Análisis de Yakuza Kiwami 2 el remaster para PlayStation 4

Sega continúa dándonos la oportunidad de recuperar la saga Yakuza en PS4. Durante los últimos años hemos disfrutado de Yakuza 0 (una precuela del original) Kiwami, que era un remaster del primer juego para PS2 y Yakuza 6 The Song of Life, la última -y más redonda- entrega de estas aventuras protagonizadas por la mafia japonesa. 

Análisis de Yakuza 6 Song of Life

Yakuza Kiwami 2 es una versión remasterizada (con gráficos mejorados, minijuegos adicionales y algunas mecánicas extra) del segundo juego, que se lanzó en PS2 en 2006. Esta nueva versión apareció en 2017 en Japón, y ahora llega a nuestras tierras con voces en Japonés y textos en inglés. Pero no dejéis que el idioma os eche para atrás, porque sigue siendo una excepcional aventura, con toques de "sandbox", una historia de cine negro y personajes muy sólidos.

 El regreso del dragón de la familia Dojima

Un año después de lo ocurrido en Yakuza, Kiryu trata de abandonar la vida criminal -no será la única vez en toda la saga- pero el enfrentamiento con el clan Omi le obliga a ponerse de nuevo al frente de su "familia" para negociar una alianza. Para ello, debe viajar a Osaka y reunirse con la organización rival, pero las cosas se tuercen y su visita desemboca en un enfrentamiento contra el dragón de Sotenbori, Ryuji Goda, que ha tomado el control de la alianza Omi. 

Yakuza Kiwami 2 arranca en el cementerio, frente a las tumbas de Nishiki, Yumi y Shintaro Kazama, lo que nos permite recordar todos los eventos que tuvieron lugar durante el primer juego (de un modo opcional). Así, cualquier jugador que no esté familiarizado con los personajes o la estructura del clan Tojo en unos pocos minutos se puede "poner al día". Es un resumen exhaustivo, narrado en primera persona por el propio Kiryu y que revela la profundidad de la saga. 

Análisis de Yakuza 0

También es un modo de que recordemos los lugares más relevantes de Kamurocho, ese reflejo del barrio de Kabukicho (el real está en Shinjuku, Tokio) dominado por las mafias asiáticas, y de que recuperemos el cariño por la pequeña Haruka o el respeto por el detective Makoto Date.  

En general, la historia está un poco por debajo de lo que hemos visto en las últimas entregas, pero el hecho de que se introduzca a un rival a la altura de Kiryu, el propio Ryuji Goda, le dota de suficiente atractivo (y también descubrimos la relación romántica entre Kazuma y la detective Kaoru Sayama). Además, es el mejor modo de que quienes se han subido al tren de esta saga con retraso puedan disfrutar de la historia al completo. Tampoco le falta un sentido del humor my particular, que rompe con el tono de un modo excéntrico (en particular en misiones secundarias como cuando Kiryu posa para un fotógrafo en ropa interior o tenemos que rescatar mascotas). 

Kiwami 2 cuenta además con una nueva campaña, protagonizada por Goro Majima, que se desbloquea a partir del capítulo 5 y que se juega de manera independiente, desde el menú principal. No es tan profunda y larga como la principal, pero es uno de los mejores añadidos de la versión Kiwami. Goro Majima, el perro salvaje de Shimano lucha con más agilidad que el propio Kazuma, y además puede invertir su dinero en regalos o a través de los cajeros automáticos para que lo recojamos en el modo "normal". Sin embargo, no puede subir de nivel ni ganar nuevas habilidades. 

Exploración y combate

El desarrollo no varía respecto a las entregas previas. En Yakuza debemos investigar como lo haría un auténtico mafioso: pateando las calles de Kamurocho y de Sotenbori (los bajos fondos de Osaka, en Kansai) y hablando con todo tipo de personajes, cumpliendo recados, y cuando las cosas se pongan feas, solucionando las disputas con los puños. 

Esta combinación de exploración y combates está salpicada por multitud de secuencias narrativas (con un tono muy cinematográfico) y con incontables actividades adicionales. En total el juego cuenta con 52 minijuegos, 76 misiones secundarias, objetos coleccionables, distintas comidas que podemos probar... casi las mismas posibilidades que tendríamos paseando por estas calles de Japón. 

Análisis de Yakuza Kiwami

En cuanto al sistema de combate, volvemos a encontrarnos con la herencia de Virtua Fighter y Shenmue, que se vierte sobre peleas callejeras en que además de las artes marciales se pueden utilizar armas y objetos del escenario. Sin embargo, la saga ha dado un paso atrás, ya que no se ha recuperado el sistema de Yakuza 6 y Yakuza Kiwami que nos permitía cambiar de estilo en medio de una pelea. 

