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Análisis Paper Mario The Origami King para Nintendo Switch

Análisis de Paper Mario The Origami King para Nintendo Switch
Paper Mario está de vuelta con The Origami King, nueva entrega para Nintendo Switch de esta saga que nació como RPG y que con el tiempo se ha desdoblado en algo diferente, pero igualmente divertido. En el análisis, os contamos qué tal funciona este mejunje.

Este viernes llega a Nintendo Switch Paper Mario: The Origami King, una nueva entrega de esta saga que nació en Nintendo 64 como una suerte de spin-off rolero para las aventuras plataformeras del fontanero (si no contamos Super Mario RPG, de Super Nintendo).

Desde entonces ha habido entregas en prácticamente todas las consolas de la Gran N, y a lo largo de los años la fórmula ha ido cambiando, pasando de ser algo que no se diferenciaba demasiado de un JRPG clásico (con puntos de experiencia, niveles, objetos, combates por turnos...) a lo que es hoy en día.

¿Y qué es hoy en día? Pues algo difícil de explicar, la verdad, pero lo vamos a intentar en el análisis de Paper Mario The Origami King para Nintendo Switch. Porque hemos tenido la oportunidad de jugarlo de principio a fin, examinando todas sus arrugas y dobleces, y hemos salido muy satisfechos con el resultado.

Despliegue de origamilidad 

Vayamos directos al grano: si esperabais que Paper Mario: The Origami King fuese un regreso a la fórmula clásica, al rol de Paper Mario 64 y La Puerta Milenaria, os vais a llevar un pequeño chasco. Pero esperad, no os vayáis todavía; porque aunque The Origami King no sea un RPG profundo, mantiene muchos elementos habituales del género, y su propuesta es tan única y diferente a cualquier otro título que hayamos visto antes, que se lo recomendaríamos a cualquiera que le gusten los videojuegos.

Empecemos por el sistema de combate. De base, no se diferencia demasiado del de un RPG: al entrar en contacto con los enemigos empieza la batalla, que se desarrolla por turnos en los que podemos atacar, usar objetos... Pero ahí terminan las similitudes con el género. En Paper Mario The Origami King, los combates no dependen de niveles o estadísticas; son una combinación entre rompecabezas y habilidad a los mandos. Una mezcla extraña pero que funciona increíblemente bien la mayor parte del tiempo.

Paper Mario: The Origami King

La "fase puzle", que tiene lugar siempre al inicio del combate, es probablemente la más importante, pues resolver el rompecabezas nos da un aumento de ataque que suele significar acabar con los enemigos en la "fase activa". La llamamos "activa" porque Paper Mario: The Origami King mantiene ese sistema de ataque y defensa donde un timing preciso aumenta la potencia de ambas, pero es también la fase donde debemos reconocer a los enemigos y actuar en consecuencia.

Normalmente los combates por turnos de los JRPG caen en el tedio porque nuestra participación es limitada (elegimos una acción, pulsamos el botón y vemos cómo nuestro personaje la realiza), pero Paper Mario: The Origami King nos obliga a estar pendientes en todo momento y a participar de forma muy activa

Paper Mario: The Origami King

Y es curioso, porque el núcleo jugable de los combates es el mismo desde el minuto uno hasta la hora treinta y cinco, pero logra mantener el tipo haciendo que los rompecabezas sean cada vez más difíciles e introduciendo nuevos enemigos y mezclándolos. Porque los Goombas son vulnerables a los saltos y al martillo de Mario, pero a medida que avanza la aventura, nos encontramos con enemigos como los Ninjis, contra los que el martillo no sirve de nada, o los Boos, que desaparecen rápidamente al inicio de la fase de puzle, obligándonos a memorizar su posición en el tablero de juego.

