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Análisis de Salt and Sanctuary para Nintendo Switch

Análisis de Salt and Sanctuary para Nintendo Switch
Análisis de Salt and Sanctuary para Nintendo Switch. Tras su paso por PS4, PS Vita y PC, la obra de Ska Studios trae a la consola híbrida lo más parecido que se puede encontrar a Dark Souls 2D.

Con tan solo unos meses de diferencia, hemos asistido al lanzamiento de numerosos juegos 2D de gran calidad que comparten un buen número de elementos: plataformas, acción, elementos RPG, nivel de dificultad desafiante y, sobre todo, estar inspirados en mayor o menor medida por Dark Souls (siendo justos, ¿qué juego actual no tiene una pizca de Souls?).

Por un lado, el pasado junio llegó por fin a Nintendo Switch el magistral Hollow Knight (que, además, hoy recibe su última actualización gratuita, Godmaster), y hace escasos días hemos sido bendecidos con el no menos magistral Dead Cells, así como con Death's Gambit, que ha llegado a PS4 y PC tras varios años poniéndonos los dientes largos.

Análisis de Dead Cells para Nintendo Switch

Y si a eso le sumamos juegos de corte similar que también se han lanzado recientemente, como Chasm, Inconoclasts, La-Mulana 2 o Guacamelee! 2 (¿habéis leído nuestro análisis?), no sería descabellado afirmar que 2018 está siendo uno de los mejores años para los amantes de las plataformas 2D y el género metroidvania.

Con semejante vorágine, era inevitable que algún juego pasase desapercibido, como ha sido el caso de Salt and Sanctuary. La obra de Ska Studios (un pequeño estudio afincado en Seattle y compuesto únicamente por dos personas, James Silva y Michelle Juett Silva) se lanzó originalmente en 2016 para PS4, PS Vita y PC, y aunque en Hobby Consolas no le hicimos demasiado caso (perdón), se ganó el beneplácito de los fans de la obra de FromSoftware.

Porque, en esencia, Salt and Santacury es lo más parecido a un Dark Souls 2D que nos podemos echar a la cara... Y eso se puede considerar un cumplido y una crítica, todo en uno. En nuestro análisis de Salt and Sanctuary para Nintendo Switch os contamos por qué, y hablamos sobre cómo ha quedado la versión para la consola híbrida.

Prepárate para morir (en 2D)

En Salt and Sanctuary exploramos un mundo enorme y abierto, compuesto por distintas biomas conectadas a través de atajaos muy inteligentes. Un mundo de fantasía oscura, habitado por zombies, dragones, caballeros y toda clase de criaturas y personajes enigmáticos. Combatimos usando un sistema que premia la paciencia por encima de los ataques a lo loco, y donde el bloqueo, la esquiva y la gestión de estamina juegan un papel capital. Podemos dejar mensajes que se mostrarán en el mundo de otros jugadores y, al morir, queda atrás una tumba que muestra nuestros últimos momentos en vida.

Salt and Sanctuary

Morir es habitual en Salt and Sanctuary, pero al hacerlo tenemos la oportunidad de volver al lugar donde caímos para tratar de recuperar nuestras sales (la moneda de cambio para subir de nivel). Y la historia se narra de forma muy sutil, desechando las extensas escenas de vídeo en favor de diálogos y descripciones que nos permiten descubrir el lore de su universo.

Como ya os habréis dado cuenta, si en esos dos párrafos cambiamos Salt and Sanctuary por Dark Souls, no pasaría absolutamente nada. Ahora bien, tratar a la obra de Ska Studios como una copia burda del juego de FromSoftware sería muy, muy injusto. Especialmente porque el hecho de que se desarrolle en 2D ya es un aspecto diferenciador enorme, que hace que pese a que ambos tengan una base idéntica, las sensaciones puedan ser muy distintas.

Salt and Sanctuary

Echemos un vistazo al mundo, por ejemplo. Al ser de estilo 2D, la verticalidad gana enteros y el diseño de niveles, complejidad, encontrando en todos los escenarios salientes, plataformas y todo tipo de lugares elevados a los que saltar. Porque, sí, en Salt and Sanctuary hay un botón de salto, que usaremos a menudo tanto para explorar como al combatir (más sobre esto en un momento). El hecho de que se desarrolle en 2D también contribuye a enfatizar la ya de por sí opresiva atmósfera del juego.

El mejor ejemplo que se nos ocurre para describir esto es Metroid 2: la sensación al descender hacia las profundidades del planeta SR388, dejando atrás poco a poco esa nave que representaba un lugar seguro, es muy similar a lo que consigue Salt and Sanctuary cuando exploramos una zona nueva y notamos que el último santuario donde descansamos está cada vez más y más lejos.

