Análisis New Pokémon Snap en Nintendo Switch

n plena ebullición de la pokemanía a finales de los 90, Nintendo y The Pokémon Company buscaban cualquier forma de explotar a sus monstruos. El poder gráfico de Nintendo 64 hacía posible jugar con unos Pokémon poligonales y coloridos mucho más vistosos que los de los gráficos monocromos de Game Boy. Pokémon Stadium fue el que más se asemejaba a los juegos de la portátil, pero hubo otros experimentos más "pacifistas", como Hey You, Pikachu! (una mascota virtual) y Pokémon Snap, que salió en 1999 en Japón y América y un año después en Europa.

Durante 20 años, parecía que Pokémon Snap se quedaría en un one-hit wonder, pero eso ha cambiado con la llegada de New Pokémon Snap para Nintendo Switch, esta vez desarrollado por Bandai Namco, aunque siguiendo fielmente el esquema ideado por HAL Laboratory. ¿La espera ha merecido la pena? Lo descubrimos en el análisis de New Pokémon Snap para Nintendo Switch.

Nuevo safari Pokémon

La idea es exactamente la misma: avanzar automáticamente por niveles cortos sobre raíles en un vehículo, con libertad para mover la cámara a nuestro alrededor, pero en vez de lanzar Poké Balls... haces fotos. El objetivo es el mismo que en los RPG de Pokémon, capturarlos a todos, pero en el carrete. Bueno, la cámara ahora es digital, pero sigues teniendo un número limitado de fotos que puedes hacer en cada nivel.

Aquellos que recuerden el clásico de N64 se sentirán como en casa con New Pokémon Snap, pero para quienes nunca lo jugaran, este estilo de juego es chocante cuanto menos. Si ya lo era hace veinte años, ahora aún más. Quizás alguien se pregunte que si el objetivo es hacer fotos a los Pokémon en su hábitat natural, ¿por qué no permitir desplazarnos libremente por un entorno 3D abierto?

Aunque la idea resulte tentadora, ya no sería Pokémon Snap. Y es que a pesar de sus pretensiones documentalistas, este es un tipo de juego eminentemente arcade, y aunque haya una Fotodex que completar y un (discreto) hilo narrativo, New Pokémon Snap se consume en partidas cortas: recorridos de 3 o 4 minutos en los que conseguir la máxima puntuación posible según cuántos objetivos encontremos y la calidad de las fotos. Igual que recreativas como Virtua Cop o The House of the Dead, pero sin violencia (ni explotación animal).

Que solo les hagamos fotos no significa que no podamos interactuar con los Pokémon. De hecho, la clave del juego y donde radica su profundidad y diversión es en las formas que tenemos de llamar su atención (y también de molestarles un poquito, aunque luego sigan a su bola). Tenemos varias herramientas: blanzanas (frutas que les vuelven locos), un escáner al que reaccionan algunos pokémon (esperemos que no les altere mucho...), música para llamarles la atención y unos orbes misteriosos que hacen que se pongan más "eufóricos".

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Lánzales frutas para que se acerquen a tu vehículo, como miguitas en el cuento; ponles música para que bailen o salgan de su escondite entre la hierba; dirígelos hacia un sitio concreto para que abran nuevos desvíos en la ruta... En definitiva, experimenta con tus herramientas, con los pokémon y con el entorno para capturar el momento decisivo, como decía el fotógrafo Cartier-Bresson: comportamientos inusuales y poses dinámicas que te otorguen más puntos y estrellas en tus fotos.

Debido a eso, los niveles son muy rejugables, casi como si tuvieran pequeños puzles integrados cuyas mecánicas están escondidas en el entorno. Aunque no hay muchos niveles, tendrás que recorrerlos una y otra vez para encontrar a todos los pokémon y activar todas estas escenas. Y por lo general es un placer, gracias a la cantidad y variedad de criaturas que vemos y entornos que visitamos, incluyendo versiones diurna y nocturna de muchos de los recorridos, bifurcaciones y cambios que van apareciendo cuando lo repetimos muchas veces.

Mucho por descubrir en Lensis

Sí, la sensación de que todo está "escriptado" está ahí, y se acentúa cuanto más tiempo lleves jugando. También habrá momentos en los que te bloquees y no sepas cómo encontrar una interacción en particular, pasando el recorrido lanzando manzanas a lo loco sin que nada parezca cambiar de una partida a otra. 

Para ayudarnos, tenemos un menú con misiones adicionales, que se resuelven cuando tomamos fotos concretas, como forzar un destructivo encuentro entre un Lycanroc y un Tyranitar o conseguir verle la otra patita al Hoothoot posado en un tronco. Son opcionales para la historia y sus recompensas no son gran cosa, pero consúltalas a menudo, porque dan pistas muy valiosas para saber a dónde mirar o qué hacer en nuestros recorridos. ¡Y hay muchísimas!

La historia también es razonablemente larga si tenemos en cuenta lo encorsetada que es su jugabilidad. Si te lo tomas con calma y disfrutas el viaje, te esperan 10 horas para llegar a los créditos y no pocas sorpresas recorriendo el archipiélago de la región de Lensis, sin perder nunca la sensación de descubrir cosas nuevas. Incluso tiene unas pequeñas dosis de mitología Pokémon y algo parecido a jefes finales. Su desarrollo te obligará a detenerte un tiempo en los niveles y jugarlos varias veces para encontrar algunos secretos, pero solo rascarás la superficie de todo lo que esconden.

