Análisis FIFA 22 para PS5, Xbox Series X|S y Stadia

FIFA 22 echa a rodar el 1 de octubre, y nosotros ya hemos podido ver cómo se desenvuelve sobre el césped en su versión de nueva generación. 

La contenida evolución respecto a la temporada pasada no da como para enajenarse e irse a la grada a abrazar al bullicioso gentío cual Vinícius Junior, pero sí para una celebración más o menos comedida.

Antes de nada, conviene precisar que hay tres versiones distintas del juego. Por un lado, la que nos ocupa en este análisis de FIFA 22 para PS5, Xbox Series X|S y Stadia, que cuenta con todas las mejoras de este año.

Por otro lado, la de PS4, Xbox One y PC, que es similar, pero carece de Hypermotion y no tiene actualización gratuita (salvo que compres la edición Ultimate, la más cara). Y, finalmente, la de Switch, que es una mera actualización de plantillas.

Al grano y con licencia para jugar

Lo primero que llama la atención del juego es la peculiar intro que nos da la bienvenida. Se trata de una especie de minitutorial muy cinematográfico que nos permite corretear por las calles de París hasta acabar en el Parque de los Príncipes asistiendo a un partido del PSG, con Thierry Henry como cicerone. Por desgracia, ese ornamento apenas dura unos minutos.

En esta entrega, ya no hay contenidos narrativos como los de El Camino o los del modo Volta del año pasado. Imaginamos que el público pasaba de puntillas sobre ellos y que EA Sports ha decidido cortar por lo sano, cual Sergio Ramos, y dedicar los recursos a otros apartados más mediáticos.

Lo que sí se mantiene tal cual es la inmensa cantidad de licencias disponibles. Hay ligas de veintiocho países, muchas de ellas en rigurosa exclusiva: la española, la inglesa, la alemana… 

En ese sentido, están muchos de los estadios reales de la Liga Santander y la Premier League, lo que ayuda a que la cifra total esté en 129 campos, lo cual es una barbaridad.

Eso sí, en los últimos años, FIFA ha probado un poco de su propia medicina en lo relativo a la Serie A. 

Así, dado que eFootball 2022 tiene ciertos acuerdos de exclusividad, hay equipos como el Milan y la Juventus que no están licenciados aquí, lo que hace que su equipación o su escudo sean falsos, si bien los jugadores sí son los reales.

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A cambio, EA Sports tiene en exclusiva las competiciones internacionales de clubes más destacadas, como son la Champions League, la Europa League, la nueva Conference League y la Copa Libertadores, lo que incluye toda su iconografía. Y hay que destacar la presencia de selecciones nacionales, tanto masculinas como femeninas.

Y, ya que hablamos de equipos en esta review de FIFA 22, una de las novedades principales de esta temporada es que, tanto en el modo Carrera como en Clubes Pro, podemos crear escuadras propias. 

Eso incluye elegir el nombre o los colores y los motivos de la equipación entre una amplia oferta, así como definir parte de la ambientación visual y sonora del estadio. ¡Ya era hora!

La fuerza del movimiento

Para hablar de la jugabilidad de FIFA 22 en este análisis y opinión, hay que referirse conjuntamente al apartado visual. 

No en vano, la novedad más destacada, exclusiva de la nueva generación, es Hypermotion, una tecnología de captura de movimientos que ha permitido recrear con mayor fidelidad el comportamiento de los futbolistas sobre el césped.

Como curiosidad, el material de referencia se tomó en un partidillo real entre el Atlético Sanluqueño y el Gerena de Sevilla, dos modestos clubes andaluces, a cuyos jugadores se atavió con trajes de captura.

El salto no es radical (al menos, no como supuso, por ejemplo, el movimiento en 360º en FIFA 10), pero sí que se observa una mayor fluidez en las animaciones.

Eso ha ayudado a introducir algunas mejoras jugables. En teoría, las hay en todos los lances imaginables, pero la más notoria es el sprint explosivo.

Ahora, los cambios de velocidad ya no son tan lineales, sino que los jugadores arrancan con fuerza al pulsar el gatillo derecho, lo que permite jugar con los cambios de ritmo y con las típicas galopadas de echarse el balón dos metros por delante.

Otra mejora evidente es la de la inteligencia artificial de los porteros. Incluso jugando en dificultades bajas, los guardametas realizan paradas de mucho mérito, sin que apenas los hayamos visto realizar cantadas o salir a vendimiar.

Por lo demás, las sensaciones resultan tremendamente familiares. Hablamos de un juego que se adapta a todo tipo de jugadores, independientemente de su habilidad, gracias a lo configurables que son las ayudas y a los seis niveles de dificultad disponibles.

En lo puramente visual, el conjunto es muy similar al del año pasado. El parecido de los futbolistas, a poco que militen en un club destacado y sean conocidos, es notable, y detalles como el del pelo lucen muy bien. 

También vuelve a brillar la cámara televisiva, que se ladea según la posición del balón en cada momento.

En lo sonoro, Manolo Lama y Paco González repiten como comentaristas por enésima temporada. Como siempre, sus frases están muy bien conectadas (salvo cuando Antoñito Ruiz canta los onces titulares y los reduce a cuatro o cinco nombres, rematando siempre con algún chascarrillo estúpido), pero se echan en falta más anécdotas y menos lugares comunes.

