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Análisis de Sonic Labyrinth

Análisis de Sonic Labyrinth
3DS continúa recuperando las aventuras de Sonic en Game Gear. Esta vez hemos de ayudar al erizo a escapar de un laberinto en uno de los juegos menos recordados de la portátil. Y es por algo...

El doctor Robotnik (vaaaaale, Eggman) ha tendido una trampa a Sonic. El muy ladino le ha hecho ponerse unas zapatillas que lo ralentizan y lo ha encerrado en un laberinto. El erizo tiene que encontrar las Esmeraldas del Caos para recuperar su velocidad, así que le toca encontrarlas en estos extraños entornos.

Isométrico y poco supersónico

Sonic Labyrinth se adelantó a aquel polémico Sonic 3D en un año (salió a finales de 1995), pero su planteamiento jugable es bastante parecido. Todos los escenarios se presentan en perspectiva isómetrica y no podemos correr o saltar. Nuestras alternativas son caminar muuuuy despaaaaacio o usar el ataque spin dash (es decir, "transformarnos" en bola y salir disparados. La mejor alternativa es usar este último constantemente, pues apenas tenemos un par de minutos para superar cada nivel.

Análisis de Sonic Labyrinth

Visitamos cuatro mundos, divididos a su vez en cuatro niveles. Los tres primeros niveles de cada mundo se basan en la exploración. El cuarto incluye una especie de fase de bonus en la que caemos por una rampa mientras recolectamos anillos (ojo, también hay trampas). Tras ella, nos enfrentamos al jefe final de turno, que custodia una esmeralda. Son bastante sencillos de derrotar, pero si os hacen perder una vida os tocará volver a superar la fase de bonus correspondiente antes de enfrentaros a ellos. Vamos, un rollo.

¿Y en qué consisten los niveles de exploración? En cada uno de ellos hemos de encontrar tres llaves que desbloquean la salida del laberinto, antes de que el crono llegue a cero. Por el camino encontramos molestos enemigos que, si nos tocan, nos hacen perder las llaves. Si no teníamos ninguna, hacen bajar más rápido nuestro crono. Eliminarlos nos otorga 5 segundos extra, pero es mejor pasar de largo y punto. Hay items en forma de flechas de colores. Según el momento en que los toquemos, obtendremos ventajas como más velocidad (¡hurra!) o tiempo. También hay muchas puertas que nos llevan a otro punto del escenario. El problema es que algunas de ellas son engañosas. Me explico: si estamos en el punto A y atravesamos una puerta, llegamos al punto B. Pero si volvemos sobre nuestros pasos y pasamos por esa puerta desde el punto B, llegamos al punto C, en vez de regresar al A. ¡Trampa, trampa!

Análisis de Sonic Labyrinth

La duración es otro punto en contra del juego. Superarlo no roba más de una hora, aunque es verdad que hay un nivel secreto y contamos con un modo Time Attack para superar nuestros tiempos.

Vistoso, pero... ¿sabroso?

A nivel gráfico, el juego sigue siendo resultón incluso hoy el día. Sonic está animado de forma competente, hay mucho colorido y la sensación de tridimensionalidad es buena, lo que contrasta con lo lento que se mueve todo. El sonido no es nada del otro jueves: las melodías son simpáticas, pero se repiten a lo largo de los niveles. El efecto de sonido del spin dash se vuelve irritante, sobre todo porque hemos de ejecutarlo cada dos por tres. Pero no es nada que no existiera ya en el original de Game Gear.

Como en el resto de las adaptaciones que está lanzando Sega para 3DS (Sonic Triple Trouble, Dragon Crystal o Shinobi han sido las primeras), se han añadido opciones, como la de salvar la partida (sólo hay un slot) o modificar cómo vemos el juego. Aunque existe la opción de hacerlo "punto por punto" (en la resolución original) con un gracioso marco de Game Gear, la enanez de lo mostrado os hará optar por la imagen estirada para no quedaros cegatos. Por cierto, para los que lo duden: este juego no es compatible con en el modo 3D de la consola, aunque sí muestra el marco con relieve cuando seleccionamos el "punto por punto".

Y así damos por concluido el análisis de un juego que no emocionó en 1995 y sigue sin hacerlo en 2012. Sonic y su carisma levantan un poquito el desarrollo de un título simplote y poco atractivo, que tendrá algo de público entre los niños. Y bueno, sólo vale 4 euros. El precio es razonable. Ahora, si me disculpáis, voy a santiguarme, tomar aire y comenzar a exprimir Sonic 4 Episode II...

VALORACIÓN:

Parte de una idea equivocada: provocar que Sonic no sea rápido. Un diseño de niveles más atractivo podría haber paliado el problema, pero no es el caso. Aún así, los chavalines lo encontrarán entretenido.

LO MEJOR:

Mantiene el tipo visualmente. Por mucho que lo ralenticen, Sonic siempre será molón.

LO PEOR:

Demasiado parsimonioso, demasiado torpe. En menos de una hora os lo podéis "ventilar".
Hobby

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