Análisis de The Final Station para Nintendo Switch, PS4, One y PC

Tinybuild acaba de lanzar The Final Station en Nintendo Switch, una adaptación del juego indie homónimo de PC, PS4 y Xbox One que se lanzó en 2016, con el que vienen a reforzar su intención de convertirse en un editor independiente comprometido con la consola híbrida de Nintendo. El año pasado demostró este compromiso con títulos como Mr. Shifty, una suerte de Hotline Miami para Switch.

Para este año sus planes son más ambiciosos, y prueba de ello es que tienen anunciados seis juegos para Nintendo Switch, de los cuales, The Final Station, una  aventura pixel art y de temática zombie, es el primero de todos ellos    

El modo de juego principal de The Final Station nos pone en la piel de un conductor de tren que, en su último turno, ve como el mundo se va literalmente a la m$i#da. Un extraño fenómeno está convirtiendo a la gente en una suerte de zombis, en un brote que no para de crecer. En una de las paradas de su ruta, el ejército interviene y le hace llevar lo que podría ser la última esperanza del mundo.

Así comienza The Final Station, una aventura que remite a obras como The Walking Dead o Train to Busan, pero que a la hora de jugar cuenta con dos partes muy bien diferenciadas. Nuestro viaje alterna constantemente los momentos de acción y exploración (de ciudades, paradas de tren y otros lugares) con la microgestión de lo que sucede en la máquina y los vagones.

Cuando llegamos a una parada, nos tocará bajar del tren para explorar el entorno en busca del código que desbloquea la barrera que nos impide avanzar. Una tarea que, en cada parada, varía ligeramente (puede que tengamos que activar la electricidad, encontrar una llave...) y que, por supuesto, nos obliga a enfrentarnos a los distintos tipos de enemigo y buscar supervivientes.

Esta exploración tiene algunos detalles curiosos, como que los edificios y habitaciones están "oscurecidos", hasta que no abrimos la puerta... por lo que no sabemos que nos espera al otro lado. Por otro, hay detallitos que le dan profundidad, como un montón de notas y mensajes que cuentan historias paralelas al comienzo de caos.

Además, en The Final Station podemos encontrar munición, botiquines e incluso objetos como pantalones o cigarrillos, con un valor económico. Este "dinero" nos permitirá comprar armas, munición (que es bastante limitada) o botiquines, algo casi necesario para avanzar y poder superar los momentos de acción más complicados.

En cuanto desbloqueamos la barrera y subimos al tren, nos enfrentamos a diversas crisis a bordo. Por un lado, las dificultades técnicas nos harán estar pendientes de distintos componentes (a través de sencillos minijuegos recuperamos la normalidad), e incluso podemos "hablar" con otros conductores para ver cómo les va a ellos. 

A bordo también disponemos de comida y botiquines limitados, que abren la puerta a dilemas morales y decisiones difíciles, porque... ¿alimentarás a una anciana pudiendo salvar la vida de alguien más joven?

Mantener vivo al mayor número de supervivientes hasta la siguiente parada nos reportará también recompensas económicas en The Final Station, que de nuevo podremos invertir para mejorar nuestras posibilidades de sobrevivir cuando salgamos al exterior.

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Este desarrollo se extiende a lo largo de cerca de 30 paradas, en las que siempre se mantiene esa alternancia entre exploración/acción y gestión. Una alternancia que, a un jugador medianamente hábil, le dará para unas 5 horas de juego.

El problema es que, superada la primera hora de The Final Station, casi siempre nos esperan ligeras variaciones de las mismas situaciones, y con las mismas mecánicas. A esto hay que añadir que la historia tiene altibajos, la traducción es malilla y el control al principio resulta duro (por ejemplo, apuntamos con el stick derecho, y la sensibilidad es un poco exagerada y no se puede ajustar).

Tampoco ayuda que la parte "cuerpo a cuerpo" de los combates (disponemos de un botón de ataque físico), no siempre detecte las colisiones correctamente, lo que acaba muchas veces con nuestro personaje muerto. En este sentido, el sistema de checkpoints es también bastante errático, y tan pronto guarda la posición cerca de donde caemos, como bastante lejos.

Pero aún con todo, The Final Station buenas sensaciones, sobre todo gracias a un trabajado estilo gráfico, una opresiva ambientación (que suele desarrollarse mejor fuera de los diálogos que a través de los personajes principales) y una banda sonora con pegadizos temas... aunque los defectos pueden pesar más de la cuenta en la impresión final que deja el juego.

Como hemos dicho, la historia puede completarse en apenas 5 horas, una duración bastante corta. Por suerte, el juego lo remedia con "Complemento", que lejos de recoger contenidos adicionales, es un modo adicional. Se basa en ideas muy parecidas, aunque incorpora las suficientes diferencias como para zambullirse en él.

Así, en complemento no somos un conductor de tren, ni el tren figura por ningún lado... salvo en los comentarios de los personajes y la posibilidad de llegar a uno. Aquí somos un civil que lucha por llegar a algún refugio, utilizando su coche.

La principal diferencia aquí es que, en cada parada, debemos encontrar gasolina, comida y agua, manteniendo las mismas premisas es decir, explorando el entorno, combatiendo contra los zombis, saqueando recursos... Además, en nuestro coche sólo cabe un superviviente, por lo que cada vez que encontremos uno nuevo, tendremos que sopesar a quién nos llevamos.

Esta decisión la podemos tomar en base a tres características que aparecen tras hablar con ellos: su sociabilidad, su maña como médico o su habilidad para crear objetos (con lo que rapiñamos pueden crear munición y botiquines).

El resto es todo más o menos idéntico, pero sin duda es una buena forma de darle más vida al juego. Una vida, que, como hemos dicho, dista de ser perfecta. Sirva como ejemplo otro detalle en este modo: algunas expresiones y botones, como a la hora de aceptar o rechazar a un nuevo superviviente, no han sido traducidas y están en inglés.

Pero si buscas un juego entretenido, no excesivamente caro (!4,99 euros), y con algunas ideas interesantes, The Final Station para Nintendo Switch sabrá entretenerte con su inquietante mundo.