Análisis de Ninja Gaiden 3 Razor's Edge

Un ninja, una katana con la que desmembrar al que se interponga en nuestro paso, shurikens, magias especiales... Desde luego, el concepto de Ninja Gaiden 3: Razor’s Edge, es un clásico videojueguil: combates sin muchas complicaciones.

El argumento nos pone en la piel de Ryu Hayabusa, que ha recibido una maldición en una de sus misiones. Nuestro objetivo es enfrentarnos a un sanguinario grupo terrorista para dar al traste con sus planes antes de que la maldición consuma definitivamente a nuestro protagonista.

La versión “normal” de las otras consolas fue muy criticada en su momento, así que Team Ninja ha introducido una buena cantidad de cambios en esta entrega especial para Wii U. Para empezar, y quién lo diría, estamos ante la versión más sangrienta, con salpicaduras y sangre a borbotones, pero eso no es lo importante.

La mejor versión: Wii U

Técnicamente es calcado al original, incluso en algunos aspectos es más flojo, pero... ¿y en lo jugable? Pues se han introducido muchas novedades y mejoras. Ayane, una de las luchadoras de Dead or Alive, protagoniza algunos episodios de la campaña, ofreciendo variedad al desarrollo gracias a su estilo de lucha ágil y frenético. Pero no será la única, ya que Kasumi (también de Dead or Alive) y Mojimi, la aprendiz de Ryu, se unirán al elenco previa descarga y sin pagar un euro.

Además, se han incluido más armas para Ryu, como unas garras a lo Lobezno, una guadaña, un arco, nuevos ninpos (que son las magias especiales), etc... aunque lo mejor es el sistema de progresión. Vamos recibiendo puntos de karma según el tiempo que invirtamos en cada sección, la energía con la que acabemos, etc... que luego podemos gastar en nuevos golpes, ninpos, combos y demás.

La dificultad, uno de los elementos más criticados de las otras versiones, ha aumentado muchísimo, lo que puede llegar a desesperar a los jugadores menos habilidosos. Los enemigos, en especial los jefes finales, nos hacen mucho más daño, mientras que nuestra espada parece de goma y no les resta demasiada energía aunque, finalmente, acabe desmembrando a los enemigos. La aventura supone un reto para los más jugones, cosa que se agradece, pero es que el control no está a la altura de semejantes exigencias en los combates.

El mando de Wii U no está especialmente bien explotado. Simplemente nos sirve para consultar los combos disponibles o cambiar rápidamente de arma, aunque lo más “japo” y bizarro es que podemos mover la “delantera” de todas las chicas del juego gracias al giroscopio. ¡Menudos looocoooos!

Mismo juego, mismo problema

Eso sí, Razor’s Edge sigue teniendo muchos de los problemas del Ninja Gaiden 3 original. Los escenarios, aunque algo variados en ambientación, están casi vacíos y el diseño de niveles se repite hasta la saciedad: pasillo, arena de combate, pasillo, arena... 

La cámara, aunque algo mejorada, nos deja vendidos en los combates, sin saber ni tan siquiera dónde estamos en mitad de la vorágine de sangre y enemigos. El control, además, tampoco ayuda. Incluso a veces nos encontramos con cierto retardo entre nuestras órdenes y la ejecucuión de las mismas por parte del protagonista.

Los desafíos online cooperativos son divertidos, aunque no se puede decir los mismo de las peleas competitivas para 8 jugadores. Lo bueno es que nuestro personaje también evoluciona con karma como en la campaña y podemos desbloquear trajes, armas... El modo prueba de valor, tipo horda, añade horas de juego, aunque no resulta muy original.

Esta versión mejora al original, pero el conjunto no está a la altura de lo que se espera de la saga ni de otros títulos del género. Eso sí, resulta una muestra más de que a Nintendo ya no le importa “mojarse” con juegos bestiajos, ya que Razor’s Edge es la versión más sangrienta de todas y la única que incluye desmembramientos. Solo queda esperar a ver si Yaiba Ninja Gaiden Z será la entrega definitiva para la actual generación.