Análisis Paradise Lost, intriga y narrativa en una realidad alternativa

El estudio polaco PolyAmorous Games nos trae una interesante propuesta dentro de una realidad alternativa: ¿y si los nazis hubiesen puesto fin a la 2ª Guerra Mundial bombardeando Europa con armas nucleares? ¿Qué habría sido de la sociedad? ¿Existiría la sociedad? La respuesta la encontramos en Paradise Lost, que está disponible desde hoy mismo en PS4, Xbox One y PC.

Pese a las similitudes con el argumento de la popular The Man in the High Castle, esta aventura narrativa va por otros derroteros y trata temas muy diferentes. Para empezar, todo el juego se desarrolla en el interior de un búnker nazi... Pero eso es sólo la punta del iceberg. Si hemos conseguido llamar vuestra atención, entonces seguid leyendo para descubrir qué nos ha parecido en nuestro análisis de Paradise Lost.

La última historia de la Tierra

Paradise Lost nos pone en los zapatos de Szymon, un muchacho de 12 años que descubre un búnker nazi mientras deambula por el páramo postapocalípto al que ha quedado reducido el corazón de Europa. Pronto descubrimos que es mucho más que un simple refugio... Y hasta aquí podemos leer.

Porque sin duda lo mejor de Paradise Lost es ir descubriendo poco a poco el argumento. Como núcleo principal tenemos la historia de Szymon, su pasado y los motivos que le han llevado hasta el búnker. Pero lo más interesante (o lo que a nosotros nos parece más interesante) es la historia del propio búnker: quién lo construyó, por qué está en ese estado, cuál es su propósito... Así que cuanto menos sepáis al respecto, mejor.

Sólo diremos que si os gustan las obras que mezclan historia real con ciencia ficción, y aventuras al estilo Bioshock (más el primero que Infinite), entonces es bastante probable que lo que vais a encontrar en Paradise Lost sea de vuestro agrado.

Ahora bien, tenemos que recalcar que se trata de una aventura narrativa. Es decir: un juego en el que nuestro cometido es explorar los escenarios, prestar mucha atención a los entornos, interactuar con objetos, leer documentos, resolver puzles ocasionalmente y tomar alguna decisión.

No hay combates, saltos ni nada por el estilo. Esto no es algo malo, pero es importante dejarlo claro porque si entráis esperando una experiencia de juego más "tradicional", probablemente os sepa a poco. Pero si os gustan los juegos que ponen todo su foco en la narrativa, entonces lo vais a disfrutar.

Y en general, en todo lo relacionado con la narrativa, Paradise Lost hace un buen trabajo. Todos los documentos y archivos que encontramos tienen algún sentido y forman parte del hilo principal, revelando aspectos importantes o dándonos un fragmento de información que tiempo después tendrá sentido.

También se hace un buen uso de la narrativa ambiental, así que si os gusta esa forma de contar historias, abrid bien los ojos. De hecho, sólo en los primeros compases, tenemos un ejemplo muy chulo en el que se mezcla la información de un documento con la narrativa ambiental con grandes resultados.

Aunque también hay ciertos aspectos de la historia que no nos han convencido demasiado, como la toma de decisiones, pues las únicas que parecen tener algún efecto son las que tienen lugar justo al final. Logra dejarnos con ganas de saber qué habría pasado si tomásemos la otra decisión... Pero al no haber selector de capítulos ni nada por el estilo, eso nos obliga a volver a pasarnos el juego desde el principio. Por suerte no es muy largo, su duración es de unas 5 horas aproximadamente, así que no se tarda mucho en llegar de nuevo al desenlace para contemplar la otra opción.

También nos ha parecido que hay varios elementos de la historia que son inexplicablemente confusos, en especial ciertas secuencias que se repiten en varias ocasiones en las que contemplamos grabaciones frente a un ordenador. Pese a que lo que vemos son grabaciones pasadas, se nos da la posibilidad de tomar decisiones dentro de la grabación... Y en ningún momento nos ha quedado claro si tenían algún efecto (lo lógico sería que no, al ser un suceso pasado... pero quién sabe).

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Y pese a ser sencillo en lo jugable, también encontramos varios aspectos mejorables. Por un lado, la velocidad de desplazamiento es excesivamente lenta; hay un botón para correr, pero la diferencia es... mínima. Entendemos que Paradise Lost es una experiencia contemplativa, pero hay veces que resulta desesperante no poder moverse un poco más rápido. Si a esto le sumamos que la primera mitad de la historia también se desarrolla de forma bastante lenta, nos encontramos con unas primeras horas de juego con problemas de ritmo.

Por otro lado, Paradise Lost es un juego muy lineal. No creemos que sea algo malo, pero la gran mayoría de escenarios apenas presentan opciones de exploración o bifurcaciones y los puzles son muy ocasionales (y sencillos), así que la mayor parte del tiempo tenemos la sensación de ir sobre raíles... Y eso no es tan bueno.

En cuanto al apartado audiovisual, una de cal y otra de arena. Si nos centramos sólo en los gráficos, Paradise Lost apenas roza el aprobado. En general, la calidad de texturas, efectos de iluminación, animaciones, etc. no es muy alta, ni siquiera para un juego de PS4 y Xbox One.... Pero al examinarlo a nivel artístico, la cosa cambia por completo.

Porque ese otro de los puntos fuertes de Paradise Lost: la dirección artística. Pese a desarrollarse en todo momento en el interior de un búnker, encontramos una enorme variedad de escenarios que reflejan aspectos muy distintos. Para que os hagáis una idea, durante las primeras horas de juego la iconografía nazi es constante: símbolos, documentos, insignias, banderas... La esvástica está por todas partes, y se pueden encontrar menciones a Hitler, comentarios sobre la superioridad de la raza aria o el desprecio hacia los judíos polacos en numerosos archivos. Por momentos, llega a resultar un tanto incómodo.

Pero como decíamos al principio, es sólo la punta del iceberg. Al avanzar en la historia el escenario a nuestro alrededor pega un giro total acorde a los descubrimientos que vamos realizando, y eso no habría sido posible sin una gran dirección artística para plasmar cada detalle en pantalla, logrando por el camino una gran ambientación. Queremos destacar por encima de todo la enorme variedad de assets diferentes, pues son los "culpables" de dar credibilidad a los escenarios. Si os gustan las artes pictóricas, vais a gozar con la gigantesca cantidad de cuadros diferentes que se pueden encontrar.

Para terminar, la banda sonora cumple sin más. No es mala, y cuando hace acto de presencia funciona bien dentro del contexto, pero no hay temas que destaquen especialmente o que vayáis a recordar después de escucharlos. Por otro lado, y pese a que llega traducido al español (con voces en inglés, alemán o polaco), la calidad de los textos es bastante irregular, con expresiones impropias del español de España o palabras que no se han traducido correctamente.