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También hay que destacar los cánticos reales de muchos clubes, que casi nos trasladan a los estadios de verdad. 

No hay que olvidar que, cuando los partidos profesionales tuvieron que jugarse sin público por la pandemia, las televisiones recurrían al archivo sonoro de EA Sports para tratar de simular los ánimos de los espectadores.

En cuanto a la banda sonora, tiene la friolera de 126 temas: 52 para los modos principales y 64 para el modo Volta. 

Como de costumbre, está plagada de todo tipo de grupos y géneros que suenan particularmente bien, como Chvrches, The Chemical Brothers, Swedish House Mafia o Inhaler.

Veteranos de mil partidos

Los modos de juego son los de siempre, con ligeros retoques aquí y allá. La oferta es generosa, aunque palidece si se compara con la de NBA 2K22, que, además de ser abundante, también apuesta por innovar, independientemente de que algunas cosas puedan funcionar mejor que otras. Aquí, todo está más visto que el tebeo, si bien hay algún ajuste que se agradece.

En Ultimate Team, el modo con cartas coleccionables, destaca la posibilidad de previsualizar algunos sobres, una novedad que se introdujo muy al final de la vida de FIFA 21 y que ha llegado para quedarse en FIFA 22.

Es una manera de no dejarnos el dinero virtual (o real, si alguien tiene complejo de Al Khelaifi o de Florentino Pérez) sin una mínima garantía de que saldrá algo bueno. 

Además, vuelve el sistema de temporadas y experiencia, con hasta 30 niveles dotados de diversas recompensas.

Eso sí, clama al cielo que, por ejemplo, el modo Draft, que permite jugar partidos con cromos prestados, obligue a apoquinar nada menos que 15.000 monedas o 300 FIFA Points para poder acceder. 

Ya lo dice el dicho: si cuela, cuela… Ninguna saga deportiva actual se salva de la incisiva variante táctica del microsablazo, y FIFA 22 no es una exceptión.

El modo Carrera es muy similar al del año pasado, de modo que podemos gestionar los entrenamientos para que la plantilla mejore su rendimiento a costa de perder algo de fondo físico. 

La novedad, como decíamos antes, es la posibilidad de crear un club desde cero y ponerlo a competir en la liga que queramos, incluso con futbolistas de más de 90 de valoración.

En Clubes Pro, también se ha introducido la opción de crear un club verdaderamente propio, sin tener que tirar ya de equipaciones ajenas. Además, este año, los partidos son mixtos, algo que muchas jugadoras agradecerán. 

Y el árbol de evolución de nuestro álter ego, dotado de arquetipos muy diferenciados, es más atractivo que hace unos años.

También repite el ya habitual modo Volta Football, con sus partidos callejeros o de fútbol sala de tres contra tres, cuatro contra cuatro o cinco contra cinco. 

Los partidos de este sucesor espiritual de FIFA Street, que carece de micropagos, son un festival de filigranas y mecánicas desenfadadas, de forma que hay incluso chuts imposibles o supervelocidades.

Ahora bien, la gran novedad de este año, un submodo llamado Volta Arcade, que permite disfrutar de minijuegos como fútbol-tenis o frontón, sólo está disponible los fines de semana...

Esperemos que Electronic Arts arregle pronto este sinsentido de decirle a la gente cuándo puede o no jugar a un determinado modo de juego.

Adicionalmente, se puede disfrutar de otros modos inconfundibles, como Partido rápido (con sus modificadores de reglas si se quiere añadir un punto de locura), Juegos de habilidad (con 65 minijuegos donde picarse por batir la mejor puntuación) o Temporadas (el modo online con ascensos y descensos).

Mi viejo Chamartín

Sabedora de su gran ventaja en el mercado balompédico y de que su saga estrella tiene una base jugable y de licencias a prueba de pelotazos, EA Sports se ha relajado mucho en los últimos años. 

Y eso se hace notar en nuestra opinión de FIFA 22: es un gran juego de fútbol, pero no hace nada particularmente arriesgado o que a uno lo levante del asiento.

Novedades como la posibilidad de crear un club desde cero en los modos Carrera o Clubes Pro son cosas que, en realidad, deberían haber estado ahí desde mucho antes. 

Tampoco hay un contenido que se haya creado ex profeso, como sí sucedía con las historias de El Camino hace no tanto. Si no contamos Volta Arcade, claro, que sólo es accesible en fin de semana.

Ahora bien, al mismo tiempo, la tecnología de Hypermotion se nota, igual que los pequeños retoques jugables aquí y allá. 

Y hay modos de juego para todos los gustos y perfiles, así como licencias para aburrir. Además, en lo audiovisual, es un juego muy notable.

De algún modo, es un juego que recuerda al Santiago Bernabéu en su estado actual. La estructura histórica es tremendamente sólida, y tiene cambios que la modernizan, pero que no resultan particularmente notorios, al menos hasta que se añada una coraza de nave espacial. 

Pero, incluso jugando a medio gas, contentará al público con su habitual clase y su sobriedad.