La cifra de Pokémon, el aspecto más criticado del original (solo había 63 de los 151 disponibles por entonces) se ha multiplicado en su secuela... aunque también lo ha hecho la cantidad de Pokémon que se han creado hasta la fecha entre las ocho generaciones: la Pokédex de Galar llega hasta los 898. Inevitablemente, muchos se han tenido que quedar fuera, por lo que es más fácil que no esté tu favorito, aunque la cifra total es suficiente para mantenerte entretenido mucho tiempo. Además, hay un ránking online para comparar tus puntuaciones con otros jugadores. ¿Quién será el investigador Pokémon más minucioso?

La duración se puede multiplicar por cuatro, pues cada Pokémon tiene cuatro entradas en la Fotodex, dependiendo de la calificación de la foto, de 1 a 4 estrellas, que el juego te otorga según la pose del Pokémon. Las estrellas son independientes a otros factores de la puntuación, como la distancia al objetivo o el encuadre (también se contabilizan nuestras mejores puntuaciones en cada nivel).

Así es como funciona: aunque gastemos medio carrete con un Venusaur, solo podemos registrar y puntuar una foto por Pokémon en cada partida, por lo que tendremos que hacer mínimo cuatro fotos en cuatro partidas distintas para completar la entrada de cada Pokémon. La verdad es que irás rellenando la Fotodex con todas las estrellas casi sin enterarte, pero si se te resiste alguna tendrás que repetir niveles hasta dar con el momento adecuado (incluso obligándote a sacar fotos "malas" aposta). ¡New Pokémon Snap es todo un reto para completistas!

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El modo foto primigenio

Una vez que termines el recorrido, puedes guardar todas las fotos que hayas hecho en tu álbum personal. Justo al terminar el recorrido (y no después, desgraciadamente) puedes acceder al modo Foto Plus, que te permite "hacer trampas" y cambiar el ángulo, zoom y hasta distancia de foco de una foto que acabes de tomar.

Cuando la guardes, puedes editarla con stickers, filtros, marcos y similares desde la galería. Echamos en falta más opciones, pero hay margen para expresarte con tus creaciones y compartirlas por Internet, en un muro dentro del juego para otros jugadores o directamente en redes sociales a través de la conectividad de Switch.

Y es que New Pokémon Snap sale en una época distinta a la del original de Nintendo 64, en la que el concepto del Modo Foto es prácticamente obligatorio en cualquier AAA moderno. Para ser un juego centrado en la fotografía, echamos en falta más libertad creativa a la hora de tomar las fotos, pues por mucho que nos lo curremos y las editemos, los encuadres y las situaciones siempre van a ser las mismas para todos los jugadores, al ser niveles sobre raíles y con todos los Pokémon "siguiendo un guion", dejando poco margen para la improvisación.

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No olvidemos lo que decíamos al principio: New Pokémon Snap es un juego muy arcade. Esto puede decepcionar quienes esperasen algo más "naturalista" al estilo de Zelda Breath of the Wild o Red Dead Redemption 2 y sus modos foto. De hecho, a veces encontrarse con tantos Pokémon salvajes concentrados en un espacio tan pequeño resulta poco realista (todo lo realista que es el mundo Pokémon, al fin y al cabo). ¡Recemos para que Leyendas Pokémon: Arceus tenga un modo foto!

A nivel gráfico y artístico, los entornos son mucho más ricos y vivos que los de Pokémon Espada y Escudo, aunque nos han parecido un poco sosos (los ecosistemas básicos de bosque, playa, desierto...), sin esa personalidad que tenía Galar, por ejemplo. Son entornos naturales, al fin y al cabo, sin presencia humana. Los Pokémon también tienen algo más de chispa que en los Pokémon RPG (sin movimientos de combate, eso sí), aunque técnicamente tiene limitaciones, como algunas animaciones poco realistas o muy repetidas, tirones de framerate con los bichos más grandes y texturas que no aguantan que les hagamos zoom.

En general, es un juego muy bonito y colorido, de gran riqueza visual gracias a la concentración de criaturas y escenarios, aunque sentimos que podrían haber ido un paso más lejos. Las melodías acompañan sin destacar, por lo que aconsejamos que, de vez en cuando, probéis a desactivar la música para escuchar solo los sonidos de la naturaleza, y ver cómo cambian en cada ecosistema.

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New Pokémon Snap es una propuesta muy particular, y habrá a quienes la idea de dedicarle horas a un juego formado únicamente por niveles sobre raíles que repetir una y otra vez les espante. Ciertamente, no es el juego más emocionante del mundo, pero si sintonizas su onda se convierte en una experiencia muy relajante y creativa, con muchos Pokémon por descubrir y que te consigue producir satisfacción en sesiones muy cortas. Su mayor defecto es que, al ser tan guiado, el factor sorpresa se agota más deprisa que en otros juegos que dejan más libertad, pero forma parte de su personalidad, y dentro de lo que cabe su duración es más que aceptable.

Aquellos que ya conocían el clásico de N64 deben saber que New Pokémon Snap es una secuela muy continuista en lo jugable (sin que eso sea un defecto) y muy ampliada, con muchos más Pokémon de todas las generaciones, muchos retos por completar y un componente social que hoy día se antojaba imprescindible para un juego así. Como ocurrió en Animal Crossing New Horizons, el poder compartir tus creaciones en redes sociales añade una capa extra de disfrute, creatividad e incluso competitividad que queda ahora en manos de la comunidad.