Análisis de Xenoblade Chronicles 2 para Nintendo Switch

Xenoblade Chronicles 2 es un juego clásico en muchos aspectos. Hemos dedicado interminables horas al título de Monolith Soft para realizar este análisis, y lo hemos disfrutado enormemente. Su secreto está en una excepcional adaptación de las mecánicas, los personajes y las situaciones típicas de los juegos de rol japoneses. Puede que Xenoblade no sea tan popular como las sagas Tales of, Final Fantasy o Star Ocean, pero el juego de Nintendo Switch (la tercera entrega tras Xenoblade Chroniclesde Wii yXenoblade Chronicles X de Wii U) no tiene nada que envidiarles. ¿Su secreto? Pues que al frente del estudio Monolith se encuentra Tetsuya Takahashi, cuyo trabajo hemos disfrutado en Chrono Trigger, Final Fantasy VI o en Xenogears.

En un resumen muy rápido, Xenoblade Chronicles 2 es un J-RPG de mundo abierto, con combates híbridos (entre un sistema de turnos y lucha en tiempo real) y un apartado visual inspirado en el anime. El mundo de Alrest, en que transcurre nuestra aventura, es único: se trata de un mar de nubes por el que navegan gigantescos titanes. Cada titán es como una provincia (con una ambientación única) que ha sido colonizado por diferentes especies. Hay de todo: Mor Ardain, en que se sitúa la capital del imperio, Uraya, que alberga un reino pantanoso en su interior o Gormott, que carga con enormes praderas en su espalda.... para que os hagáis una idea, la sensación que tenemos al pasear por los titanes, poblados de criaturas monstruosas nos recuerda a nuestra llegada al Gran Paals en Final Fantasy XIII. 

Es un mundo extraordinario, bello y repleto de vistas sobrecogedoras pero que se encuentra en decadencia. Ya desde los primeros compases descubrimos que los titanes se están hundiendo, y que nuestra última esperanza está en alcanzar el Elysium (una especie de paraíso en la copa de un árbol mastodóntico) antes de que se produzca el colapso.

La historia de Rex en Xenoblade Chronicles 2

Nosotros controlamos a Rex, un jovencísimo buzo que se dedica a recuperar tesoros perdidos bajo el mar. Seguro que no os lleváis ninguna sorpresa si os decimos que muy pronto se embarca en una aventura mucho más grande, que le llevará a descubrir todo su potencial... porque Rex es un piloto, lo que significa que puede utilizar armas especiales (los blades) para combatir. Los blades son personajes en sí mismos, que desarrollan un vínculo con sus pilotos, y que tienen diferentes niveles de poder. y ¡oh, sorpresa! Pyra -el blade de Rex- es una égida, es decir, uno de los más poderosos. 

Baste decir que la relación de Rex y Pyra (y su evolución Mythra) es además uno de los elementos más profundos del argumento. Y que salta con agilidad entre momentos dramáticos y otros con un sentido del humor un poco "tontorrón" pero que funciona a las mil maravillas.    

Este planteamiento general no va a sorprender a ningún fan del género, pero la virtud de Xenoblade Chronicles 2 está en las historias más pequeñas que se desenvuelven mientras avanzamos en el argumento principal. Y hay muchísimas. Cada uno de los héroes que se une al grupo, carga con su propia trama, y en cada titán que visitamos encontramos nuevos arcos argumentales, que le dan al juego mucha profundidad. Aunque dejemos a un lado las misiones secundarias, nos esperan más de cincuenta horas de aventuras frente a nuestra Nintendo Switch.

De vez en cuando nos hemos encontrado con "cuellos de botella" (enfrentamientos contra pilotos rivales de alto nivel, puertas que no se abren hasta que conseguimos una habilidad...) que nos obligan a "farmear", es decir, a pasear por la zona, enfrentándonos a criaturas más pequeñas y recogiendo tesoros con los que mejorar. Por suerte, los combates son otro de los puntos fuertes del juego.  

El sistema de combate

Ya hemos mencionado que el sistema de lucha en Xenoblade Chronicles 2 es híbrido, pero ¿cómo funcionan los enfrentamientos? Rex -y sus dos compañeros- atacan de manera automática, mientras nos movemos libremente por el área de combate. Podemos llevar equipados hasta tres blades, y cada uno de ellos nos permite realizar tres golpes especiales, llamados artes, que tienen efectos adicionales sobre los enemigos, como derribarlos, quitarles la protección o arrancarles pociones curativas. Estos artes sólo están disponibles después de conseguir golpear al enemigo varias veces, y se "rematan" con un cuarto ataque especial, en que hay que pulsar los botones en el momento adecuado para causar efectos devastadores. 