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Aun así no se libra de cierto tedio, aunque más que por la forma en que está planteado el sistema de combate, es por el diseño de ciertos enemigos. Al estar compuestos por dos fases diferentes, los combates pueden alargarse más de la cuenta, y si el enemigo al que nos enfrentamos posee una habilidad para llamar a más enemigos... Pues os hacéis una idea de lo cansino que puede resultar.

Paper Mario: The Origami King

Pero esto pasa en puntos muy concretos y, por lo general, el sistema de combate de Paper Mario: The Origami King funciona a las mil maravillas. Incluso aunque no haya recompensas demasiado suculentas de por medio, la sensación de satisfacción al lograr resolver el puzle y finiquitar a todos los enemigos en un turno con golpes precisos compensa con creces.

Ahora bien, no todo es confeti: el papel de los acompañantes en combate es anecdótico, y simplemente se limitan a realizar su ataque después del de Mario. Por otro lado, creemos que las habilidades especiales que obtenemos al derrotar a los Papelementales podían dar mucho más juego, tanto dentro como fuera del combate, pues su uso está limitado a los enfrentamientos contra jefes y a los combates por oleadas, que no son demasiado frecuentes. 

Paper Mario: The Origami King

Pero al rey (de Origami) lo que es del rey: el combate brilla con más fuerza en los enfrentamientos contra jefes, invirtiendo las tornas y planteando situaciones únicas que aprovechan de forma muy inteligente el núcleo jugable. Son un espectáculo y un despliegue de originalidad.

Menudo papelón

Esa variedad que vemos en el sistema de combate también la encontramos durante el resto del juego. De hecho, si hubiese que definir con una sola palabra Paper Mario: The Origami King, sería: variedad. Un constante derroche de ideas que parece no tener fin. El desarrollo en sí es muy similar al de los JRPG clásicos: avanzamos por el mundo a través de distintas zonas (cada una con temática propia), hablando con NPCs, visitando tiendas y explorando mazmorras donde no faltan puzles.

Pero la cantidad de situaciones distintas que se plantean, con mecánicas únicas para acompañarlas en muchos casos, es inabarcable: minijuegos de todos los tipos, plataformeo, secuencias de acción pura y dura, fases en las que se convierte en otro juego... No queremos entrar en detalles, porque gran parte de la gracia reside en dejarse sorprender por estas situaciones (esperamos que no hayáis visto demasiados tráileres...), pero os aseguramos que el desarrollo no deja de mejorar en ningún momento y jamás resulta aburrido. Cuando creemos que lo hemos visto todo, siempre se presenta algo nuevo. 

Paper Mario: The Origami King

Nos ha sorprendido bastante que es un juego en el que es fácil quedarse atascados. Hablamos de un "atascado" de la vieja escuela, esa sensación de no saber qué hay que hacer para avanzar y ponernos a dar vueltas y probar cosas hasta encontrar la solución (el ejemplo más parecido que nos viene a la cabeza son las mazmorras de The Legend of Zelda). Hacía tiempo que no sentíamos algo así y ha sido muy refrescante, la verdad.

Los escenarios también son dignos de elogio, además de por su variedad (sí, también en esto), por su interactividad. Hay multitud de elementos que reaccionan al paso de Mario... O a un buen martillazo. Y aquí es donde entran en juego los Toads: para que nos entendamos, son como los Kologs de The Legend of Zelda: Breath of the Wild, pero llevados al extremo. Hay muchísimos y siempre se esconden en lugares que os van a sacar una buena carcajada, adoptando todo tipo de formas.

Paper Mario: The Origami King

Sus reacciones cuando los encontramos son desternillantes (¡y siempre diferentes!) y es todo un puntazo el detalle de que vayan apareciendo en las gradas durante los combates y tengan reacciones distintas en función de los ataques que utilizamos.

Son coleccionables, sí, pero mientras que en otros juegos pasaríamos de ellos o los recogeríamos por inercia, aquí no podemos evitar remover hasta la última piedra para encontrarlos... porque es divertido hacerlo. Y esa es la otra palabra que define a Paper Mario: The Origami King: diversión. Diversión y variedad constantemente.