En cualquier caso, los combates son ágiles, y podemos terminarlos con espectaculares movimientos finales. En general, sólo se nos pondrán un poco cuesta arriba cuando nos veamos las caras con los jefes finales.  

Yakuza también incorpora un sistema de progresión que nos permite desbloquear nuevas habilidades y aumentar fuerza y resistencia, del mismo modo que podemos equipar diferentes complementos -desde pulseras a chalecos antibalas- para obtener propiedades especiales. 

Un despliegue de cultura japonesa

Yakuza Kiwami 2 utiliza el Dragon Engine desarrollado por SEGA; que ya hemos visto en el primer Kiwami y en Yakuza 6 Song of Life, y que permite entornos detallados, rostros muy expresivos y un reflejo inconfundible de las calles de Tokio y Osaka. Las animaciones resultan un poco toscas, pero los modelos de  personajes son muy variados y la iluminación (diurna o nocturna, pero sin un ciclo completo) es estupenda. Como en la sexta entrega, podemos pasar de tercera a primera persona durante las fases de exploración, lo que nos hará sentirnos aún más inmersos en este mundillo. 

Todos los Yakuza comparten un amor exquisito por la cultura mafiosa de Japón. Si conocéis las películas clásicas como Kanto Wanderer o Battles Without honor and Humanity (de Kinjji Fukasaku) e incluso las más modernas que ha dirigido Takashi Miike, seguro que reconocéis el acento con que hablan estos matones, el tratamiento como "aniki" de sus compañeros, el estilo de vestir y las armas que utilizan.

Del mismo modo,  nos impresiona la decoración de los interiores, los gestos y la compleja estructura de clanes y familias. En un nivel más sencillo, hasta las bebidas que consumen, los platos que se sirven en cada restaurante y las formas de divertirse demuestran un impecable trabajo de localización, como no hemos encontrado en ningún otro título.

Cuando visitéis Kabukicho (o si ya lo habéis hecho) seguro que os sorprende poder guiaros por las mismas calles, encontrar los mismos locales e incluso el mismo tipo de gente paseando por sus aceras.

Los minijuegos

Como ya hemos mencionado antes, Yakuza destaca por la cantidad de actividades que podemos realizar durante nuestras investigaciones. Lo más llamativo, de nuevo, es la posibilidad de entrar en los salones recreativos Club Sega para jugar a conversiones perfectas de Virtua Fighter 2 y Virtual ON o tratar de conseguir premios en los UFO Catcher.

Otros juegos que regresan de las entregas anteriores son el karaoke, los dardos, el Mahjong o las cartas. Y en la mayoría de ellos podemos encontrar rivales de dificultad creciente. Pero también podemos entretenernos gestionando nuestro propio cabaret; el fichaje de las camareras, mantener contentos a los clientes y participar en un Grand Prix en que competimos con otros locales similares resulta muy entretenido. Todavía más subido de tono es el juego de azafatas, en que tenemos que fotografiar a modelos (con secuencias de vídeo real) en poses picantes. 

Y por último, también regresa el creador de clanes de Yakuza 6, un juego de estrategia en tiempo real (desde una perspectiva aérea) en que nuestra banda se enfrenta a otros grupos mafiosos. En general, podemos alargar nuestra aventura (que supera las veinte horas de duración) cuanto queramos. 

Una aventura redonda

Si bien ya hemos mencionado que todas las virtudes de Kiwami 2 se encuentran en otros Yakuza (y que el idioma puede resultar un handicap para algunos jugadores), nos parece que la aventura de Sega es redonda. El argumento está bien entrelazado, los combates son emocionantes y el apartado técnico renovado le sienta de maravilla. Por no hablar de la cantidad de minijuegos adicionales. Aunque os hubiera pasado desapercibido hasta ahora, merece la pena sumergirse en la saga de estos personajes, y conocer casi como si estuviéramos allí, como funciona esta organización criminal, una de las más despiadadas, pero también de las más honorables del mundo. 

La posibilidad de tener toda la saga en una consola (además de los Yakuza 0, Kiwami 1, Kiwami 2 y Yakuza 6 The Song of Life, ya se ha anunciado  que las entregas 3, 4 y 5 llegarán a PS4 durante los próximos meses en Japón) es una oportunidad de oro para quienes no los jugasen en las anteriores plataformas.