Podemos cambiar de blade cada cierto tiempo (una barra de energía nos  indica las armas disponibles) encadenar ataques especiales con los blades de otros personajes y revivir a los compañeros de forma limitada... y antes de todo, tenemos la posibilidad de configurar el orden en que aparecen los blades y el rol de cada personaje (ataque, defensa o curación). Como veis, se trata de un sistema complejo, que requiere cierto aprendizaje pero que nos da infinidad de opciones estratégicas. Lo mejor es que por muchas horas que le hayamos dedicado, los enfrentamientos siguen siendo desafiantes. 

La cosa se complica aún más cuando tratamos de evolucionar los personajes y conseguir nuevos blades. Rex y sus compañeros (Nia y Tora) reciben puntos de experiencia con cada combate ganado, como corresponde al género, y así suben de nivel y mejoran sus características básicas. Por otro lado se ganan puntos de afinidad, que desbloquean habilidades adicionales -de forma automática en los blades y "comprándolas" en los pilotos- y por supuesto, podemos modificar sus armas, con chips de desarrollo y equipo. 

Cada blade tiene su propio sistema de evolución independiente del personaje, y por si no fuera suficiente, hay blades sintéticos como Poppi alpha, que necesitan piezas y manuales para mejorar. No dejéis que os asuste, porque en el primer tramo es fácil olvidarse de alguna de estas opciones, pero el sistema "nos obliga" a sacarle el máximo partido a los personajes. 

Posibilidades interminables

Posiblemente Xenoblade Chronicles 2 para Nintendo Switch sea el juego más grande -en cuanto a posibilidades- que hemos disfrutado en los últimos meses. Tanto que abruma. A todo lo anterior hay que unir la posibilidad de crear nuevos blades vinculando núcleos que encontramos por el escenario, participar en minijuegos de estilo 8 bits, mandar a nuestros blades a cumplir misiones Merc Merc mientras nosotros seguimos con la historia principal, cazar criaturas únicas, cocinar (el minijuego de moda tras Final Fantasy XV y The Legend of Zelda Breath of the Wild)... casi parece un parque temático para los fans más acérrimos del J-RPG. Lo malo es que tantas opciones pueden hacer que la trama principal se desdibuje en algunos momentos. 

El apartado técnico fue uno de los asuntos más controvertidos, cuando se mostró el juego por primera vez. Xenoblade Chronicles 2 combina unos personajes de estilo anime, bastante expresivos, con criaturas y escenarios más realistas (en la línea de los dos juegos anteriores). Es verdad que puede haber perdido algo de "personalidad", pero se muestra muy sólido, y como hemos mencionado antes, con unos entornos espectaculares. 

El apartado sonoro también merece una mención especial. Por un lado, tenemos unas melodías impecables: 120 temas compuestos por Yasunori Mitsuda, ACE, Miramatsu y Kiyota que saben recoger la épica del juego y recorren todos los estilos musicales, desde algo más rockero a temas corales. Y por otro tenemos el doblaje en inglés, con subtítulos en castellano, que es más bien "regulero". Por suerte, desde el primer día -y de forma gratuita- podemos descargar las voces originales en japonés. 

Consideraciones finales

Xenoblade Chronicles 2 es un grandísimo juego de rol, que quizá haya caído en la trampa de ser "demasiado fiel" a su propia raíz. Los esquemas del J-RPG están presentes en todo momento, y esto provoca que se pierda algo de sorpresa. Por otro lado, seguro que eso es algo que los jugadores "hardcore" agradecen. Es larguísimo, está lleno de opciones y nos ofrece un viaje por un mundo maravilloso, a la espalda de los titanes, como nunca habíamos visto. 

En Nintendo Switch se agradece la posibilidad de poder jugarlo en cualquier parte, aunque no le saca partido a las características únicas de la máquina. Lo más recomendable es jugarlo en el dock, para poder ver bien toda la información que aparece en pantalla durante los combates (que no es poca). Es un juego brillante, en cualquier caso, que completa un año excepcional en cuanto a lanzamientos exclusivos para la nueva consola, aunque no sea "para todos los públicos".