Paper Mario: The Origami King

Lo que termina de redondear el conjunto es el apartado audiovisual: estamos ante un juego con un acabado impecable y colorido que sabe aprovechar de una forma fantástica el hardware sobre el que se mueve. Y que no os engañe el que todo esté hecho de papel, porque Paper Mario: The Origami King consigue sorprender en lo visual gracias a la mezcla de materiales, combinando objetos planos, papel maché, cartón, elementos que han sido "origamizados" ganando volumen e incluso enemigos y efectos que lucen un estilo realista.

Y pese a su "simpleza" el nivel de detalle es enorme. De hecho, para resolver muchos de esos momentos de atasco de los que hablábamos antes, es necesario examinar con lupa los escenarios hasta encontrar el pliegue tras el que se esconde la puerta para avanzar.

Paper Mario: The Origami King

La banda sonora incluye varios temas muy pegadizos, lo habitual en estos juegos, pero lo que más nos ha sorprendido es su dinamismo. La canción de una ciudad cambiará a una versión marinera cuando nos acercamos al puerto, sin interrupciones, y el tema que suena en los combates también cambia de una zona a otra para reflejar el estilo del lugar donde nos encontramos. Hay un gran trabajo detrás.

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No queríamos terminar sin dedicarle unas líneas a la historia, pues incluso en ese aspecto Paper Mario: The Origami King ha logrado sorprendernos. No, no se trata de un argumento súper profundo (ni lo pretende), de hecho, es la misma historia de siempre. Es su sentido del humor lo que destaca, con infinidad de juegos de palabras, referencias al universo Mario y otras sagas de Nintendo... y alguna que otra crítica a los JRPG.

Paper Mario: The Origami King

Se ha convertido en una costumbre y hemos perdido la cuenta de las veces que lo hemos hecho, pero nunca dejaremos de alabar el trabajo de los equipos de localización y traducción de Nintendo, porque son en gran parte los responsables de esto y aquí se han vuelto a superar. 

Pero que su sencillez no os engañe: cuando es necesario, Paper Mario The Origami King nos cuela un enfrentamiento épico... o momentos emotivos. Si, emotivos; cuesta creer que un juego con personajes que hacen chistes sobre papel mojado haya logrado que derramemos alguna lágrima.

Paper Mario: The Origami King

Mario es el protagonista, pero para nosotros la gran estrella ha sido Olivia, la pequeña de origami que nos acompaña desde el principio. Dado que el fontanero se mantiene fiel a la tradición de no decir ni pío (aunque eso no quita que sea muy expresivo), todo el peso del papel protagonista recae sobre ella, y con su personalidad inocente, bondadosa y un poco tímida, ha logrado robarnos el corazón y convertirse en uno de nuestros acompañantes favoritos de esta saga.

Sabemos que las comparaciones son odiosas, pero las sensaciones que nos ha dejado Paper Mario: The Origami King nos han recordado a las mejores películas de Pixar o Studio Ghibli. Esa sensación reconfortante de haber experimentado una obra entrañable y tremendamente divertida, que siempre que nos venga a la cabeza en el futuro recordaremos con una sonrisa.

VALORACIÓN:

Un derroche de imaginación y buenas ideas, con un desarrollo muy variado en el que cada paso es una nueva sorpresa. A partir de ahora, cada vez que nos venga a la cabeza la expresión "diversión en estado puro", vamos a pensar en Paper Mario: The Origami King.

LO MEJOR:

El desarrollo, variado y sorprendente. El apartado visual, una delicia gracias a su mezcla de estilos. El sistema de combate, muy entretenido...

LO PEOR:

... aunque con algún altibajo. Si buscas un RPG, como el primer Paper Mario o La Puerta Milenaria, este no es tu juego.

Plataformas:

Nintendo Switch

Versión comentada: Nintendo Switch

Hobby

90

Excelente

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