Análisis de Sniper Ghost Warrior 3 para PS4, Xbox One y PC

Tan sorprendente como un disparo a la cabeza desde más de 500 metros, con viento racheado y con el blanco en movimiento. Así es este análisis de Sniper Ghost Warrior 3. El pequeño estudio Ci Games ha sabido hacer crecer esta franquicia, hasta conseguir un juego bélico enorme, que arrastra algunos fallos técnicos, pero que hemos disfrutado mucho. Y la clave, como corresponde a un juego de francotiradores, está en su mecánica de disparo. 

Pero antes de empuñar el rifle, pongámonos en situación. En Sniper Ghost Warrior 3 nuestro papel es el de Jonathan North, un tirador de los marines de los EE.UU. de misión en Georgia. ¿Convencional? Puede que lo parezca, pero esta historia se va complicando con elementos muy interesantes: las referencias al hermano de Jon (desaparecido en combate en la misma zona) la agente Lydia, con la que mantenemos una tormentosa relación, y nuevas facciones que se suman al enfrentamiento contra los rebeldes georgianos.Y todo salpicado con una serie de flashbacks, en que recordamos nuestra infancia en Colorado. 

No es ninguna revolución en el género bélico y de espionaje, pero se agradece que vaya más allá de una típica historia de buenos y malos en que un soldado es capaz de arrasar con un ejército enemigo. 

Un disparo, un muerto

Este argumento enriquece un desarrollo típico de sandbox: tenemos libertad para movernos por unos escenarios enormes (a pie o conduciendo nuestro todoterreno) y cumplir pequeñas misiones, como recoger coleccionables, eliminar a los más buscados, recorrer minas con un dron o liberar rehenes, mientras progresamos por los cuatro actos de la campaña. Son estas misiones de la campaña donde el juego "se luce" y nos permite actuar como auténticos guerreros fantasma.

La labor del francotirador no se limita a entrar en un emplazamiento enemigo y acabar con todos los centinelas. Primero tenemos que recorrer los alrededores en busca de un buen nido, trepando y siguiendo rastros con ayuda de la visión de explorador . Después -con la ayuda de un dron- podemos "localizar" a los enemigos y dejarlos marcados, como en Metal Gear Solid V. Y, siempre sin delatar nuestra posición, acabar con ellos de un disparo preciso.

La mecánica de los disparos es perfecta. Tenemos que calcular la distancia al objetivo, y regular la óptica para que no haya apenas desvío. Después, se corrige la trayectoria atendiendo a la dirección del viento, aguantamos la respiración para que no se mueva la mira, y apretamos el gatillo. Si todo ha salido bien, podremos contemplar el efecto de la bala en una espectacular killcam a cámara lenta, que recuerda a la utilizada en Sniper Elite 4 aunque sin visión rayos x. 

Si os parece demasiado complicado, se pueden activar distintas ayudas de tiro e indicadores, pero el juego se disfruta muchísimo más si nos olvidamos del radar y de los indicadores, y tratamos de jugar como si fuésemos un auténtico miembro de las fuerzas especiales, que se la juega en cada disparo.  

Libertad para matar

Podemos complicarnos las operaciones tanto como queramos, la libertad de acción es sorprendente en este FPS. La misma misión se puede cumplir infiltrándonos y matando a nuestros enemigos por la espalda (hay que esconder el cadáver para que no lo encuentren sus compañeros) o empuñando un fusil de asalto y plantando batalla a los rebeldes georgianos, que son bastante duros. Dependiendo de nuestra forma de jugar, iremos consiguiendo puntos de experiencia con los que desbloquear distintos perks en las categorías francotirador, fantasma o guerrero. 

Y las recompensas no acaban aquí: también podemos conseguir bienes comerciales y piezas electrónicas para fabricar nuevos tipos de munición o desbloquear armas y equipo en nuestro piso franco. Cualquier ayuda que consigamos es poca, porque Sniper Ghost Warrior 3 trata de ser "realista" en muchos aspectos: no se recupera vida a menos que utilicemos objetos, como analgésicos e inyecciones de adrenalina, y hay una barra de resistencia que nos limita a la hora de correr o aguantar la respiración. 

Sobre el papel, Ghost Warrior 3 nos brinda una experiencia bélica muy completa, con partes de estrategia, momentos de acción y la posibilidad de tunear nuestro equipo con mimo (cambiando la munición, la óptica, el camuflaje de las armas o accesorios como linterna o bípode). Y cuando "nos metemos" en el juego, la verdad es que lo hemos disfrutado muchísimo. 

Pero también tenemos cierta sensación de que lo hemos visto todo. El asalto a una central energética, el "matadero" o la gasolinera son sólo alguna de las localizaciones que parecen copiadas de los Metal Gear o Call of Dutyde los últimos años. Hasta los giros argumentales parecen previsibles después de haber disfrutado de otras sagas de guerra moderna.

El entorno, la antigua Unión Soviética, tampoco es nuevo, pero al menos permite recrear zonas rurales, bosques y cumbres nevadas junto a los típicos bloques de viviendas, como cajas de cerillas, tan comunes en Europa del Este.

Puntos débiles técnicos

Este tirador tiene un punto débil: un apartado técnico que falla en muchos aspectos. El uso del motor Cry Engine (desarrollado por Crytek) no garantiza que nos encontremos con gráficos de calidad. Los tres escenarios son grandes y tienen elementos muy detallados (con una buena iluminación) pero tienen que convivir con unos modelos de personajes que parecen de la generación anterior (sin detalle y con animaciones torpes). Los tiempos de carga son larguísimos, la compresión de los vídeos es muy pobre y las caídas en la tasa de FPS son frecuentes.

Hay otros errores, como el clipping, las texturas que tardan en cargar o un control de vehículos demasiado tosco, pero se pueden perdonar, porque no afectan mucho a nuestra experiencia. 

Lo peor de todo es que nos hemos tenido que enfrentar a bugs que dejaban el juego colgado y nos obligaban a repetir la misión completa, o a fallos de traducción (Sniper Ghost Warrior 3 está en inglés con subtítulos en castellano). Son tantos que estropean la impresión general del juego, y nos dan una idea de que se ha lanzado precipitadamente, aunque se ha retrasado en un par de ocasiones. Quizá los parches posteriores al lanzamiento vayan resolviendo estos elementos. 

Como fan del género, he disfrutado de algunos disparos épicos con Ghost Warrior 3. Su planteamiento "open world" y todas las piezas de equipo que pone a nuestra disposición, nos dan la posibilidad de jugar como queramos. Algunos momentos de la campaña, como el nivel de la boda, el laberinto o el matadero rompen la sensación de monotonía que podíamos tener con misiones más "convencionales" y nos hacen disfrutar cada vez que apretamos el gatillo. Pero parece evidente que el juego se ha lanzado con algunos aspectos inacabados.  

Desde luego, Ghost Warrior no es un juego para todo el mundo, pero si ponéis un poco de vuestra parte (y subís la dificultad al máximo) os garantizamos momentos tensos y divertidos con este FPS desarrollado por Ci Games.