Salt and Sanctuary

Para aprovechar aún más el plano 2D, Salt and Sanctuary también toma prestados elementos del género metroidvania, incluyendo habilidades que nos permiten acceder a zonas nuevas (doble salto, dash aéreo... Ya sabéis). Los elementos metroidvania encajan a la perfección con los souls-like, casi como si hubiesen sido diseñados para estar juntos, pero el acierto de Ska Studios en su implementación logra que, por momentos, tengamos la sensación de estar jugando a una secuela bastarda del excepcional Castlevania: Symphony of the Night.

El combate también se ve beneficiado por este "paso" a las 2D, porque además de todos los elementos que podríamos esperar ver en un juego de FromSoftware, se han incluido combinaciones. Por ejemplo, al usar una espada, con dos ataques ligeros y uno fuerte realizamos un combo que manda a los enemigos y a nuestro personaje por los aires, donde podemos seguir atizando... O finalizar con un poderoso golpe en caída. Sumadle a esto las habilidades de desplazamiento, como el salto o el dash aéreo, y el resultado es un sistema de combate ágil, divertido y visceral (las ejecuciones son particularmente violentas), pero que mantiene ese puntito estratégico de Dark Souls, que invita a pensar y a no perder de vista la barra de estamina.

Salt and Sanctuary

Especialmente durante los combates contra jefes, donde pocas veces es posible el tankeo. Salt and Sanctuary nos obliga, a base de muertes, a memorizar los patrones de ataque enemigos y a saber encontrar las ventanas en las que bajan la guardia. También es cierto que esto, en el plano 2D, incrementa la sensación de que juego es injusto (sobre todo cuando quedamos atrapados entre un enemigo y una pared), pero eso no aplaca las ganas de volver a intentarlo.

Y a eso contribuye un pequeño cambio que Ska Studios se ha permitido respecto a la fórmula Souls: al morir, nuestro personaje no deja un charco de almas; en su lugar, el enemigo que nos derrotó absorbe las sales que llevábamos (si caemos por un precipicio, morimos a causa de una trampa, etc. se genera uno nuevo), así que para recuperarlas hemos de derrotarlo. Esto añade una tensión extra y, en el caso de los jefes, nos invita a intentar derrotarlos una y otra vez para que toda esa preciosa cantidad de sales no se pierde en el olvido.

Salt and Sanctuary

Otro cambio que sienta muy bien, y que se agradece aún más en la versión de Nintendo Switch, es el multijugador. Como recordaréis si jugasteis al original, en Salt and Sanctuary el multijugador cooperativo/competitivo sólo es posible de forma local. Ofreciendo el ídolo del Mercenario de piedra en un santuario un segundo jugador se puede unir a la partida, lo que en la práctica significa que es posible completar Salt and Sanctuary de principio a fin entre dos jugadores.

Y os aseguramos que es tremendamente divertido jugar de esta forma a un título semejante, especialmente en una consola como Switch, que fue concebida con esa idea en mente. Eso sí, al ser un juego que hace uso de todos los gatillos, necesitaréis otro par de Joy-Con (o un mando Pro) para disfrutar del multijugador. Pero la experiencia lo merece.

Lo único que podemos echarle en cara a Salt and Sanctuary, además de que obviamente no es el juego más innovador del mundo, es que en lo audiovisual resulta muy poco atractivo. La banda sonora cuenta con pocos temas memorables, y el diseño de personajes y enemigos resulta excesivamente tosco. 

Salt and Sanctuary

Esto no deja de ser algo puramente subjetivo, y seguro que habrá quien sepa apreciar estos diseños, pero al compararlo con títulos tan recientes en la memoria como los mentados Hollow Knight o Dead Cells, Salt and Sanctuary palidece en ese apartado. De hecho, su principal problema es que lanzarse junto a estos dos titanes evidencia sus problemas y hace que sus virtudes destaquen menos.

Pero que no os quepa la menor duda: si estáis buscando algo similar a un Dark Souls 2D, a un nuevo Castlevania (¡o a ambos!), o si queréis un juego con una atmósfera, diseño de niveles y sistema de combate que os enganche durante cientos de horas... Salt and Sanctuary es una de las mejores opciones que podéis encontrar ahora mismo en la eShop.

Salt and Sanctuary

VALORACIÓN:

Si Dark Souls y Castlevania tuviesen un hijo 2D, probablemente se llamaría Salt and Sanctuary. Puede que no sea el mayor ejemplo de originalidad, pero Ska Studios ha unificado con acierto lo mejor de ambas sagas, logrando un vástago que nos agarra con fuerza y facilidad para no dejarnos escapar.

LO MEJOR:

El sistema de combate. La ambientación. El multijugador cooperativo/competitivo local.

LO PEOR:

La innovación no es su punto fuerte. A nivel audiovisual no destaca demasiado.

Plataformas:

Nintendo Switch,

PS VITA,

PC,

PS4

Versión comentada: Nintendo Switch

Hobby

80

Muy bueno

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