Análisis de Indivisible para PS4, Xbox One y PC - ¿la gran sorpresa de 2019?

Hace unas semanas os trajimos nuestras impresiones de Indivisible con la versión final del juego, una interesante propuesta que nos dejó un gran sabor de boca al empastar ideas de distintos géneros con acierto. Plataformas, combates roleros y desarrollo propio de Metroidvania se dan la mano en un juego diferente, que resulta refrescante por lo que propone.

Su historia nos presenta a Ajna, una joven que se embarca en el la clásica aventura de venganza... pero que pronto se verá envuelta en una aventura mayor, con criaturas más poderosas. Pero claro, lo que no sabe es que ella también esconde un gran poder en su interior, algo que poco a poco irá descubriendo y desarrollando, como vamos a ver en este análisis de Indivisible para PS4, Xbox One y PC.

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Por no destripar mucho de la trama de Indivisible, diremos que durante su viaje, Ajna va desarrollado poderes que reflejan esa fuerza interior. Empezamos "absorbiendo" personajes que se nos unen en nuestro viaje, así como objetos (un hacha, un arco...) que, por loco que parezca, se alojan en nuestra cabeza. Y eso es sólo el principio... después empezamos a controlar este poder para cambiar incluso de apariencia y gozar de más poderes que nos permitirán explorar el entorno, por ejemplo, corriendo a gran velocidad (y destruyendo rocas).

La jugabilidad de lo nuevo de Lab Zero es una curiosa amalgama que funciona a las mil maravillas: la base es un metroidvania puro y duro, con zonas a las que solo podemos acceder teniendo una habilidad precisa. En este mundo, compuesto por distintas regiones con ambientaciones únicas, encontramos abundantes zonas de plataformeo, con zonas exigentes, que van introduciendo usos nuevos para nuestros gadgets y habilidades. Así, el hacha, por ejemplo, nos permite agarrarnos a paredes; el arco, nos permite activar interruptores a distancia para activar plataformas temporales.

Entre salto y salto también nos toparemos con enemigos de todo tipo y tamaño, jefes finales incluidos, a los que nos medimos al más puro estilo J-RPG: podemos dar nosotros el primer golpes y llevar la iniciativa en combate, que se desarrollan por unos atípicos turnos. Atípicos, porque podemos llevar hasta cuatro personajes distintos, cada uno asociado a un botón frontal del mando (X, cuadrado, círculo y triángulo).

Pulsando los mencionados botones podemos encadenar las habilidades de cada personaje (hay más de 20 a lo largo de la aventura, cada uno con sus peculiaridades y características). Hay sanadores, magos afines a un elemento, especialistas en ataque aéreo y en el ataque cuerpo a cuerpo o a distancia, capaces de golpear más de un blanco en un ataque...

Lo que único que debemos tener en cuenta es que, fuera de los combates, en cualquier momento, podemos cambiar la composición del equipo, elegir qué tres personajes nos acompañarán, lo que nos permite crear estrategias distintas para cada enemigo o zona. Porque hay enemigos con coraza que previamente hay que destruir, con diversos puntos débiles que debemos golpear al mismo tiempo... y cada uno requiere un acercamiento distinto. 

Una vez en harina, los combates se desarrollan por turnos, muy ágiles, y sin demasiadas esperas. De primeras sólo disponemos de un ataque por personaje, pero combatiendo, absorbiendo nuevos personajes, subiendo de nivel y mejorando a Ajna, iremos adquiriendo más ranuras de ataque. Si no hay "acción", veremos como estas ranuras se van rellenando, lo que nos permitirá liberar tantos ataques como ranuras completas tengamos con cada personaje.

Pero aún hay más: pulsando arriba o abajo en el stick o cruceta más el botón asociado a cada personaje podemos modificar su ataque, bien por ejemplo para realizar un ataque por alto o bajo, utilizar la sanación para todo el grupo o iniciar un ataque aéreo. Así, la clave en todos los combates reside en enlazarlos de la manera óptima para para causar el mayor daño posible.

Estos combos nos permitirán, además, recolectar una sustancia llamada "Iddhi", con la que rellenamos una barra en la parte superior. Si sufrimos daño o no paramos correctamente los ataques de los enemigos, perderemos esta sustancia. ¿Y para que sirve tener la barra o varios niveles de Iddhi? Pues para desencadenar ataques especiales, resucitar a los aliados caídos...

Todo esto deja un sistema de combate francamente divertido y táctico, que además invita a experimentar con todos los personajes que vamos consiguiendo. No es menos cierto que, de primeras, puede costar entrar en sus mecánicas, pero a medida que vamos subiendo de nivel y encontrando las combinaciones que mejor se adaptan a nuestra manera de jugar, más satisfactorio resulta. Eso sí, si no llevas un equipo bien equilibrado, hasta el enemigo más tontorrón puede darte para el pelo.

