y la historia, por llamarla de algún modo, es absolutamente intrascendente. Comparado con las tres temporadas de El Camino que tuvimos entre 2016 y 2018, es una menudencia.

El modo Carrera, especialmente si lo abordamos como entrenadores, es algo más completo que en temporadas previas, pero tampoco inventa la rueda. Hay una mayor cantidad de opciones para gestionar los entrenamientos y los descansos, así como las negociaciones con otros clubes y con los jugadores para realizar fichajes.

Además, se ha mejorado el sistema de evolución de la plantilla. Por ejemplo, podemos promover un cambio de posición de un jugador joven o intentar frenar el declive de un veterano. Por si os lo preguntáis, si tratamos de convertir a un central en delantero, por poner un ejemplo absurdo, el proceso puede tardar la friolera de 92 semanas. En cambio, si tratamos de hacer algo más cabal, como un cambio de central a lateral, el proceso es cuestión de unas pocas semanas o meses.

Como novedad, si no queremos jugar todos los partidos y optamos por simularlos, hay una opción que permite ver el desarrollo de los encuentros a vista de pájaro (con un mapa del campo que muestra a los jugadores como chapas) y hacer cambios tácticos sobre la marcha o, incluso, entrar y salir del partido en cualquier momento, si vemos que el resultado es adverso.

Entre el resto de modos offline, destaca Partido rápido, con sus opciones para introducir modificadores alocados, como que no haya faltas, que sólo valgan los goles de cabeza y de volea, que la pelota adquiera físicas aleatorias… En FIFA 21 también hay 61 juegos de habilidad que, además de servir para interiorizar los controles, resultan adictivos.

En cuanto a los modos puramente online, repiten los de siempre. Por un lado, están Temporadas y Temporadas cooperativas, donde vamos subiendo o bajando de división en función de nuestros resultados. Por otro lado, está Clubes Pro, que permite crearse un jugador propio y formar un equipo con amigos para disputar partidos de hasta once contra once.

Una retransmisión televisiva

En materia gráfica, de nuevo, y aunque nos repitamos más que un chut de Robben a banda cambiada, tenemos un conjunto muy continuista, auspiciado, por quinta temporada consecutiva, por el motor Frostbite. La anatomía y las caras de los futbolistas, a poco que éstos sean medianamente conocidos, son muy notables, igual que la ambientación de los estadios, aunque, en las gradas de estos últimos, los clones campan a sus anchas. A eso, hay que añadir la amplia horquilla de horarios y condiciones climatológicas en que pueden disputarse los partidos, lo cual afecta notoriamente a la iluminación.

La sensación de retransmisión televisiva, con los rótulos específicos de cada competición, también está muy lograda. Ahora bien, se nota dejadez en según qué aspectos. No pedimos que se recreen los estadios vacíos tal y como se están viendo durante la pandemia, pero que se siga ignorando la existencia del VAR de cara a los planos de contexto es incomprensible, máxime cuando los árbitros del juego tardan varios segundos más que en el pasado en pitar los fueras de juego.

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El año pasado, preguntamos sobre esto en un evento de FIFA 20 y nos dijeron que no incluyen el videoarbitraje porque el juego sabe perfectamente si ha habido un fuera de juego o una falta, sin necesidad de ‘rearbitrar’ las jugadas. Sin embargo, esto sucede también en el baloncesto de NBA 2K y, sin embargo, Visual Concepts sí que recrea con gran detalle las revisiones de vídeo de los árbitros, incluye periodistas hablando a pie de campo… Ciertamente, EA Sports debería cuidar más ese componente de fidelidad. Si el jugador quiere saltarse la escena, ya se la saltará, igual que se puede saltar la presentación de un partido. La excusa suena a vaguería y a poco interés por los detalles.

El rendimiento del juego es excelente, tanto offline como online. Sólo hemos notado un bug al activar la sanción de las manos, que, por defecto, viene deshabilitada. En ese sentido, si algún defensor toca el balón con la mano y se produce un penalti, la escena se queda congelada durante un buen rato, mientras el infractor se va moviendo a paso de tortuga y de forma cómica hasta alejarse de la escena del crimen. Quizá sea porque hay un VAR fantasmagórico cuya acción no se muestra en pantalla… Otro problema que hemos notado mientras realizábamos este análisis de FIFA 21 con una PS4 Pro es que, en escenas de vídeo como las del modo Carrera, la consola se convierte en una turbina de avión.

Una montaña rusa de sonidos

En el apartado sonoro, Manolo Lama y Paco González repiten por enésima temporada como comentaristas. En general, más allá de que su estilo campechano guste más o menos, las conversaciones se sienten naturales, pero se echan en falta más anécdotas o análisis que enriquezcan la narración. En lugar de que Lama se recree diciendo cosas intrascendentes como “el balear Asensio”, “el camero” (por Ramos) o “el besugo Özil”, quizá convendría hacer guiones más sesudos.

Como apoyo, desde los micrófonos inalámbricos, están Antoñito Ruiz y Nira Juanco. El primero lleva ya muchos años en la saga, pero sus aportaciones nunca han sido gran cosa y se sienten hechas a medias. Por ejemplo, cuando comenta los onces titulares, sólo nombra a cinco o seis jugadores… al tiempo que se recrea innecesariamente en decir tontunas como “Monsieur Benzema” o “Thibito Courtois”.

En cuanto a Nira Juanco, hace su debut este año… y sólo aparece en algunos encuentros de Champions League (ni siquiera en todos) para informar del resultado del otro partido de nuestro grupo. Además, entra a salto de mata, sin que la presenten. Por ejemplo, a nosotros nos salió en la segunda parte de un partido para decir el resultado de rigor y que, a continuación, Lama le soltara un “ahora, a seguir currando”. Parece metida con calzador, sin que se hayan preparado, de nuevo, guiones bien pensados para que resulte natural.

La banda sonora mantiene el estilo habitual, con 43 temas de grupos en su mayoría indies. Los altibajos son bastante marcados. Hay auténticos temazos, como Heat Waves (de Glass Animals), The Difference (de Flume, Toro y Moi), Love is Religion (de Dua Lipa) o Ticket to ride (de Kawala), que casan muy bien con la idiosincrasia que la saga ha tenido en la última década. Sin embargo, también hay algunos temas de trap que parecen pensados para acompañar el rollo urbano de Volta y con los que dan ganas de cortarse las venas. Lo bueno es que estos últimos se pueden censurar del repertorio, para así salvaguardar los oídos.

La misma plantilla, más veterana

Por ir concluyendo este análisis de FIFA 21 para PS4, Xbox One y PC, hay que dejar claro que estamos ante un notable juego de fútbol, que tiene el añadido de ofrecer actualización gratuita a PS5 y Xbox Series X y S. Ahora bien, las novedades respecto a años anteriores no son particularmente significativas. Esta vez, no hay un fichaje galáctico en forma de modo El Camino o modo Volta que marque la diferencia. Es como la plantilla del Real Madrid: viene de ganar la liga, pero sigue siendo la misma, sólo que un año más vieja.