Cine de ciencia ficción: Crítica de Starship Troopers
Starship Troopers está considerada como una de las grandes novelas de ciencia ficción militar, junto a El Juego de Ender y Bill, héroe galáctico. Su autor, Robert A. Heinlein, la escribió influenciado por las dictaduras europeas de los años 40, y quiso transmitir la organización fascista del estado a toda la Tierra en un futuro lejano. No es una excepción, y se trata de un recurso muy utilizado en el género, con obras maestras como Un mundo feliz de Huxley o 1984 de Orwell. Pese a todo, se centró en las aventuras de un grupo de soldados que le plantaba cara a los "bichos" y el resultado fue magistral. Cincuenta años más tarde, Paul Verhoeven, que ya había tenido éxitos en el género con Desafío Total y Robocop (ambas están en nuestro especial de cine de ciencia ficción) recuperó el tono, pero la sociedad aún no estaba preparada para su visión. Por cierto, si queréis disfrutar de otras "visiones" no os perdáis nuestro especial de cine de ciencia ficción.
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Lo primero que nos llama la atención en la película es su punto de vista. Si en Robocop, Verhoeven había utilizado los telediarios como enlace entre secuencias, aquí todo pertenece a la Red Federal (un sistema de vídeo por Internet que demostró estar adelantado a su tiempo). Sin embargo, las técnicas de propaganda (videos de reclutamiento, aprendizaje sobre los enemigos, la labor de los civiles en la guerra...) recuperan el sabor de los que se proyectaron en los cines durante la Segunda Guerra Mundial, y consiguen un tono perfecto, casi irónico.
El casting protagonista también refuerza esta impresión. Sólo es destacable la actuación de Michael Ironside como profesor Rasczak (después líder de los Recios) pero el físico de Van Dien, Richards, Dina Meyer y Neil Patrick Harris como chavales de instituto -casi muñecos Barbie y Ken- es perfecto. Su inocencia y atractivo físico es un contraste perfecto para los horrores de la guerra que tendrán que sufrir; y Starship Troopers no escatima en detalles "gore" como desmembramientos, cabezas perforadas, cuerpos aplastados... ni en algún desnudo ocasional.
Pero no hay que ponerse demasiado "sesudos" con esta película. Tiene su parte de sátira y su interesante visión del futuro, pero sigue siendo una película de guerra, con batallas espectaculares y unos efectos que le valieron la nominación al Oscar. Después de sufrir una aplastante derrota en el planeta Klendathu, el hogar de los bichos, la Federación se ve obligada a cambiar de estrategia, lo que nos permite disfrutar de acciones muy diferentes: batallas en subterráneos, combates contra tanques (unos bichos enormes de los que ya hablaremos más adelante) en el Planeta P, bichos voladores y un aterrador asedio en Tango Urilla.
Conoce a tu enemigo
Aunque en la novela las tropas se enfrentan a "chinches" y "zancudos", la película se centra en los combates contra los primeros. Se trata de arácnidos del tamaño de un caballo, muy numerosos, inteligentes y despiadados. Su diseño y comportamiento están perfectamente reflejados en el film, e incluso se atreven a fantasear con nuevas especies: el bicho cerebro, los voladores, los escarabajos de arena, lanzadores de plasma y los tanques. Estos últimos ocuparían el puesto de los ATAT en la saga Star Wars y tienen la forma de un escarabajo gigante, capaz de lanzar ácido. Su aparición bajo tierra, mientras suena una épica melodía de Basil Poledouris, es uno de los mejores momentos de la película.
Si los combates en la superficie están bien orquestados, las secuencia espaciales no se quedan cortas. No hay bichos que naveguen a través del vacío, pero si existe una artillería a la que esquivar en enormes transbordadores como la Rodger Young y una serie de bases de repostaje, como la Tyconderoga, que están basadas en la organización de la flota norteamericana durante la Segunda Guerra Mundial.
La enorme inversión en efectos digitales y la buena mano de Phil Tippet (que trabajó en Star Wars) para el diseño de criaturas, queda empobrecida por la textura de la imagen, y es que Starship Troopers parece rodada en vídeo digital. Por un lado, parece más verosímil que se trate de un formato televisivo (o de la Red Federal) pero por otro, le resta la épica del cine clásico.
En resumen, Las Brigadas del espacio es una película que funciona a muchos niveles: como cinta de ciencia ficción, en que se imagina el futuro de nuestra sociedad, como película bélica o como crítica de los totalitarismos. Pero sobre todo como entretenimiento y "tour de force" de los efectos especiales de la época. De hecho, se realizó una serie de televisión animada, Roughnecks, que adaptaba mejor la novela de Heinlein, y dos películas más: Starship Troopers 2 y Marauder, con la iconografía de la original. Seguramente, la mejor de todas estas secuelas y versiones sea Starship Troopers Invasion, de la que os ofrecemos una crítica. Recordad que: They´ll keep fighting, and they will win!!
VALORACIÓN:
Se entienda como una película de acción o como una sátira de los años 40, es una película entretenida, con espectaculares efectos digitales y un estilo visionario.LO MEJOR:
Los efectos especiales, en particular el tanque arácnido.LO PEOR:
Fue incomprendida y acusada como apología del nazismo.89
Muy buenoDescubre más sobre David Martínez, autor/a de este artículo.
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