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Por si fuera poco, algunos combates, especialmente con los jefes, se intercalan con momentos de "beat'em up", en los que debemos acabar con enemigos menores, esquivar obstáculos... dejando un desarrollo bastante variado en cuanto a mecánicas, y más si tenemos en cuenta que de manera más o menos progresiva vamos consiguiendo nuevas habilidades.

Lo único que afea un poco este desarrollo es que en algunas ocasiones se echa de menos algún checkpoint intermedio: muchos jefes tienen varias fases, y si te matan en la última, tendrás que volver a empezar desde el principio. Añade algunos picos de dificultad, como el enemigo final, y te verás repitiendo algunas zonas más de lo que nos gustaría. Tampoco resulta especialmente útil el mapa (sólo vemos los alrededores de la zona en la que estamos), 

¿Es algo de esto realmente grave? No, para nada, porque la suma de todas las partes de Indivisible hace que el juego sea fresco, especial y distinto. Las plataformas son divertidas, desafiantes y cuentan con un buen control: los combates son muy amenos y gracias al continuo flujo de personajes, enganchan y el componente metroidvaniesco nos invita a explorar sus entornos en busca de nuevos caminos y piedras Ringsel, gracias a las cuales, podemos mejorar el poder de ataque y defensa de Ajna.

En cierta medida, que todo funcione tan bien reside en algo tan simple como que las mecánicas se mantengan sencillas. Sí, hay puntos de experiencia, niveles... pero todo se mantiene siempre en un segundo plano, dejando que sea la jugabilidad la que lleve la voz cantante en todo momento. Y funciona. Y muy bien. Con ideas como poder acceder a nuestro "reino interior" (nuestra cabeza), donde podemos conversar con los personajes que hayamos absorbido, mejorar el poder o defensa de Ajna, etc).

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No es menos cierto que, en determinados segmentos de la aventura puede parecer que todo está muy "compartimentalizado": ahora toca una pequeña zona de saltos, después dos combates, otra vez saltos, y jefe final. Todo, como demasiado "organizado", pero no es menos cierto que tampoco es nada grave.

La aventura puede dejar fácilmente 15-20 horas de duración, y probablemente no lo habrás visto todo. Hay personajes que podemos ni llegar a ver (algunos los conseguimos al realizar misiones opcionales), y completar algunas tareas opcionales, como encontrar todas las gemas Ringsel, también puede llevar también su tiempo...

Y si en lo jugable convence, en lo técnico no se queda atrás. El motor gráfico propio de Lab Zero, que se adapta a cualquier género 2D, deja una parcela visual simplemente bellísima. Desde los fondos que parecen pinturas a los personajes dibujados a mano, todo es impecable, incluidas sus fluidas animaciones o sus retratos a gran tamaño, presentes en los diálogos, que rebosan expresividad.

Porque Indivisible en ocasiones llega a parecer un capítulo de un anime, gracias a sus escenas estáticas y animadas, estas últimas creadas por Studio Trigger, el estudio ganador de un Emmy, como la intro que podéis ver encima de estas líneas... aunque a lo largo del juego hay algunas más que no se han visto todavía.

¿Y qué decir de la banda sonora, a cargo de Hiroki Kikuta, autor de las bandas sonoras de Secret of Mana o Koudelka? Pues que cuenta con algunos temas realmente pegadizos, y que son el broche perfecto para la parcela audiovisual del juego. No necesitaréis más de 5 horas para empezar a tararear la música de los combates o de algunas zonas...

Para rematar la jugada, el juego llega con los textos traducidos al castellano y, todo sea dicho, muy bien adaptados a nuestro idioma y jerga. Hay expresiones muy, muy coloquiales, que sin duda ayudan a que el juego nos arranque alguna carcajada, Algunos personajes, directamente, son el contrapunto humorístico, y cada vez que aparecen en pantalla es para soltar una gracia... que casi siempre funciona. Las voces, por desgracia, se han quedado en inglés (aunque las actuaciones son muy buenas).

A esto hay que sumar tres paquetes de personajes que llegarán próximamente (el primero, antes de final de año), con los que sus posibilidades aumentarán aún más. En cierta medida, y salvando las distancias, un juego de calidad que nos ha recordado a Control, en tanto en cuanto ha cogido un género como el metroidvania y lo ha reinventado a su manera. Quizá, porque apenas se ha hablado de él en los últimos meses, la sorpresa ha sido aún mayor, aunque sin duda es otro gran juego editado por 505 Games. Si le das una oportunidad, será difícil no caer rendido a sus pies... aunque también puedes esperar, por si lo quieres jugar en modo portátil en Nintendo Switch...