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Análisis del DLC Outlast: Whistleblower, DLC del juego de terror

Análisis de Outlast: Whistleblower
Nos encanta pasar miedo y Outlast nos dio una buena ración de eso. Pero, al igual que los "huéspedes" de Mount Massive, a nosotros no hay quien nos cure la locura, así que hemos decidido volver a investigar gracias a este DLC, que nos da otra perspectiva de los hechos.

ACTUALIZADO 19-6-2014: Acaba de llegar a Xbox One la correspondiente versión de este DLC Whistleblower, (a un precio de 8,99 euros), así que aprovechamos para volver a presentaros el análisis que hicimos del mismo, cuando se estrenó en PS4 hace unas semanas.

TEXTO ORIGINAL (7-5-2014): Tras sorprender a los usuarios de PC, Outlast llegó a PS4 hace unas semanas para hacernos sentir un terror que ya habíamos olvidado: el del survival horror más radical. Nuestro análisis de hoy se centra en el DLC Whistleblower, que aterriza con algo de retraso en ambos formatos para poner punto final a esta aventura (sus desarrolladores, Red Barrels, han confirmado que pasan a encargarse de nuevos proyectos).

El protagonista de esta historia extra es Waylon Park, un técnico informático del sanatorio de Mount Massive, que fue quien envió el mail a Miles (el héroe del juego original) advirtiéndole de las locuras que tenían lugar allí. La aventura arranca justo cuando mandamos ese mail. Eso sí, no se trata de una precuela, ya que viviremos hechos paralelos a los de Miles. Por tanto (y para evitar algún que otro spoiler), es muy recomendable superar primero Outlast y luego ir a por este DLC. Además, así dominaremos mejor la mecánica de juego, que no ha variado, nada...

 

Análisis de Outlast: Whistleblower

Vídeos de primer... ¡Argggh!

Ya conocéis la "gracieta" de la jugabilidad de este título, ¿no? Pues lo mismo sucede en Whistleblower: jugamos siempre en perspectiva subjetiva y, aunque nos las veremos con numerosos enemigos, no podemos atacarlos. Nuestras únicas opciones son correr o escondernos. Si los chalados consiguen dar con nosotros y nos atacan un par de veces (basta con una vez en dificultades superiores a la normal), se acabó lo que se daba.

Casualidades de la vida, Waylon también consigue una cámara de vídeo (¡y del mismo modelo, oigan!), que podemos usar en todo momento para grabar las escenas clave que no interesen. Esto provocará que el prota tome notas que nos ayudan a entender mejor lo que sucede y nos meten en contexto: no cuenta con salir de ésta, pero espera que su esposa Lisa pueda leer sus últimas palabras...

Por supuesto, también existe el modo de visión nocturna en la cámara, el cual hemos de dosificar para que no se nos acaben las escasas pilas que podemos encontrar en los escenarios. Ya lo veis, la mecánica no tiene nada de nuevo. Mira que no ocurrísete ni dar un triste puñetazo a los malos, Waylon...

 

Análisis de Outlast: Whistleblower

Looocos, por un beso tuuuyo...

Otra "marca de la casa" se apunta a la fiesta: los locos especialmente agresivos, que nos asedian en largas porciones de la aventura. Aunque hay algún otro, hay dos nuevos que resultan especialmente interesantes (y sanguinarios): un caníbal y on obseso por las novias. Sus persecuciones y encontronazos dan pie a alguna escena de corto realmente espeluznante, que en nada tiene que envidiar a ciertos "momentazos" del Outlast original.

Por supuesto, no todo serán escenas de vídeo y muchas veces tendremos que superar por nuestra cuenta auténticas persecuciones del gato y el ratón. Lamentablemente, algunas de estas se basan más en el ensayo y error que en el instinto, por lo que, cuando te cace y mate un par de veces el chalado de turno, notarás cómo se pierde un poco la tensión tan estupenda de los primeros compases.

No os preocupéis, ese ritmo nunca llega a caer del todo, gracias a los constantes momentos gore (pero muy, muy gore, ¿eh?) y algún que otro sustillo puntual que siempre se agradece. Mejor no os desvelamos más en ese sentido...

No solo los locos son nuevos. También visitamos áreas inexploradas de Mount Massive, cómo un área de recreo o exteriores diferentes de la casa. También volvemos a algunos sitios familiares, pero vistos desde otra perspectiva, por lo que repetimos lo que dijimos antes: completad primero la aventura principal para entenderlo todo mejor.

 

Análisis de Outlast: Whistleblower

 

Whistleblower  tiene un precio de 8,99 euros (una pena que no se haya incluído como oferta de PS Plus) y se puede superar en unas dos horas y media y, aunque no llega a resultar tan intenso como el propio Outlast (en buena medida, porque supone más de lo mismo), sí es una buena aventura de terror.

Además, su conclusión quizá deje satisfechos a los que se quedaron con cara de póker con el final de la aventura principal. Pero claro, para descubrirlo tendréis que enfrentaros a las lúgubres habitaciones de este sanatorio, si es que tenéis lo que hay que tener... Pilas para la cámara, claro.

VALORACIÓN:

Un digno extra para el título, que decide jugar sobre seguro respecto a la fórmula previa, tanto para bien como para mal.

LO MEJOR:

Una vez más, la sanguinaria e inquietante atmósfera.

LO PEOR:

¿Sabéis lo que es innovar? Pues resulta que este DLC, no.

Versión comentada: PS4

Hobby

74

Bueno

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